viernes, 19 de julio de 2019

Cronológico 3 - 48 Los nefilim en Grecia

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El término "cosmos" griego se refiere al "perfecto orden y arreglo del universo" (Pitágoras).

"Este cosmos, el mismo para todos, ninguno de los dioses ni de los hombres lo ha hecho, sino que siempre existió, existe y existirá como fuego siempre vivo que conforme a medida se enciende y se apaga conforme a medida" (Heráclito).

De modo que para ellos el universo "siempre existió".

La Teogonía de Hesiodo comienza con la creacion del cielo y la Tierra.

Podemos leer que "En primer lugar existió ...". Este "primer lugar" es el principio de algo pero no puede ser el del universo porque para ellos ha existido desde siempre. Evidentemente ahora se refieren a "nuestro" universo cercano, a nuestro sistema solar, ya que el cosmos ya existía.

El texto es una verdadera cosmogonía, que trata de acontecimientos anteriores y nos lleva al principio del tiempo. Realmente se refiere a la formación del sistema solar pero para los humanos cultos de entonces el sistema solar era toda la creación, y el origen del sistema solar era el origen del tiempo.

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Este apartado trata de la formación del sistema solar. Primero el Sol, luego los planetas, y luego lo divide en tres zonas.

La formación del sistema solar:

Primero leamos un fragmento de Hesiodo:

COSMOGONÍA

En primer lugar existió el Caos.

Después Gea la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo.

En el fondo de la tierra de anchos caminos existió el tenebroso Tártaro.

Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos.

Del Caos surgieron Erebo
/Oscuridad y la negra Nix/Noche. De Nix a se vez nacieron Éter/Luz y Hemera/Día, a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Erebo. Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a Ourea, (las grandes Montañas), deliciosa morada de diosas, las Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el grato comercio.

Comencemos a analizar el texto:

- En primer lugar existió el Caos.

En primer lugar se formó el Sol. El Caos es el Sol.

En la cosmogonía griega, el Caos es aquel astro que se formó antes que el resto de los astros y demás elementos del sistema solar. Es decir, en el estado primigenio de éste sólo existía Caos, el Sol.

El término procede del griego antiguo Χάος, ‘espacio que se abre’,​ o ‘hendidura’, y procede del verbo χάω, que en formas derivadas significa ‘abrirse una herida’ o ‘abrirse de una caverna’. La palabra Caos en griego no tiene género, pero cuando esta entidad es representada como una deidad se la considera de género masculino.
Al decir que "En primer lugar existió el Caos" no se refiere a que inicialmente hubiera desorden, sino que el sistema solar se inició concentrándose por gravitación la materia de la nebulosa hasta la primera explosión nuclear. El Sol había nacido. Eso significa caos, lo que se abrió, reventó, explotó. Significa: el sistema solar empezó a existir con la primera explosión que dio origen a las demás fusiones nucleares.


- Después (se formó) Gea la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo.
Gea o Gaia hace referencia al primer planeta que se formó en el sistema solar, un planeta que ya no existe. Aunque nuestro planeta viene a ser el heredero principal de Gea. El amplio pecho es el volumen ocupado por Gea, un planeta gigantesco. También nos dice que los habitantes/dioses que habitan en el gigantesco planeta Olimpo (compara los planetas gigantes con grandes montañas, por eso lo de nevada cumbre) son siempre bienvenidos (podrán residir con total seguridad) en nuestro planeta.

El sistema solar comenzó a formarse con la formación de nuestra estrella Caos/Sol. Después se formaron los diferentes astros que lo constituyen. Parece ser que nuestro sistema solar se formó a partir de una nebulosa de gases, hidrógeno y helio que por acción de la gravedad fue colapsando en una masa que llaman Caos/Sol. Gea era un planeta gigantesco que junto a otros materiales daría origen a otros planetas.

- En el fondo de la tierra de anchos caminos existió el tenebroso Tártaro.

La tierra de anchos caminos se refiere a Gea.


"en el fondo", es decir, en el interior de
"la tierra de anchos caminos", o sea de la órbita de Gea.
"existió", esto es, se formó
"el tenebroso Tártaro" ¡Marte! Lo de tenebroso es por que su nombre siempre ha estado asociado a la guerra.


Traducimos: En el interior de la órbita del primitivo planeta Gea se formó el planeta Marte.

- Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos.

"Por último" indica que está haciendo una descripción desde la órbita de Gea hacia el interior del sistema solar, por esto primero aparece Tártaro/Marte y luego Eros/Venus.

La mitología nos muestra esos dos nombres asociados al amor. Lo describe como el más hermoso entre los planetas, es decir, está hablando de atracciones gravitatorias y de movimientos que tuvieron mucha importancia histórica hace miles de millones de años, grandes colisiones.


Posteriormente a la formación del Sol, luego del primer superplaneta Gea, de Marte y de Venus describe la formación de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Comienza una descripción desde la órbita de Gea hacia el exterior del sistema solar.

- Del Caos surgieron Erebo/Oscuridad y la negra Nix/Noche.

Del Sol se formaron el planeta Júpiter y Saturno.

 De Nix a se vez nacieron Éter/Luz y Hemera/Día, a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Erebo.


De Saturno nacieron Urano y Neptuno.


En cambio, según Higino Neptuno era hija del Sol, y hermana de Saturno. Y Júpiter era hijo del Sol y de Saturno y junto a Neptuno engendran a Ourea ("Montañas"), Urano ("Cielo") y Ponto ("Mar").


URANO, OUREA Y PONTO




URANO, EL SUPERPLANETA EXTERIOR


- Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses.

Posteriormente a la formación de estos planetas se formaría Urano, un planeta gigantesco (con las mismas proporciones que Gea) que orbitaba más allá de la órbita de Gea (la contuviera por todas partes) y que terminará dando lugar a un planeta habitado por seres inteligentes (sede siempre segura para los felices dioses).


URANO, EL CINTURÓN DE ASTEROIDES


Vemos que con el nombre de Urano se está refirieron a dos aspectos distintos, por un lado el gran planeta exterior y por otro al cinturón de asteroides.


La castración de Urano se refiere a la colisión entre ambos astros Nibiru y Gea lo que supuso la formación del cinturón de asteroides. Es decir a la fragmentación de una parte del astro Urano. También Urano se refiere a esa fragmentación, es decir al cinturón de asteroides. Lo que se llamaba el firmamento o cielo estrellado es el cinturón de asteroides.


"al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes"


Estrellado por que este cinturón está formado por muchos astros, muchos fragmentos, aunque no sean estrellas.


Para que la contuviera (a Gea) por todas partes: El cinturón de asteroides forma una corona circular, un toroide que contiene en su interior a la Tierra. Vemos que esta frase puede hacer referencia a las dos acepciones de Urano, tanto el planeta como el cinturón de asteroides.


OUREA, LOS GRANDES PLANETAS EXTERIORES


- (Gea) También dio a luz a Ourea (las grandes Montañas), deliciosa morada de diosas, las Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el grato comercio.


Urea, Ourea o Eurea parece un plural.


Menciona primero a Urano, luego a Urea y finalmente a Ponto.


Si suponemos que está recorriendo el espacio desde Gea, en este caso hacia el exterior;



Más allá de la Tierra está el cinturón de asteroides (Urano), más allá Urea, y finalmente Ponto.













