miércoles, 14 de septiembre de 2016

Los nefilim en América Cronológico 3 - X

Cronológico 3 - X Los nefilim en América

AMÉRICA

Las leyendas andinas dicen que Viracocha era uno de los grandes dioses que vino del cielo en tiempos remotos y cuando viajó a Sudamérica se estableció en Tiahuanacu donde hizo su morada con magníficos edificios.


Tras el diluvio, que elevó las aguas por encima de las montañas más altas, en que murieron casi todos los hombres, salvo unos pocos que se refugiaron en una “caja”. Luego las aguas descendieron y el viento llevó la caja hasta una montaña, lugar que llaman Huanaco. Parte de los descendientes de aquellos supervivientes fueron llevados por Viracocha hasta otro lugar que llaman Tiahuanacu.






Viracocha se encargó de proteger a aquellos hombres hasta que les ordenó repoblar la tierra. Les dio indicaciones relativas a su conducta y culto, y aquellos que no le obedecieron “fueron transformados en piedras”. Desde allí, en una isla en el lago Títicaca, Viracocha gobernaba a los hombres. Desde allí se hizo todo lo necesario para reaprovisar la desvastada Tierra y que la vida volviera a extenderse por los destrozados campos. Con Viracocha vivían otros dioses que estaban a sus órdenes y que cuando esta primera fase de recuperación estaba cumplida se fueron “el Sol y la Luna que estaban bajo sus órdenes se elevaron en el cielo”.






Pero antes de abandonar la zona, estos dioses ayudantes dirigieron a los hombres en su viaje de repoblar Sudamérica. Al dios Ymaymana se le encomendó las montañas, a Topaco las llanuras costeras. Con el dios que guiaba cada grupo iba un hombre elegido como rey. El dios llevaba un instrumento para marcar el lugar de asentamiento, era una varita mágica, un hacha de oro.






El mismo Viracocha dirigía un grupo. Los envió hacia el norte se establecieron en Cuzco, en el lugar designado. Este lugar lo indicó Viracocha mediante el instrumento de oro “construid una ciudad donde el objeto se hunda en la tierra”. El objeto era una varilla de oro, un hacha que se llamó Tupac-yauri, que significa «cetro esplendoroso». El hombre designado como interlocutor entre el dios que dirigía el grupo y éste era llamado “rey y señor” (que posteriormente traducido al quechua inca se dice Manco Capac).






Viracocha dejó en Cuzco a aquel grupo y continuó su viaje hasta la costa del Ecuador, en donde se le unieron sus dos compañeros Ymaymana y Topaco. Allí, todos juntos, se echaron a andar sobre las aguas del mar y desaparecieron.






En la historia de Sudamérica occidental se distinguen así cinco etapas:


Primero hubo un periodo floreciente y prospero con el gobierno de los dioses. Es la primera era o primer sol. Es la era de los viracochas, unos dioses blancos y barbados.


Después vino la segunda era, la era de los gigantes. En esta era hubo conflictos entre los dioses y los gigantes pues algunos de estos no eran benévolos.


La tercera era es la era del hombre sin cultura, el hombre primitivo.



La cuarta era fue la era de los héroes, hombres que eran semidioses. Fueron 16 semidioses. Comenzó hacia el 2400 a.C. y terminó hacia el 1900 a.C.




El primero de estos 62 reyes (16 semidioses y luego 46 reyes sacerdotes) fue Manco Capac hijo de Pirua Manco (que da el nombre a Perú).


En esa época se conocía la escritura sobre piedras o sobre hojas trabajadas de llantén, sobre pieles y tejidos. Los petroglifos “escritos sobre la piedra” se han encontrado por todas partes. Se trata de una escritura pictográfica o jeroglífica, llegando en algunos casos a una combinación de pictogramas con escritura fonética casi alfabética. Humboldt en el siglo XIX nos menciona que los indios panos al norte de Lima guardaban un libro de hojas plegadas que hablaba de antiguas guerras y viajes. En el pergamino de Von Tschudi en Bolivia y en otros se aprecia como la escritura comienza en la primera línea por la izquierda, después continuaba en la segunda línea por la izquierda y luego la tercera línea por la derecha y así serpenteando. Von Tschudi localizó el lugar de origen de la inscripción en las costas del Lago Titicaca. En dos islas sagradas de este lago se encuentran más inscripciones que son muy similares a las de la isla de Pascua, que son clasificadas como pertenecientes a las escrituras del tipo del Valle del Indo y de los hititas.






El origen de este periodo comienza con el mito de los hermanos Ayar. Salieron juntos del lago Titicaca y fueron llevados hasta el lugar de la ventana o ventanas, Tampu-Tocco, entre las montañas, Macchu Picchu y Huayna Picchu. En el fondo del valle entre los picos Picchu el río Urubamba forma una garganta en forma de herradura rodeando parcialmente la ciudad entre la selva y las montañas.


Esta ciudad serviría como modelo para Cuzco, con sus doce grupos de construcciones, las construcciones reales y sacerdotales al oeste, las vírgenes y los funcionarios al este; el pueblo llano vivía fuera de la ciudad en los campos que trabajaban (bancales en las laderas) en aldeas próximas.


