Cronológico 3 - 46
46. Centroamérica
A. LAS MOVIMIENTOS MIGRATORIOS DE LOS NÁHUATL
46. Centroamérica
A. LAS MOVIMIENTOS MIGRATORIOS DE LOS NÁHUATL
Azt-lan, el lugar
de origen de los náhuatl
Las leyendas aztecas, llamadas «mitos
migratorios», se basan en la tradición oral, y en libros “códices”, como el
Códice Boturini, y nos dicen que el hogar ancestral de la tribu azteca se
llamaba Azt-lan («Lugar Blanco»).
Itzac-mixcóatl
(«Blanca Serpiente Nube») y su esposa Illan-cue («Vieja Mujer») vivían en Lugar
Blanco.
Sus
hijos son los antepasados de las tribus de habla náhuatl, entre las que se
encontraban los aztecas. Los toltecas también eran descendientes de
Itzac-mixcóatl, pero su madre era otra mujer.
Aztlán
era un lugar relacionado con el número siete, habiéndosele llamado también
Aztlán de las Siete Cuevas. En los códices se describe que contiene una gran
pirámide escalonada central rodeada por seis santuarios menores.
Los náhuatl
navegan desde Azt-lan hasta Teotihuacán
En la Historia de las cosas de la Nueva España de fray Bernardino de Sahagún, basado en textos náhuatl, habla de esa migración en barcos de siete tribus desde Aztlán. Los libros ilustrados muestran la migración de barcos pasando junto a un hito cuyo pictograma no ha sido interpretado. Sahagún ofrece varios nombres para las estaciones del camino, llamando al lugar de desembarco Panotlán, «lugar de llegada por el mar», que los expertos dicen que se trata de Guatemala.
Las tribus llevaban con ellos a cuatro “hombres sabios” para que les guiaran y les dirigieran. Hombres Sabios que llevaban consigo manuscritos y que conocían los secretos del calendario. Desde Panotlán las tribus se encaminaron hacia el Lugar de la Serpiente-Nube. Luego desde este lugar se dispersaron. Por fin, aztecas y toltecas llegaron a Teotihuacán, en donde construyeron dos pirámides.
Los reyes gobernaron en Teotihuacán y fueron enterrados allí, pues ser enterrado en Teotihuacán era reunirse con los dioses en la otra vida. No está claro el tiempo que pasó hasta que se embarcaron en el siguiente viaje migratorio, pero en algún momento las tribus comenzaron a abandonar la ciudad sagrada.
Los náhuatl abandonan Teotihuacán
Los toltecas fueron los primeros en abandonar la ciudad de los dioses y construir la suya, Tollan.
En la Historia de las cosas de la Nueva España de fray Bernardino de Sahagún, basado en textos náhuatl, habla de esa migración en barcos de siete tribus desde Aztlán. Los libros ilustrados muestran la migración de barcos pasando junto a un hito cuyo pictograma no ha sido interpretado. Sahagún ofrece varios nombres para las estaciones del camino, llamando al lugar de desembarco Panotlán, «lugar de llegada por el mar», que los expertos dicen que se trata de Guatemala.
Las tribus llevaban con ellos a cuatro “hombres sabios” para que les guiaran y les dirigieran. Hombres Sabios que llevaban consigo manuscritos y que conocían los secretos del calendario. Desde Panotlán las tribus se encaminaron hacia el Lugar de la Serpiente-Nube. Luego desde este lugar se dispersaron. Por fin, aztecas y toltecas llegaron a Teotihuacán, en donde construyeron dos pirámides.
Los reyes gobernaron en Teotihuacán y fueron enterrados allí, pues ser enterrado en Teotihuacán era reunirse con los dioses en la otra vida. No está claro el tiempo que pasó hasta que se embarcaron en el siguiente viaje migratorio, pero en algún momento las tribus comenzaron a abandonar la ciudad sagrada.
Los náhuatl abandonan Teotihuacán
Los toltecas fueron los primeros en abandonar la ciudad de los dioses y construir la suya, Tollan.
Los
aztecas o mexicas fueron los últimos y recorrieron diversos lugares sin
encontrar donde asentarse. El líder de la tribu azteca recibió el nombre de
Mexitli, «El Ungido» y que puede ser el origen del nombre tribal mexica («el
pueblo ungido»), que significaría que eran el pueblo elegido para gobernar
sobre el resto de las tribus.