Ourea está más allá del cinturón de asteroides y parece ser un plural de astros "Grandes Montañas". Compara los planetas con montañas, montes. Ourea es una forma de referirse a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, los grandes planetas del sistema solar, la segunda zona de éste (la primera es la zona interior al cinturón de asteroides).










PONTO, LA ZONA MÁS EXTERNA DEL SISTEMA SOLAR






Ella (Gea) igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el grato comercio.






Ponto es "la infructuosa profundidad con su furioso oleaje".


Ponto es el espacio lejano dentro del sistema solar. Piélago en griego se refiere al mar abierto, al mar lejano a las costas. Ponto es la parte del sistema solar más allá de la zona de los grandes planetas, más allá de Ourea.



sin mediar el grato comercio, esta zona es casi simple espacio, restos de la nebulosa que formó al sistema solar, por esto no se formó a partir del Sol, o de interacciones gravitatorias entre los planetas.
Se destaca lo de agitadas olas, o furioso oleaje. ¿A que ondas se refiere? Sin duda un astrofísico podría contestar.











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LA INESTABILIDAD DE LA PRIMITIVA CONFIGURACIÓN PLANETARIA





Primero se describe la inestabilidad de los astros en su movimiento.





Gea enmudeció asombrada, atemorizada con sus órbitas. Sus órbitas eran problemáticas:

La nueva familia de planetas, estaba lejos de ser estable. Los planetas gravitaban unos con otros por sus masas. Convergían en Gea, perturbando y poniendo en peligro los planetas interiores, Los planetas se agrupaban. Perturbaban, molestaban a Gea mientras se movían de un lado a otro. Sus órbitas interferían con la órbita de Gea.


Caos/Sol no pudo disminuir el clamor de las quejas de sus hijos:









Aunque era de esperar que se alcanzase con un equilibrio, en el que los planetas giraran con órbitas estables, la gravitación y electromagnetismo del Sol no consiguió enderezar las órbitas conflictivas.

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Hemera/Neptuno lanzó un "hechizo" planetario sobre los materiales del sistema solar. Era el planeta más externo y rodeaba a todos los demás. Afectando al magnetismo del Sol y por tanto a sus radiaciones debido a que Hemera emitía -entonces- ingentes radiaciones de energía "vertió el sueño" sobre Caos quitando a éste su capacidad de crear nuevos planetas nunca más. El proceso de creación desde Caos/Sol había terminado.









EL PRIMER PERIODO DE ESTABILIDAD PLANETARIA






Al detenerse la creatividad de Caos de formar nuevos planetas, los planetas formados tuvieron un periodo de estabilidad temporal.






Ahora viene la descripción de cómo se formó el cinturón de asteroides, por una serie de colisiones entre los superplanetas Urano y Gea.






Más allá de la órbita del último planeta, Hemera/Neptuno formó un gran planeta. Recién nacido escupía fuego y emitía radiaciones. Inició su rápido giro alrededor del Sol y al acercarse a otros astros provocaba grandes emisiones eléctricas y de otros tipos de los otros astros y él brillaba con fuerza.


Al acercarse a Neptuno, el planeta que lo engendró, lo atrajo hacia el interior del sistema solar haciéndolo orbitar. Así su propia creadora fue la causante de su órbita. Al pasar próximo a Neptuno el tirón gravitatorio abombó al nuevo planeta, que aún estaba "dúctil" deformándolo como si tuviera una segunda cabeza, pero sin dividirlo.


Cuando el Nuevo planeta pasó por las inmediaciones de Urano la atracción de éste comenzó a arrancar trozos del Nuevo planeta que Hemera casi desprendió. Éter extrajo y formó cuatro rápidos satélites alrededor del Nuevo planeta, los "vientos" porque giraban como un torbellino. El Nuevo planeta estaba girando alrededor del Sol en sentido de las agujas del reloj -al revés que los demás-.


Posteriormente sintió las fuerzas de los gigantes Nix/Saturno y Erebo/Júpiter que curvaron su órbita aún más hacia el interior, concretamente hacia Gea. Gea comenzó a alterarse, a moverse de su órbita y otros movimientos. También se vieron alterados por el acercamiento del Nuevo planeta Tártaro y Eros -Marte y Venus- que estaban más allá de Gea.


Éste puede ser el momento de remarcar el siguiente pasaje:


Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos.






El periodo de estabilidad que estos habían tenido había acabado. Se iniciaba una segunda fase de inestabilidad y conflictos. El Nuevo planeta produjo corrientes, perturbaciones a Gea, los planetas ya no podían descansar porque habían sido arrastrados por una tormenta de atracciones gravitatorias.





Los satélites de Gea:

Luego, acostada con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemóside, a Febe de áurea corona y a la amable Tetis.

Después de ellos nació el más joven, Cronos, de mente retorcida, el más terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre.

Dio a luz además a los Cíclopes de soberbio espíritu, a Brontes, a Estéropes y al violento Arges, que regalaron a Zeus el trueno y le fabricaron el rayo. Éstos en lo demás eran semejantes a los dioses, pero en medio de su frente había un solo ojo. Cíclopes era su nombre por eponimia, ya que efectivamente, un solo ojo completamente redondo se hallaba en su frente. El vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos.

También de Gea y Urano nacieron otros tres hijos enormes y violentos cuyo nombre no debe pronunciarse: Coto, Briareo y Giges, monstruosos engendros. Cien brazos informes salían agitadamente de sus hombros y a cada uno le nacían cincuenta cabezas de los hombros, sobre robustos miembros. Una fuerza terriblemente poderosa se albergaba en su enorme cuerpo.







Luego, acostada con Urano, alumbró a :
Urano en sus primeras órbitas interactuó de forma catastrófica con los planetas. Lo que aquí se relata es la colisión gravitatoria entre Gea y Urano que lo describe como Gea acostándose con éste. La atraccion gravitatoria de Urano comenzó a desgarrar partes de Gea. Se formaron doce satélites, trozos de materia que orbitaban a Gea.


Gea tuvo procreó con su hijo Urano a Océano, el de los profundos remolinos, Ceo, Crío, Hiperión y Jápeto; Tía y Rea, Temis y Mnemósine; y Febe, la de la corona de oro y la adorable Tetis. El último hijo es Crono, el astuto y terrible.















Se les llama aquí "monstruos, una multitud rugiente y furiosa".


Nuestro satélite actual , la Luna, existía antes que estos satélites. Era un cuerpo que en principio giraba más bien alrededor del Sol, aunque con inestabilidad, es decir vagaba erráticamente entre Gea, Saturno y Júpiter. El acercamiento del Nuevo planeta lo atrajo hacia el exterior. Su nueva órbita perturbó gravemente a los astros que había en la zona, es decir a Saturno, Urano y Neptuno pero después el Nuevo Planeta terminó siendo el más afectado.


La Luna cayó en la atracción gravitatoria de Gea y comenzó a girar alrededor de Gea, convirtiéndose en el capitán de los satélites de Gea -ahora 12-. Pero su órbita no era estable. La atracción del Nuevo planeta tiraba de La luna hacia él. La nueva órbita de La luna perturbó gravemente a los planetas exteriores.






La situación de inestabilidad continuó. El Nuevo planeta en una nueva entrada hacia el interior del sistema solar pasa a Neptuno, a Urano, a Saturno. Aquí se produce una interacción entre los dos que tendrá consecuencias decisivas: la expulsión de Plutón y la colisión con Gea.


En esta entrada del Nuevo planeta hacia el interior del sistema solar, se produce la órbita de Plutón. Plutón era un satélite de Saturno y la atracción del Nuevo Planeta al pasar cerca lo arrastró hacia el exterior. Plutón formó ahora la órbita como si fuera un planeta.


Nuevamente la combinación de fuerzas gravitatorias dirigió al Nuevo planeta hacia Gea. El Nuevo planeta tenía entonces cuatro satélites que llaman Vientos Norte, Sur, Este y Oeste. Al pasar por los planetas gigantes Saturno y Júpiter se le desprendieron tres satélites más que llama Vientos Malvado, Torbellino e Incomparable.


Al acercarse a Gea, el curso del Nuevo planeta se volvió errático. Incluso los satélites se vieron alterados y se desviaban. Durante un tiempo pareció que la colisión no iba a producirse, ya que se iniciaron en los dos lados movimientos que parecían retiradas.


Gea comenzó a lanzar relámpagos contra el Nuevo planeta mientras éste seguía avanzando hacia el interior de la órbita de Gea. El giro de Gea era levógiro y el del Nuevo planeta dextrógiro. Esto supone que se acercaban hacia un choque frontal. Los dos planetas no llegaron a chocar. Fueron los satélites los que hicieron el trabajo.


Los satélites del Nuevo P abrieron en Gea una amplia escisión. A través de esa hendidura de Gea el Nuevo P disparó un inmenso rayo de electricidad cargado de energía. Este rayo neutralizó las fuerzas y campos eléctricos y magnéticos de Gea.


En esta gran batalla, la Luna pasó a tener una órbita permanente.










Pues bien, cuantos nacieron de Gea y Urano, los hijos más terribles, estaban irritados con su padre desde siempre. Y cada vez que alguno de ellos estaba a punto de nacer, Urano los retenía a todos ocultos en el seno de Gea sin dejarles salir a la luz y se gozaba cínicamente con su malvada acción. La monstruosa Gea, a punto de reventar, se quejaba en su interior y urdió una cruel artimaña. Produciendo al punto un tipo de brillante acero, forjó una enorme hoz y luego explicó el plan a sus hijos. Armada de valor dijo a igida en su corazón: ¡Hijos míos y de soberbio padre! Si queréis seguir mis instrucciones, podremos vengar el cruel ultraje de vuestro padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones. Así habló y lógicamente un temor los dominó a todos y ninguno de ellos se atrevió a hablar. Mas el poderoso Cronos, de mente retorcida, armado de valor, al punto respondió con estas palabras a su prudente madre: Madre, yo podría, lo prometo, realizar dicha empresa, ya que no siento piedad por nuestro abominable padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones. Así hablo. La monstruosa Gea se alegró mucho en su corazón y le apostó secretamente en emboscada. Puso en sus manos una hoz de agudos dientes y disimuló perfectamente la trampa. Vino el poderoso Urano conduciendo la noche, se echó sobre la tierra ansioso de amor y se extendió por todas partes. El hijo, saliendo de su escondite, logró alcanzarle con la mano izquierda, empuño con la derecha la prodigiosa hoz, enorme y de a lados dientes, y apresuradamente segó los genitales de su padre y luego los arrojó a la ventura por detrás. No en vano escaparon aquéllos de su mano. Pues cuantas gotas de sangre salpicaron, todas las recogió Gea. Y al completarse un año, dio a luz a las poderosas Erinias, a los altos Gigantes de resplandecientes armas, que sostienen en su


mano largas lanzas, y a las Ninfas que llaman Melias sobre la tierra ilimitada. En cuanto a los genitales, desde el mismo instante en que los cercenó con el acero y los arrojó lejos del continente en el tempestuoso ponto, fueron luego llevados por el piélago durante mucho tiempo. A su alrededor surgía del miembro inmortal una blanca espuma y en medio de ella nació una doncella. Primero navegó hacia la divina Citera y desde allí se dirigió después a Chipre rodeada de corrientes. Salió del mar la augusta y bella diosa, y bajo sus delicados pies crecía la hierba en torno. Afrodita la llaman los dioses y hombres, porque nacío en medio de la espuma, y también Citerea, porque se dirigió a Citera. Ciprogénea, porque nació en Chipre de muchas olas, y Filomedea, porque surgió de los genitales. La acompañó Eros y la siguió el bello Hímero al principio cuando nació, y luego en su marcha hacia la tribu de los dioses. Y


Gea, madre y esposa de Urano, planeó cortar los genitales a Urano y se lo propuso a sus hijos. Sólo Crono se atrevió a hacerlo mientras que los demás se atemorizaron. En la alcoba de Urano y Gea estaba escondido. Crono se acercó a Urano y con la hoz de Gea cortó los genitales de Urano.






















Urano llamó a sus hijos-monstruos para vengarse, pero para evitar que ayudaran a Urano, Crono los encerró a estos Titanes.


La diosa Nix respondió a la llamada de Urano dando a luz a las deidades del mal.

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...






"Marduk produjo corrientes, perturbó a Tiamat, los dioses no descansaban, llevados como en una tormenta".






Aunque las líneas del texto antiguo fueron parcialmente dañadas aquí, todavía podemos leer que el planeta que se acercaba "diluyó sus signos vitales ... los pellizcó los ojos". La propia Tiamat "iba de un lado a otro muy turbada" - su órbita, evidéntemente, fue perturbada.


La atracción gravitacional del gigantesco planeta que se acercaba pronto comenzó a desgarrar partes de Tiamat. De su seno emergieron once "monstruos", una "multitud rugiente y furiosa" que se "separaban" de su cuerpo y "marchaban al lado de Tiamat". Preparándose para enfrentarse a Marduk, Tiamat "los coronó con halos", dándoles la apariencia de "dioses" (planetas).











Escena III: La Luna llegó a tener órbita solar propia y esto alteró gravemente a los demás planetas






Kingu fue el primero y el mayor de los satélites de Tiamat. Su tamaño fue creciendo hasta un tamaño mayor que la actual Luna.


Kingu pasó de orbitar como satélite a girar alrededor del Sol, como un planeta. En ese cambio intervino Tiamat.


Al aproximarse Marduk, Kingu fue atraído hacia él (¿ésta es la causa que sacó a Kingu de satélite a orbitar como planeta?, ¿o es posterior? ).


Kingu orbitando como planeta perturbaba gravemente a los demás planetas. Su perturbación debió afectar a Saturno, Urano y Neptuno, pero finalmente fue Marduk el más afectado.



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De particular importancia para la epopeya y para la cosmogonía mesopotámica fue el principal satélite de Tiamat, que fue llamado KINGU,














"El primogénito entre los dioses que formaron su asamblea (de Tiamat)".


Ella exaltó a Kingu,


En medio de ellos le hizo grande ....


El alto mando de la batalla


Ella le confió a su mano.










Sometido a fuerzas gravitatorias conflictivas, este gran satélite de Tiamat comenzó a desplazarse hacia Marduk.










Fue esta concesión a Kingu de una Tablilla de Destinos, una órbita planetaria propia, lo que perturbó gravemente a los planetas exteriores. ¿Quién había concedido a Tiamat el derecho de producir nuevos planetas? Preguntó Ea/Neptuno.






Él llevó el problema a Anshar/Saturno.


Todo lo que Tiamat había trazado, Ea a Anshar le repitió:






"... ella ha establecido una Asamblea y está furiosa...