Huitzilopochtli era el dios que guiaba a los aztecas haciendo turismo por Centroamérica sin acabar de decidirse por el lugar de asentamiento final. Les anunciaba que les llevaría a una tierra en donde había «casas con oro y plata, algodón multicolor y cacao de muchos tonos». El lugar de destino estaría marcado por una indicación: verían un águila posada sobre un cactus que crece en una roca rodeada de agua.
Los aztecas habían sido guiados de vuelta a su punto de origen de viaje, el Valle de México. Los aztecas esperaban poder asentarse cerca de Tollan, “el lugar del medio” pero los toltecas no les recibieron cálidamente y tuvieron que conformarse con asentarse en la ribera pantanosa del lago central Texcoco y fundar allí su ciudad, en un islote del lago, Tenochtitlán, «ciudad de Tenoch». Durante casi dos siglos vivieron los aztecas en este lugar. Tenoch fue el nombre de un antepasado tribal, una legendaria figura paternal muy, muy antigua (¿Enoc?). Los aztecas se consideraban tenochas, descendientes de Tenoch.
Huitzilopochtli era el dios que guiaba a los aztecas haciendo turismo por Centroamérica sin acabar de decidirse por el lugar de asentamiento final. Les anunciaba que les llevaría a una tierra en donde había «casas con oro y plata, algodón multicolor y cacao de muchos tonos». El lugar de destino estaría marcado por una indicación: verían un águila posada sobre un cactus que crece en una roca rodeada de agua.
Los aztecas habían sido guiados de vuelta a su punto de origen de viaje, el Valle de México. Los aztecas esperaban poder asentarse cerca de Tollan, “el lugar del medio” pero los toltecas no les recibieron cálidamente y tuvieron que conformarse con asentarse en la ribera pantanosa del lago central Texcoco y fundar allí su ciudad, en un islote del lago, Tenochtitlán, «ciudad de Tenoch». Durante casi dos siglos vivieron los aztecas en este lugar. Tenoch fue el nombre de un antepasado tribal, una legendaria figura paternal muy, muy antigua (¿Enoc?). Los aztecas se consideraban tenochas, descendientes de Tenoch.
B. LAS LEYENDAS DE LOS MEXICANOS ERAN LOS
RECUERDOS DE CREENCIAS Y RELATOS DEL PRÓXIMO ORIENTE DE LA ANTIGÜEDAD.
Las leyendas de los mexicanos eran los recuerdos de creencias y relatos que del Próximo Oriente de la antigüedad.
En su
mitología, el Creador de Todas las Cosas es un dios que vive en una gran casa
en un lugar del cielo.
Este
dios tras crear el Cielo y la Tierra crea al hombre en un proceso de varios
intentos fallidos: primero con barro, y en el último intento se creó una pareja
humana a partir de cenizas y metales, que son los padres de toda la humanidad.
Los aztecas, los toltecas y otras tribus náhuatl, desde el sudoeste de los Estados Unidos hasta la actual Nicaragua, tenían leyendas de la creación que seguían el mismo esquema que la biblia. Pero, mientras la biblia, une los dioses (en plural) de los textos sumerios, que son su fuente, en una sola entidad que llama Elohim porque intenta cuadrar, identificar erróneamente estos “dioses” nefilim con Dios, el Dios único que pactó posteriormente con los humanos a través de Abraham, en cambio, los relatos náhuatl conservan la pluralidad de dioses de los sumerios y egipcios.
Como en Mesopotamia a la cabeza de los nefilim estaba el “Señor del Cielo”, Anu y su consorte la “Dama del cielo” que vivían en el duodécimo miembro del sistema solar, en Mesoamérica a la cabeza de sus dioses estaban el Señor Celestial de la Dualidad con su consorte la Dama Celestial que vivían en la duodécima división superpuesta (parece querer decir en la órbita doce) del cielo.