Ella les ha dado armas incomparables, ha creado Dioses-monstruos









once de este tipo ha dado a luz;





De entre los dioses que formaban su Asamblea,





ella ha elevado a Kingu, su primogénito, lo ha hecho jefe ...





Ella le ha dado una tablilla de destinos, la ha fijado en su pecho.















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En esta entrada de Marduk, Gaga sale de su órbita de satélite de Saturno en dirección hacia el exterior del sistema solar. Marduk influyó en ello.






Volviéndose hacia Ea, Anshar le preguntó si podía matar a Kingu. La respuesta se ha perdido debido a una rotura en las tablillas; Pero parece que Ea no satisfizo a Anshar, porque cuando la narración conservada continúa, vemos a Anshar volviéndose a Anu (Urano) para averiguar si él "iría y pararía a Tiamat".















Pero Anu "no fue capaz de enfrentarla y se volvió."





En los cielos agitados aumenta la confrontación; Un dios después de otro se apartan a a un lado. ¿Nadie peleará con la rabiosa Tiamat? Marduk, después de haber pasado a Neptuno y Urano, ahora se acerca a Anshar (Saturno) y sus amplios anillos.








Esto le da a Anshar una idea:












"El dios más poderoso será nuestro Vengador, él será quien esté interesado en la batalla: ¡Marduk, el Héroe!"












Al llegar a la altura de los anillos de Saturno ("besó los labios de Anshar"), Marduk responde:















"Si yo he ser vuestro vengador





si he de vencer a Tiamat, de salvar vuestras vidas,





¡Convoca a una Asamblea para proclamar mi Destino supremo! "



















La condición era audaz pero simple: Marduk y su "destino" -su órbita alrededor del Sol- debían ser supremos entre todos los dioses celestes.












Fue entonces cuando Gaga, satélite de Anshar/Saturno - y futuro Plutón, se desvió de su curso:









Anshar abrió la boca,


A Gaga, su Consejero, una palabra dirigió ...


"Ponte en camino, Gaga,


Toma tu posición ante los dioses,


Y lo que te diré


Repíteles. "






Acercándose a los otros dioses/planetas, Gaga les instó a "aceptar la decisión de Marduk".






La decisión fue aceptada: los dioses estaban demasiado ansiosos por tener a alguien que combatiera por ellos.






-¡Marduk es el rey! Gritaron, y le instaron a no perder más tiempo.






-¡Ve a cortar la vida de Tiamat!










Tablilla IV: La batalla celestial













Escena I: La aproximación hacia la colisión



Según penetraba Nibiru/Marduk en el sistema solar, la combinación de fuerzas gravitatorias de los planetas determinó que la trayectoria orbital de Marduk lo dirigiera hacia la «batalla con el dragón», hacia una colisión con Tiamat. .






La epopeya nos describe al gigantesco planeta que evoluciona hacia la colisión como al guerrero Marduk que se preparaba para la gran batalla armándose con una variedad de armas.



"Él llenó su cuerpo con una "llama ardiente";


"Él construyó un arco ... adjunto a él una flecha ...


delante de él fijó el relámpago"...


"Entonces él hizo una red para envolver Tiamat en él."













Esta descripción poética nos da cuenta de fenómenos físicos, astronómicos como las descargas eléctricas que se darían los planetas mientras convergían o el tirón gravitatorio (una «red») de uno sobre otro.






Pero las principales armas de Marduk eran sus satélites, a los que llama vientos, los cuatro "vientos" que Urano le había proporcionado cuando Marduk pasó por ese planeta: Viento Sur, Viento Norte, Viento Este, Viento Oeste.


Pasando ahora por los planetas gigantes, Saturno y Júpiter, y sometido a su tremenda atracción gravitacional, Marduk formó "sacó" tres satélites más: Viento Malvado, Torbellino y Viento Incomparable.





Usando sus satélites como vientos que le impulsaban hacia delante, el guerrero Marduk dirigía su carro tirado por siete caballos hacia a la batalla.


"él envió los vientos que había sacado, los siete de ellos".





Los adversarios estaban listos para la batalla.









El Señor salió, siguió su curso;





Hacia la furiosa Tiamat dirigió su rostro ...





El Señor se acercó para explorar el lado interior de Tiamat





Para captar los planes de Kingu, su consorte.









Pero a medida que los planetas se acercaban, el curso de Marduk se volvió errático:









A medida que observa, su curso se pone nervioso,





Su dirección está distraída, sus acciones son confusas.









Incluso los satélites de Marduk empezaron a desviarse:









Cuando los dioses, sus ayudantes,





Que marchaban a su lado,





Vieron al valiente Kingu, borrosa se convirtió su visión.









¿Acaso los combatientes se echaban atrás?
















Pero ya era inevitable, la trayectoria llevaba inevitablemente a la colisión.



















"Tiamat emitió un rugido" ...


"el Señor levantó la Tormenta desbordante, su poderosa arma".



















Mientras Marduk se acercaba cada vez más, la "furia" de Tiamat crecía;


"Las raíces de sus piernas temblaban de un lado a otro".



Tiamat comenzó a lanzar "hechizos" contra Marduk - el mismo tipo de ondas celestes que Neptuno había usado antes contra Apsu y Mummu.












Pero Marduk seguía acercándose a ella.



















Tiamat y Marduk, los más sabios de los dioses,





Avanzaban uno contra otro;





Proseguían hacia el singular combate,





Se acercaron a la batalla.



Escena II: La primera colisión











La epopeya ahora se refiere a la descripción de la batalla celestial,





en los momentos previos a la creación del Cielo y la Tierra bíblicos



















El Señor extendió su red para atraparla;





El Viento Malvado, el de más atrás, se desató en su rostro.





Al abrir la boca, Tiamat, para devorarlo,





Él le clavó el Viento Malvado para que no cerrara sus labios.





El feroz Viento Tormenta entonces cargó contra su vientre;





Su cuerpo se dilató; Su boca se abrió aún más.





A través de ella le disparó una flecha, le desgarró el vientre;





La cortó a través de sus entrañas, se desgarró la matriz.





Teniéndola así sometida, su aliento vital se extinguió.

































La epopeya nos describe que un sistema solar inestable, formado por el Sol y los nueve planetas, fue invadido por el gran planeta que se formó en la parte exterior y que penetró por la gravedad de Neptuno. Su órbita lo internó cruzando las órbitas de Neptuno, y Urano. La influencia gravitatoria de los gigantes Saturno y Júpiter dobló profundamente hacia dentro su curso, hacia el centro del sistema solar, y además le produjo siete satélites. Y se dirigió hacia Tiamat, el siguiente planeta. No olvidemos que Nibiru orbitaba en sentido opuesto a Tiamat (y a los demás planetas). De forma que evolucionaban hacia un choque frontal.


Pero los dos planetas Marduk y Tiamat no llegaron a chocar entonces. Fueron los satélites de Marduk los que chocaron con Tiamat, y no Marduk mismo.










Los "vientos" de Marduk chocando con Tiamat y su "anfitrión" (dirigido por Kingu).


Ellos abrieron el cuerpo de Tiamat, hicieron en ella una amplia escisión. A través de esta hendidura de Tiamat, Marduk disparó una "flecha", un "relámpago divino", un inmenso rayo de electricidad que saltó como una chispa desde Marduk que estaba cargado de energía, que estaba "lleno de brillantez".














Abriéndose camino en las entrañas de Tiamat, este rayo "apagó su aliento vital" - neutralizó las fuerzas y campos eléctricos y magnéticos de Tiamat y los "extinguió".


El primer encuentro entre Marduk y Tiamat dejó a ésta fisurada y sin vida; Pero su destino final estaba aún por determinar en los futuros encuentros entre los dos planetas. Kingu, el más grande de los satélites de Tiamat, también se enfrentaría.


Pero el destino de los otros diez satélites más pequeños de Tiamat se determinó entonces.






Después de haber matado a Tiamat, la líder,


su banda fue destrozada, su hueste hecha pedazos.


Los dioses, sus ayudantes que marchaban a su lado,


Temblando de miedo,


Se dieron la espalda para salvar y preservar sus vidas.






Podemos interpretar que dieron la espalda como que invirtieron su sentido de giro y fueron arrastrados por Nibiru en su trayectoria hacia el exterior del sistema solar. Podemos interpretar que se convirtieron en cometas o en esos planetas enanos del cinturón de Kuiper (junto a otros restos de Tiamat que se formarían más tarde). Los cometas parecen no obedecer ninguna de las reglas normales de las órbitas. Las órbitas de los planetas alrededor del Sol son (con la excepción de Plutón) casi circulares. Las órbitas de los cometas son alargadas y, en la mayoría de los casos, en muy gran medida. Los planetas (con la excepción de Plutón) orbitan al Sol en el mismo plano general; Las órbitas de los cometas se encuentran en muchos planos diversos. Lo más significativo, mientras que todos los planetas conocidos por nosotros rodean al Sol en la misma dirección antihoraria, muchos cometas se mueven en la dirección inversa.


Los astrónomos son incapaces de decir qué fuerza, qué evento creó los cometas y los arrojó a sus órbitas inusuales. Nuestra respuesta: Marduk.














Barriendo en sentido inverso, en su plano orbital propio, despedazó, destruyó la hueste de Tiamat hasta convertirla en objetos más pequeños, cometas y los afectó por su atracción gravitatoria, lo que llama red:














Al echarles la red, se encontraron atrapados ....


Toda la banda de demonios que


había marchado junto a ella


les puso cadenas, sus manos ató ....


Estrechamente rodeados, no podían escapar.










Después de que la batalla terminó, Marduk quitó a Kingu la Tablilla de los Destinos (la órbita independiente de Kingu) y se la puso a sí mismo (Marduk): la órbita de Marduk se había convertido en una órbita solar permanente.


Kingu dejó de orbitar directamente a Apsu, y en cambio Marduk girando hacia el exterior comenzó su primera órbita. A partir de ese momento, Marduk estaba obligado siempre a volver a la escena de la batalla celestial.


Después de haber "vencido" a Tiamat, Marduk navegó por los cielos, hacia el exterior del sistema solar. Volvió a cruzar las órbitas de los planetas exteriores:


Ea / Neptuno, "cuyo deseo logró Marduk"


Anshar / Saturno "cuyo triunfo estableció Marduk".






Escena III: La destrucción de Tiamat






La destrucción de Tiamat en tres acontecimientos:




- Marduk choca contra Tiamat y la parte en dos.
- Un satélite choca contra una de las dos partes y la lanza a una nueva posición. Es la Tierra.
- En la siguiente vuelta, Marduk choca contra la parte de Tiamat y la hizo añicos.










Es en este punto cuando comienza el relato bíblico del Génesis de la creación del cielo y la tierra. Los redactores del texto bíblico no recogen la parte anterior del relato mesopotámico de «La Epopeya de la Creación» sino que lo comienzan aquí.







Al completar su primera órbita alrededor del Sol, Marduk volvió al punto de la gran colisión "para reforzar su dominio sobre los dioses vencidos", Tiamat y Kingu.



"regresó a Tiamat, a quien había sometido".





El Señor hizo una pausa para ver su cuerpo sin vida.





Dividir al monstruo él, entonces ingeniosamente planeó.





Después, como un mejillón, él la dividió en dos partes.



















El mismo Marduk golpeó esta vez al planeta derrotado, dividiendo a Tiamat en dos, separándole su "cráneo", o parte superior.












Después otro de los satélites de Marduk, el llamado Viento Norte, chocó contra la mitad separada.


El fuerte golpe llevó a esta parte destinada a convertirse en la Tierra a una órbita donde ningún planeta había estado orbitando antes:












El Señor pisó la parte posterior de Tiamat;





Con su arma le separó el cráneo;





Cortó los canales de su sangre;





Y causó que el Viento del Norte lo llevara





A lugares que habían sido desconocidos.









¡La Tierra había sido creada!



Después de que Marduk, varios de sus satélites y sus descargas eléctricas dividieran a Tiamat en dos, otro satélite de Marduk empujó su mitad superior a una nueva órbita dando origen así a nuestro planeta Tierra.









La parte inferior tenía otro destino: en la segunda órbita, Marduk la golpeó, destrozándola en pedazos, rompió la mitad inferior en trozos y los estiró en una gran banda celestial.







































La [otra] mitad la levantó como una pantalla para los cielos:





Encerrándolos juntos, como vigilantes los colocó. . .





Dobló la cola de Tiamat para formar la Gran Banda como un brazalete.


























Las trozos de esta mitad rota fueron martilleados, repujados para convertirse en una "brazalete" en los cielos, actuando como una pantalla entre los planetas interiores y los planetas exteriores. Se extendieron en una "gran banda". El cinturón de asteroides había sido creado.





Los astrónomos y los físicos reconocen la existencia de grandes diferencias entre los planetas interiores o terrestres (Mercurio, Venus, Tierra y su Luna y Marte) y los planetas exteriores (Júpiter y más allá), dos grupos separados por el cinturón de asteroides. Encontramos, en la epopeya sumeria, el reconocimiento antiguo de estos fenómenos.


Además, se nos ofrece, por primera vez, una coherente explicación de los eventos celestes que condujeron a la desaparición del "planeta perdido" y a la creación resultante del cinturón de asteroides (más los cometas) y de la Tierra.














Escena IV: El Enuma Elish y el agua de la Tierra









- el océano Pacífico:


La epopeya de la creación no sólo tiene respuesta a muchos enigmas astronómicos de nuestro sistema solar, sino que además, podemos interpretar con ella por qué los continentes de la Tierra se concentran en un hemisferio mientras en el otro hay una profunda cavidad (el fondo del Océano Pacífico) .



- el Monstruo del agua:


Además vemos que la referencia constante a las "aguas" de Tiamat en la Epopeya de la creación es esclarecedora:


Tiamat fue llamada el Monstruo del agua, y es lógico que la Tierra, como parte de Tiamat, estuviera igualmente dotada de agua. De hecho, algunos estudiosos modernos describen a la Tierra como "Planeta agua, o Planeta Océano" por razones evidentes.
























3

Aquí es cuando la Teogonía deja de hablar de planetas y empieza a hablar de los líderes anunnaki.


Crono asumió el liderazgo de los dioses. Este Crono es Alalu.

Urano es el antecesor en el poder a Crono, de nombre Lahma.

Zeus es Anu.














La llamada de Urano provocó la guerra en el mundo de los dioses, la guerra entre los antiguos Titanes del monte Otris y los Dioses hijos de Crono y Rea. Esta primera guerra que duró diez años.