Los aztecas, los toltecas y otras tribus náhuatl, desde el sudoeste de los Estados Unidos hasta la actual Nicaragua, tenían leyendas de la creación que seguían el mismo esquema que la biblia. Pero, mientras la biblia, une los dioses (en plural) de los textos sumerios, que son su fuente, en una sola entidad que llama Elohim porque intenta cuadrar, identificar erróneamente estos “dioses” nefilim con Dios, el Dios único que pactó posteriormente con los humanos a través de Abraham, en cambio, los relatos náhuatl conservan la pluralidad de dioses de los sumerios y egipcios.
Como en Mesopotamia a la cabeza de los nefilim estaba el “Señor del Cielo”, Anu y su consorte la “Dama del cielo” que vivían en el duodécimo miembro del sistema solar, en Mesoamérica a la cabeza de sus dioses estaban el Señor Celestial de la Dualidad con su consorte la Dama Celestial que vivían en la duodécima división superpuesta (parece querer decir en la órbita doce) del cielo.
·
Los dioses de
antaño de los náhuatl
Y los toltecas sabían
Decían que había doce divisiones superpuestas;
allí moraba el dios verdadero y su consorte.
Él es el Dios Celestial, Señor de la Dualidad;
su consorte es la Dama de la Dualidad, la Dama Celestial.
Esto es lo que significa.
El Dios
Celestial tenía su morada en lo alto, por encima de los doce cielos
superpuestos. Ese lugar los sumerios lo describían como un radiante planeta cuyo
símbolo era la cruz (el planeta del cruce, Nibiru). Los pueblos antiguos
adoptaron este símbolo, y lo convirtieron en el Disco Alado de la Cruz. Así lo
podemos ver en el escudo de Quetzalcóatl y en otros símbolos que aparecen en
los primitivos monumentos de México.
Los dioses de antaño de los náhuatl contaban relatos legendarios eran descritos como hombres barbudos, como los dioses mesopotámicos y egipcios. Había relatos de parejas divinas y de hermanos que se casaban con sus propias hermanas.
·
Los cuatro hijos
de Noé
Los náhuatl
reconocían que la humanidad descendía de cuatro hermanos que se separaron para
vivir en lugares diferentes y dieron origen a los pueblos de color rojo, negro,
blanco y azul. Por orden de nacimiento son: Tlatlauhqui, Tezcatlipoca-Yáotl,
Quetzalcóatl y Huitzilopochtli. Los náhuatl asociaron estos hermanos con los
cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos primarios: Tierra, Viento,
Fuego, Agua, los cuatro colores: rojo, negro, blanco y azul, y con las cuatro
razas de la humanidad (Códice Ferjervary-Mayer) junto con sus símbolos, árboles
y animales.
Podemos
fácilmente asociar estas cuatro razas de la humanidad con la división del
linaje de Noé en Sem, Cam y Jafet que se asocia con Asia, África y Europa. La
Biblia habían perdido el dato de su hermano, el pueblo de color rojo y en
cambio los descendientes asociados de éste no habían perdido la información de
los otros tres pueblos del viejo mundo.
·
Las guerras de
los dioses
También
sigue el paralelismo entre los relatos nahuatlatas y los del viejo mundo en
cuanto a los enfrentamientos entre los dioses. Eran enfrentamientos por el
dominio de la Tierra y de sus recursos que aparecen en los mitos de todos los
pueblos de la antigüedad:
Huitzilopochtli
derrotó a los cuatrocientos dioses menores y también es importante el combate entre
Tezcatlipoca-Yáotl y Quetzalcóatl.
En los
relatos hititas e indoeuropeos son las guerras entre Teshub/Acad o Indra con
sus hermanos en Grecia, Asia Menor, India. En los relatos semitas cananeos y
fenicios son guerras de Baal con sus hermanos, en el transcurso de las cuales
Baal mató a centenares de «hijos de los dioses» o dioses menores. Y en los
relatos egipcios se habla del desmembramiento de Osiris por su hermano Set, y
de la posterior guerra entre Set y Horus, hijo y vengador de Osiris.
·
El diluvio náhuatl
También
recogen la historia del diluvio. Una gran inundación acabó con toda la
humanidad salvo un sacerdote y su mujer que se habían refugiado, con semillas y
animales, en el interior de un tronco ahuecado artificialmente. Su historia
también recoge que primero soltó unos pájaros para saber si encontraban tierra
emergida. Durante un año y un día toda la Tierra estuvo cubierta de agua y el
mundo se sumió en el caos.
·
La torre de Babel
Volviendo
al paralelismo con la historia mesopotámica, las leyendas tribales nos cuentan
la historia de la Torre de Babel:
«hombres
de monstruosa estatura que aparecieron y tomaron posesión del país… Y estos
gigantes, al no encontrar la forma de llegar al Sol, decidieron construir una
torre tan alta que su cúspide llegara al Cielo».
·
La creación del
hombre
Otro
paralelismo está en la creación del hombre: en los relatos náhuatl se recogen
las tres creaciones del hombre de los relatos sumerios, y en la Biblia solo se
recogen dos. La versión inédita, la más antigua, se forma al hombre a partir de
la “sangre” de un dios, Quetzalcóatl.
En los
relatos sumerios, los creadores del hombre fueron una pareja, Ea /Enki y Ninti.
Él, con un gran talante habilidoso, metalúrgico, referido como «Serpiente». Su
compañera tenía grandes conocimientos de medicina. Ya sabemos que el símbolo de
la medicina desde la antigüedad ha sido el de las dos serpientes entrelazadas.
Incluso los sumerios les representan en un laboratorio con matraces e
instrumental de este tipo.
En los
relatos náhuatl, los creadores del hombre fueron una pareja, Quetzalcóatl y
Mujer Serpiente. Él, es un dios del conocimiento, referido como «Serpiente
Emplumada». Su compañera era una diosa de poderes mágicos. En el “códice
mixteco” se representa una imagen que muestra al dios y a la diosa mezclando un
elemento que fluye en un enorme matraz o cuba con la sangre de un dios que deja
caer gotas dentro del matraz; de esa mezcla, emerge un hombre.
C. LAS ERAS HISTÓRICAS DE LOS NÁHUATL
La
historia antigua de las tribus nahuatlatas y sus antepasados se dividía en
varias partes. La parte menos antigua se dividía en cinco eras llamadas soles o
eras de soles. Los aztecas consideraban que estaban en Era del Quinto Sol. Cada
uno de los cuatro soles anteriores había terminado con una catástrofe.
Se cree
que el gran Calendario de Piedra azteca representa estas cinco eras. En el
centro está el dios del calendario de eras solares. La corona circular con
veinte partes representa los veinte días del mes azteca. Los llamados glifos
representan las cuatro eras anteriores, y la calamidad que terminó con cada una
de ellas —agua, viento, terremotos y tormentas, y jaguar.
La
primera era (15985 – 11977 a.C), o era del
primer sol término con el diluvio. Nene, y su mujer Tata sobrevivieron en
su tronco vaciado. La primera o la segunda fue la era de los Gigantes de
Cabellos Blancos.
El
Segundo Sol (11977
- 7967) se recordó como «Tzoncuztique», la «Era Dorada»; terminó a causa de la
Serpiente del Viento.
El
Tercer Sol (7967 -
3886) fue la era de la Gente de Cabello Rojo. Estuvo presidido por la Serpiente
de Fuego. Los supervivientes de la segunda era (los del cabello rojo), llegaron
en barco desde el este hasta América, asentándose en la región de Botonchán;
Fueron esclavizados por los gigantes que vivían allí.
El
Cuarto Sol (3886
a.C - 1145 d.C) fue la era de la Gente de Cabeza Negra. Quetzalcóatl llegó a
México desde el este —alto de estatura, de luminoso semblante, con barba, y
llevando una larga túnica. Su hacha, con forma de serpiente, estaba pintada de
negro, blanco y rojo; llevaba piedras preciosas engarzadas y estaba adornado
con seis estrellas. Fue cuando se construyó Tollan, la capital tolteca.
Quetzalcóatl, introdujo la enseñanza, los oficios, las leyes y el cálculo del
tiempo según el ciclo de 52 años. Hacia el final del Cuarto Sol tuvo lugar una
serie de guerras entre los dioses. Quetzalcóatl partió, de vuelta hacia el
este, hacia el lugar de donde había venido. Las guerras de los dioses causaron
estragos en el país; y Tollan quedó abandonada.
Cinco
años más tarde, llegaron los pueblos chichimecas, vecinos de los aztecas; y el Quinto Sol, la era azteca, dio
comienzo.