La guerra estaba muy equilibrada y no se hallaba la conclusión por esto a Zeus se le ocurrió desequilibrar la balanza de la contienda. Tras quitar de en medio a su padre Crono, Zeus liberó a los encarcelados por Crono y los cíclopes agradecidos le dieron armas que estaban ocultas. A Hades le dieron el casco que hacía invisible y a Poseidón el tridente que hacía temblar la tierra y el mar.






También liberó a los Hecatonquiros y para devolverles su vitalidad les dio el néctar y ambrosía que comían los dioses.






Zeus pidió a Cíclopes y Hecatonquiros que se pasaran al lado suyo a pesar de que su padre les había encerrado y lucharan contra el bando de Urano. Agradecidos a Zeus le siguieron cambiando de bando.






Ahora la lucha se inclinaría del bando de Zeus.






Llegó esta segunda parte de la guerra que fue terrible. Zeus lanzó una Piedra-Trueno contra el monte Otris, la morada de sus enemigos.






Los cíclopes vencieron a los otros titanes y los encerraron en el Tártaro, quedando ellos como vigilantes.








Según Zecharia Sitchin, los Dioses Primordiales griegos son los mismos que los sumerios y caldeos, cambiando sólo los nombres: el Caos es Apsu (el Sol), Gaia es Tiamat/Tierra, Eros es Lahamu (Venus), Tártaro es Lahmu (Marte), Ouranos es el Cinturón de Asteroides, Érebo es Kishar (Júpiter), Nix es Anshar (Saturno), Éter es Urano y Hémera es Neptuno.
Según Zecharia Sitchin, los Dioses Primordiales griegos son los mismos que los sumerios y caldeos, cambiando sólo los nombres: el Caos es Apsu (el Sol), Gaia es Tiamat/Tierra, Eros es Lahamu (Venus), Tártaro es Lahmu (Marte), Ouranos es el Cinturón de Asteroides, Érebo es Kishar (Júpiter), Nix es Anshar (Saturno), Éter es Urano y Hémera es Neptuno.



En una tercera parte de la guerra aparece el último hijo de Gea, Tifeo o Tifón, el dios serpiente que era muy fuerte y terrorífico. Sus cabezas emitían el sonido de un hombre, de un toro, de un león, y de un cachorro (vamos los evangelistas con una pequeña variación). Tifeo parecía invencible.






Zeus fue el primero en resultar herido al intentar utilizar la hoz de Gea para castrar a Tifeo. El herido por la hoz fue el propio Zeus cuando su adversario se la arrebató. Tifeo dejó al herido Zeus en una cueva oculta.






Los dioses Egipán y Hermes encontraron la cueva y sanaron a Zeus. Zeus escapó en un carro alado hasta el Olimpo, su morada y se armó de nuevo. Hubo nuevas y terribles batallas entre los dos dos. Finalmente Zeus abrasó las cabezas del artefacto de Tifeo y la nave se estrelló en tierra. Zeus arrojó a Tifeo al tártaro.






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Tras su victoria, Zeus/Anu fue reconocido como emperador de su planeta y colonias. En una visita a la Tierra para iniciar los trabajos mineros tuvo que elegir el anunnaki jefe. Echándolo a suertes(con algún amaño)con sus hijos,


a Zeus/Anu le tocó gobernar Nibiru, es decir, los cielos,


para Hades/Enlil, le tocó la Tierra es decir el Mundo Inferior (inferior en la relación Nibiru-arriba, Tierra-abajo);


y a Poseidón/Enki, se le dio el dominio de los mares.


En la mitología griega no aparecen como padre e hijos sino como tres hermanos pues en su relato Crono se casó con su hermana Rea, con la que tuvo tres hijos y tres hijas: Hades, Poseidón y Zeus; Hestia, Deméter y Hera. Vemos en esta lista -que se ha trasmitido como 3 + 3 hermanos- a tres parejas de esposo y esposa:







Aunque, con el tiempo, Enlil/Hades y su territorio se convirtieron en sinónimo del Infierno, su significado original era un planeta, o lugar «por allí abajo» que abarcaba tierras pantanosas, áreas desoladas y tierras regadas por enormes ríos. A Enlil/Hades se le describía como «el invisible» -frío, distante, severo; impasible ante la oración o los sacrificios. Enki/Poseidón, por otra parte, se le veía con frecuencia aferrando su símbolo (el tridente). Aunque soberano de los mares, se le tenía también por señor de las artes metalúrgicas y escultóricas, así como por un habilidoso mago o prestidigitador (científico). Mientras que a Zeus/Anu se le representaba en la tradición griega y en la leyenda como a alguien muy estricto con la Humanidad -hasta el punto de que, en cierta ocasión, llegó a tramar la aniquilación del género humano-, a Enki/Poseidón se le tenía por un amigo de la Humanidad y un dios dispuesto a hacer lo imposible por ganarse las alabanzas de los mortales.











Los tres hermanos y sus tres hermanas, todos ellos hijos de Crono y de su hermana Rea, conformaron la parte más antigua del Círculo Olímpico, el grupo de los Doce Grandes Dioses. Los otros seis aparecen todos como descendientes de Zeus, y los relatos griegos trataban en gran medida de sus genealogías y relaciones.










Aunque estas deidades de ambos sexos tenían por padre a Zeus tuvieron por madres a diferentes diosas.




Casándose al principio con una diosa llamada Metis, Zeus tuvo una hija, la gran diosa Atenea/Ninmah , la hija mayor. Ella era la encargada del sentido común y de la maniobra, de ahí que fuera la Diosa de la Sabiduría. Pero, además, al ser la única deidad principal que permaneció junto a Zeus durante su combate con Tifón (el resto de dioses había huido), Atenea adquirió también cualidades marciales y se convirtió en Diosa de la Guerra.


Sobre la virginidad de Atenea:


Zeus/Anu prohibió a Atenea casarse y ella tuvo que cumplir esta orden manteniéndose siempre soltera. Así, Atenea estaba considerada la «perfecta doncella(o virgen)», y en este sentido no se convirtió en esposa de nadie (la virginidad perpetua de estos relatos se refiere a esto y no a que no tuviera relaciones sexuales); por eso y en este sentido algunos relatos griegos la relacionan frecuéntemente con su tío Poseidón/Enki (de hecho, tuvo algún hijo con él), y, aunque la consorte oficial de éste era Damkina/Deméter la diosa que fue Dama del Laberinto de la isla de Creta, Atenea fue su amante.










Zeus/Anu tuvo hijos después con otras diosas, pero sus hijos no se cualificaron para entrar en el Círculo Olímpico. Cuando Zeus/Anu se puso a darle vueltas al serio asunto de tener un heredero varón, se empezó a fijar en sus hermanas. La mayor era Hestia. Según todos los relatos, era algo así como una reclusa; quizás demasiado vieja o demasiado enferma para ser objeto de actividades matrimoniales, por lo que Zeus no necesitó demasiadas excusas para dirigir su atención sobre Déméter, la mediana, Diosa de la Fertilidad. Pero, en vez de un hijo, Deméter le dio una hija, Perséfone, que acabaría convirtiéndose en esposa de su tío Hades, compartiendo con él su dominio sobre el Mundo Inferior.

















Decepcionado por no tener un hijo varón, Zeus se volvió hacia otras diosas en busca de consuelo y de amor. Con Armonía tuvo nueve hijas. Después, Leto le dio una hija y un hijo, Ártemis y Apolo, que entraron inmediatamente en el grupo de las deidades principales.
















Apolo, como primogénito de Zeus, era uno de los dioses más grandes del panteón helénico, temido tanto por hombres como por dioses. Era el intérprete de la voluntad de su padre Zeus ante los mortales y, de ahí, la máxima autoridad en materia de ley religiosa y de culto en el templo. Siendo el representante de la moral y de las leyes divinas, propugnaba la purificación y la perfección, tanto espiritual como física.




























El segundo hijo varón de Zeus, nacido de la diosa Maya, fue Hermes, patrón de los pastores, guardián de rebaños y manadas. Menos importante y poderoso que su hermano Apolo, Hermes estaba más cerca de los asuntos humanos; cualquier golpe de buena suerte se le atribuía a él. Como Dador de Cosas Buenas, era el que se encargaba del comercio, patrón de mercaderes y viajeros. Pero su principal papel en el mito y en la épica fue el de heraldo de Zeus, Mensajero de los Dioses.




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Nos cuentan que la guerra de Troya tuvo lugar entre griegos y troyanos. Los griegos declararon la guerra a Troya para recuperar a la hermosa Helena para su esposo.










En el Kypria un relato de los griegos se declara la culpabilidad del gran dios -leamos gran jefe de los anunnaki- Jove (Zeus). Su objetivo era diezmar la humanidad.










"Hubo un tiempo en que miles y miles de hombres sobrecargaban al amplio seno de la Tierra.






Y por compasión a ellos, Zeus, en su gran sabiduría, decidió aligerar la carga de la Tierra."





Ares fue introducido inmediatamente en el Círculo Olímpico de los doce dioses principales, y se convirtió en el teniente jefe de Zeus, en un Dios de la Guerra. Se le representaba como el Espíritu de las Matanzas, aunque estaba lejos de ser invencible; combatiendo del lado de los troyanos en la Guerra de Troya, sufrió una herida que sólo Zeus pudo curar.




Hefesto, por otra parte, tuvo que esforzarse en su camino hasta la cima olímpica. Era el Dios de la Creatividad; a él se le atribuían el fuego de la forja y el arte de la metalurgia. Era el divino artífice, creador de objetos, tanto prácticos como mágicos, para hombres y dioses. Las leyendas dicen que nació cojo, y que, por esto, su madre, Hera, lo rechazó enfurecida. Otra versión más creíble dice que fue Zeus el que desterró a Hefesto -por las dudas sobre su parentesco-, pero que Hefesto utilizó sus poderes creativos mágicos para obligar a Zeus a darle un asiento entre los Grandes Dioses.


Las leyendas dicen también que, en cierta ocasión, Hefesto hizo una red invisible para que cayera sobre el lecho de su esposa en caso de que calentara sus sábanas un amante intruso. Quizás necesitaba esta protección, dado que su esposa y consorte era Afrodita, Diosa del Amor y la Belleza. Era de lo más natural que muchos relatos de amor se construyeran en torno a ella; y, en muchos de estos cuentos, el seductor era Ares, hermano de Hefesto. (Uno de los hijos de este amor ilícito fue Eros, Dios del Amor.) Afrodita fue incluida en el Círculo Olímpico de los Doce, y las circunstancias de su admisión arrojan cierta luz sobre nuestro tema. Afrodita no era hermana de Zeus, ni tampoco su hija, y, sin embarcas no se le pudo ignorar. Afrodita había venido de las costas asiáticas del Mediterráneo que miran a Grecia (según el poeta griego Hesiodo, llegó a tarvés de Chipre); y reivindicando una gran antigüedad se le atribuyó su origen a los genitales de Urano. De este modo, y genealógicamente, iba una generación por delante de Zeus, siendo, por decirlo de algún modo, hermana de su padre, además de la personificación del castrado Progenitor de los Dioses.


Fig. 22


Por tanto, Afrodita tenía que ser incluida entre los dioses olímpicos. Pero su número total, doce, parece ser que no se podía sobrepasar. La solución fue ingeniosa: añadir uno dejando caer a uno. Dado que a Hades se le había dado potestad sobre el Mundo Inferior y no permanecía entre los Grandes Dioses del Monte Olimpo, se creó una plaza que, de un modo admirablemente práctico, permitió a Afrodita sentarse en el exclusivo Círculo de los Doce.


Parece también que el número doce era una exigencia que funcionaba de dos maneras: no podía haber más de doce olímpicos, pero tampoco menos de doce. Esto queda patente en las circunstancias que llevaron a la admisión de Dioniso en el Círculo Olímpico. Éste era hijo de Zeus, nacido de la fecundación de su propia hija, Sémele. Con el fin de ocultarlo de la ira de Hera, Dioniso fue enviado a tierras muy lejanas (llegando incluso a la India), introduciendo el cultivo de la vid y la elaboración del vino allá donde iba. Mientras tanto, en el Olimpo quedó una plaza libre. Hestia, la hermana mayor de Zeus, débil y vieja, fue totalmente excluida del Círculo de los Doce. Fue entonces cuando Dioniso volvió a Grecia y se le permitió ocupar la plaza. Una vez más, había doce olímpicos.


Aunque la mitología griega no es muy clara en cuanto a los orígenes de la humanidad, las leyendas y las tradiciones proclamaban la ascendencia divina de héroes y reyes. Estos semidioses conformaban el lazo entre el destino humano -los afanes diarios, la dependencia de los elementos, las plagas, la enfermedad, la muerte- y un pasado dorado en el que sólo los dioses vagaban por la Tierra. Y, aunque muchos de los dioses habían nacido en la Tierra, el selecto Círculo de los Doce Olímpicos representaba el aspecto celestial de los dioses. En 33 la Odisea, se decía que el Olimpo original se hallaba en el «puro aire superior». Los Doce Grandes Dioses originales eran Dioses del Cielo que habían bajado a la Tierra; y representaban a los doce cuerpos celestes de la «bóveda del Cielo».


Los nombres latinos de los Grandes Dioses, dados cuando los romanos adoptaron el panteón griego, aclaran sus asociaciones astrales: Gea era la Tierra; Hermes, Mercurio; Afrodita, Venus; Ares, Marte; Crono, Saturno; y Zeus, Júpiter. Siguiendo la tradición griega, los romanos vieron a Júpiter como un dios del trueno cuya arma era el rayo; al igual que los griegos, los romanos lo asociaron con el toro.

En la actualidad, hay un acuerdo generalizado en que los cimientos de la civilización griega se pusieron en la isla de Creta, donde floreció la cultura minoica desde alrededor del 2700 a.C. hasta el 1400 a.C. Entre los mitos y las leyendas minoicos, destaca por su importancia el mito del minotauro. Este ser, medio hombre, medio toro, era hijo de Pasífae, la esposa del rey Minos, y de un toro. Los descubrimientos arqueológicos han confirmado el extenso culto minoico al toro, y en algunos sellos cilindricos se representa a éste como a un ser divino, acompañado por una cruz que, para algunos, sería una estrella o un planeta no identificados. De ahí que se haya conjeturado que el toro al que daban culto los minoicos no fuera una criatura terrestre común, sino un Toro Celestial -la constelación de Tauro-, en conmemoración de algunos sucesos ocurridos cuando, durante el equinoccio de primavera, el Sol apareció por esa constelación, alrededor del 4000 a.C.