D. EL GRAN VIAJE POR EL OCÉANO PACÍFICO
Las
teorías oficialistas sobre la llegada del hombre a América proponen dos
teorías: la migración desde Asia a través del Estrecho de Bering, por el norte,
y la migración por el Pacífico hasta Sudamérica.
Suponen
larguísimos viajes de hombres, mujeres y niños a través de miles de kilómetros
de tierras heladas del norte o del sur hace 20 000 o 30 000 años; además, el
motivo que aducen es la persecución de la caza ¡por tierras heladas! ¿Realmente
alguien puede pensar que se lanzaban hacia lo desconocido en un mundo de
desierto helado, lanzándose a una más que probable muerte de toda la población?
¡Hala, vamos a descubrir América!
¿O
tenían una guía, unos seres que les guiaban, con conocimientos, hacia una
Tierra Prometida más allá del hielo?
·
El paralelismo
con el éxodo de Moisés
Tenemos
también un paralelismo entre ese gran éxodo y el éxodo israelita de Egipto. El
guía tenía que anunciar una impresionante Tierra Prometida para que aquellos
pobres desgraciados se sometieran a aquella terrible migración, llena de
obstáculos.
En el
éxodo judío, les promete llegar a «una tierra de trigo, cebada, vino, higueras
y granados, una tierra de olivos y miel… Una tierra cuyas piedras son de hierro
y de cuyas montañas puedes sacar cobre».
En el
gran éxodo americano les promete llegar a tierra de «casas con oro y plata,
algodón multicolor y cacao de muchos tonos».
·
La migración náhuatl por el océano Pacífico
¿Podemos
suponer que el Lugar Blanco, Aztlán, patria original de los pueblos náhuatl era
una tierra cubierta de nieve? ¿Podemos suponer que el inicio de su calendario,
el comienzo del primer sol se corresponde con el inicio de su gran éxodo hacia
el 15985 a.C.? ¿Es por esto que la era del Primer Sol era la época de los
«gigantes de cabellos blancos»? Según los relatos náhuatl la migración no fue a
través del hielo sino en barcos sobre el Océano Pacífico. ¿La migración náhuatl
será la misma que la migración de los sudamericanos?
El éxodo
hacia Sudamérica está recogido en leyendas como la de Naymlap. Naymlap parece
ser un nefilim (o humano que convivía con ellos, como uno más), que estaba encargado
de guiar a una gran flota de humanos hacia el este hasta la costa del Pacífico.
Eran balsas de juncos del tipo de los barcos de juncos sumerios. En el barco de
Naymlap había un aparato que permitía comunicarse con el guía nefilim que no
estaba presente con ellos. Se trataba de una piedra verde que pronunciaba las
palabras del guía para que pudieran llegar al punto elegido en Ecuador, en el
cabo Santa Helena.
Cuando
llegaron a Sudamérica ya estaba habitada. Allí vivían gigantes. Hablando a
través del ídolo-piedra verde recibían instrucciones sobre agricultura,
construcción y artesanía. Naymlap recibió órdenes del dios de la piedra
parlante y se fue volando. Había cumplido su misión. Esta comunicación de los
hombres con los dioses a través de objetos, en el caso americano, la piedra
verde, en el éxodo israelita era a través del Dvir “hablador”, que estaba en la
parte superior del Arca que tenían que transportar. Moisés recibía las
instrucciones para guiar a su pueblo por este medio.
Estos
antiguos sudamericanos adoraban un panteón de doce dioses, que se corresponden
con los doce grandes nefilim encabezados por el Sol y la Luna, que parecen
referirse a Anu, y su mujer. A estos les construyeron sendos templos, uno
frente a otro en Quito. En el templo del dios mayor, el Sol, había dos columnas
de piedra y dentro en el patio, doce pilares de piedra en círculo.
+**********EPÍLOGO***********+
La historia oficialista nos dice que los aztecas, mexica o tenochas llegaron al valle de México hacia el 1140 d. C., y fundaron Tenochtitlán en el 1325 d. C. Después, crecerían a base de guerras y pactos con otras tribus hasta convertirse en el poder que dominaba a las demás, las lideró y sometió a los que consideraba enemigos. Estas víctimas de los aztecas aprovecharon la lucha de los españoles para liberarse de sus cadenas, pues eran objeto de crueles sacrificios rituales.
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