Según la tradición griega, Zeus llegó a la Grecia continental vía Creta, adonde había llegado en su huida (atravesando el Mediterráneo) tras el rapto de Europa, la hermosa hija del rey de la ciudad fenicia de Tiro. Lo cierto es que, cuando la inscripción minoica más antigua fue descifrada al fin por Cyrus H. Gordon, resultó ser «un dialecto semita de las costas orientales del Mediterráneo».




De hecho, los griegos nunca afirmaron que sus dioses olímpicos llegaran directamente a Grecia desde los cielos. Zeus llegó a través del Mediterráneo, vía Creta. Se decía que Afrodita había llegado por mar desde Oriente Próximo, vía Chipre. Poseidón (Neptuno para los romanos) trajo con él el caballo desde Asia Menor.


Atenea trajo «el fértil olivo» a Grecia desde las tierras de la Biblia.

No cabe duda de que la religión y las tradiciones griegas llegaron a tierra firme griega desde Oriente Próximo, vía Asia Menor y las islas del Mediterráneo. Es ahí donde inserta las raíces su panteón; es ahí donde debemos buscar los orígenes de los dioses griegos, y su relación astral con el número doce.


6 deidades masculinas 6 deidades femeninas


60 - Anu 55 - Antu

50 - Enlil 45 - Ninlil

40 - Ea/Enki 35 - Ninki

30 - Nanna/Sin 25 - Ningal

20 - Utu/Shamash 15 - Inanna/Ishtar

10 - Ishkur/Adad 5 – Ninhursag


No debería de sorprendernos que a Ninurta se le asignara el número 50, como a su padre. En otras palabras, su rango dinástico se transmitía en un mensaje criptográfico: si Enlil se va, tú, Ninurta, ocupas su lugar; pero, hasta entonces, no eres uno de los Doce, pues el rango del «50» está ocupado.


Los miembros del consejo fueron los siguientes:






Afrodita


Apolo


Atenea


Deméter


Hefesto


Hera


Hermes


Poseidón


Zeus

De modo que si esa lista fuera correcta Apolo, Hefesto, Hermes, Poseidón, Zeus son:

Anu, Enlil, Enki, Nannar, Adad, Shamash aunque el orden lo desconozco. Según esto Apolo no es Horus, hijo de Osiris.


1 Zeus 1 Hera


2 Poseidón


2Hestia temporalmente

3 Ares

4 Hermes

5 Hefesto

2 Afrodita

3 Atenea

6 Apolo


7 Dioniso ocupo la plaza de Hestia

4 Artemisa

5 Demeter


(Hades no permaneció)


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Notas:






Al hijo más nuevo de Enlil, ISH.KUR (que los acadianos llamaban de Adad), le dieron las tierras al noroeste, Asia Menor y las islas del Mediterráneo, de donde la civilización —«realeza»— acabó esparciéndose para Grecia. Tal como vino a acontecer con Zeus en Grecia, Adad era retratado montando un toro y cogiendo un fajo de rayos.






Conocedor de las raíces muy antiguas de la veneración del lugar, el gramático y astrónomo romano Macróbio (Ambrosius Macrobius Theodosius) esclareció a sus compatriotas con las siguientes palabras (Saturnalia I, Capítulo 23):


Los asirios también adoran al Sol bajo el nombre de Júpiter.


Lo llaman Zeus Helioupolites y conducen importantes ritos en la ciudad de Heliópolis…


El hecho de esa divinidad ser al mismo tiempo Júpiter y el Sol


se manifiesta tanto en la naturaleza de su ritual como en su apariencia externa…


Para evitar que alguien, intentando argumentar, comience a citar una lista de divinidades,


explicaré lo que los asirios creen sobre el poder de su dios del Sol.


Ellos dieron el nombre de Adad al dios que veneran como el mayor y más alto…


Como resultado de esos estudios, eruditos como Henry Seyrig (La Triade Héliopolitaine) y René Dussaud (Temples et Cultes Héliopolitaines) concluyeron que en aquella región una Tríada básica fue adorada a lo largo de los milenios, siendo su miembro principal un Dios del Rayo y los otros dos, una Doncella Guerrera y un Conductor del Carro Celestial.


Ésos y otros eruditos ayudaron a establecer la conclusión ahora generalmente aceptada de que la tríada greco-romana se originó de creencias semitas anteriores que, por su parte, se basaban en el panteón sumerio. La más antigua tríada de que se tiene registro era, todo indica, liderada por Adad, que recibió de Enlil —el principal dios de la Sumeria— «las montañas del norte». El miembro femenino de la trinidad era Ishtar. Después de visitar el área sagrada, Alexander mandó acuñar una moneda en honra de Ishtu/Astarté y Adad, donde su nombre (Alexander) aparece escrito en fenicio-hebraico El tercer miembro de la tríada era el Conductor del Coche Celestial, Shamash, el «comandante de los astronautas prehistóricos». Los griegos lo honraron bajo el nombre de Helio, erigiendo una colosal estatua en lo alto del templo principal (Fig. 92) del recinto sagrado, que lo muestra conduciendo una cuadriga. Para ellos, su rapidez era demostrada por los cuatro caballos que estiraban el coche. Ya los autores del Libro de Enoc sabían mejor de las cosas, pues decían: «El coche de Shamash era impulsado por el viento».


Apolo es Horus hijo de Osiris hacia el año 10 o 9000 a.C










Rea es Nut madre de Osiris hacia la época del diluvio.


Vulcano es Ptah


Tifón es el dios serpiente


Hermes es Toth






En la parte sur del río Rímac, que da nombre a la capital actual de Perú, estaban los chinchas en la costa y los “Aymara” en la parte interior. En esta zona sur chincha-aymara estaba el templo mayor de Sudamérica. Estaba dedicado a Anu aquí llamado “Creador del Mundo” (= Pacha-Camac), y a sus descendientes Enlil (Vis = Señor de la Tierra), y su mujer Mama-Pacha (= Dama de la Tierra), Enki como M?/Pacha-Cocha? = Señor del Agua, y su mujer Mama-Cocha (Dama del Agua), también está Nannar-Sin como dios Luna = Si, o Sian, Marduk-Ra como el dios Sol Illa-Ra y Adad (el Thor nórdico) aquí como el dios héroe o Kon y otros conocidos nefilim mesopotámicos.


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Hitler contaba que cuando se enteró de la abdicación del emperador (en la 1ª guerra mundial cuando tras haber sido herido, y perdida temporalmente la vista y tras la recuperación en un hospital), el fin de la monarquia alemana en favor de la república y del armisticio del 11 de noviembre de 1918 que significaron la derrota de Alemania, oyó una voz interior. Dijo, esa voz me instó a liberar al pueblo alemán y a restaurar la grandeza de Alemania. Los nefilim así guiaban a Hitler.


Hitler a los 8 años era monaguillo en un monasterio. Observaba y admiraba el sacrificio y el sentido de visión de los monjes . Vio una extraña cruz sobre el frontispicio del monasterio. Representaba la esvástica que se convertiría en el emblema nazi. Hitler recordaría siempre la cruz del monasterio como si fuera un presagio de su destino.


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El propio Alarico aseguraba que desde su entrada en Italia en el 408 una voz sobrenatural lo acompañaba en sus sueños. Esta voz decía:” Intrabis in urbem”; la visión hacía que el implacable godo pensara que un demonio lo empujaba hacia la destrucción de Roma.