En los distritos occidentales había una plaza sagrada con grandes templos, uno de ellos es el Templo de las tres ventanas trapezoidales. Este templo tiene solo tres paredes, es decir, su lado occidental estaba completamente abierto, y tiene un pilar de piedra de más de dos metros de alto que junto a las ventanas podía tener una función de orientación astronómica. La observación astronómica exigió a los pueblos antiguos una dedicación y esfuerzo enormes. Los sesudos historiadores nos dicen que su objeto era la necesidad del agricultor de saber cuando sembrar, cosechar, es decir establecer el calendario agrícola. Este razonamiento es absurdo, y si se permite, diré que grotesco. Cualquier agricultor experimentado en la antigüedad podía estimar los momentos de labor agrícola mucho mejor que cualquier astrónomo. Por todo el mundo se han encontrado sociedades agrícolas que se han alimentado sin necesidad de astrónomos. Además sabemos que la astronomía y el calendario son fenómenos urbanos no agrícolas. La finalidad de tanto esfuerzo astronómico era religiosa o como mucho científico-religiosa. La razón de esto es que asociaron a los extraterrestres con dioses, y por lo tanto asociaron la astronomía con la religión.












Otro es el Templo principal con bloques ciclópeos de piedra sin argamasa similares a los de Sacsahuamán. Desde la Plaza Sagrada hacia arriba se trazó una sinuosa escalinata y la cima se allanó para que sirviera de base a una piedra llamada Intihuatana “lo que ata al sol”, con fines astronómicos solares. Se celebraban ritos para atar al sol y hacerlo volver, como recuerdo del terrorífico día en que tardó 20 horas adicionales en amanecer. Tanto la piedra Intihuatana como su base se tallaron a partir de una única roca natural elevando el extremo superior del pilar hasta la altura deseada. La roca y la base se tallaron y se orientaron de modo preciso para que sus superficies y lados determinaran la puesta del Sol en el solsticio de verano en el amanecer del solsticio de invierno así como en los dos equinoccios.


En el extremo opuesto se sitúa el Torreón semicircular construido con una perfección que supera a nuestra tecnología. Tras siete escalones se entra en el recinto sagrado en cuyo centro hay una roca con ranuras artificiales y rastros de fuegos periódicos. Esa roca era objeto de veneración por que debajo existe una cueva ampliada artificialmente con estructuras que parecen escaleras, asientos y otras formas geométricas. Hay sillares de granito de un color blanco y un grano purísimos. Se puede relacionar tal vez con la cueva donde fue encerrado un hermano Ayar.


El hermano mayor Ayar llevaba el emblema de un halcón y como sus hermanos llevaba la varilla o hacha de oro para localizar el asentamiento de su futura ciudad, Cuzco. Surgieron problemas entre los hermanos y así se libraron del segundo hermano, Ayar Cacha, enviándolo de vuelta al lugar de las ventanas a recoger ciertos tesoros olvidados. Los tres hermanos lo encerraron en una cueva y allí se convirtió en piedra.






El rey quinto renovó el calendario comenzando el registro del tiempo y de los reinados. Su calendario se iniciaba el 25 de mayo aproximadamente (desde muchos siglos antes).






«Comenzaban a contar el año a mediados de mayo, pocos días más o menos, en el primero de la luna. Iban al Coricancha por la mañana, a mediodía y por la noche, llevando la oveja que tenía que ser sacrificada ese día».


Estableció el Gran Período como mil años, y los siglos y periodos de 50 años y terminó el templó e instauró el culto de Illa Tici Vira Cocha “Brillante iniciador creador de las aguas”. Durante el duodécimo rey desembarcaron unos gigantes que poblaron toda la costa, que disponían de herramientas de metal y arrasaban la tierra. Estos hombres de gran estatura abrían túneles en las montañas y provocaron la ira de Vira Cocha que les destruyó con fuego celeste.


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La quinta era es la era de los reyes humanos. Empezó hacia el 1900 a.C. . Tiene cuatro partes. Hubo 46 reyes sacerdotes …………………………………………………………………………….


La primera parte es el primer periodo de Cuzco.


Desde 1900 a.C. hasta 200 a.C. (fecha orientativa sin valor).


En aquel lugar fundaron la ciudad una gran metrópoli en torno a un centro de poder político-religioso. La metrópoli estaba situada entre los ríos Tullumayo y Rodadero a mucha altitud sobre el nivel del mar (3500 m) a los pies de una pequeña montaña llamada Sacsahuamán. Se asentaron primero en el noroeste del promontorio en una pendiente donde ed
ificaron su palacio. El diseño de la ciudad les había sido planificado desde Tiahuanacu y los reyes fueron encargados de dirigir el trabajo. Era un óvalo dividido en doce partes que representaban las doce casas del zodiaco. El distrito más antiguo representaba a Aries. Se modificaron los cauces de los ríos para que circularan por canales que representaban la Vía Láctea. El óvalo estaba dividido por  cuatro caminos reales que se extendían casi sin límite.
Las calles eran muy estrechas y las casas eran de piedras muy grandes y bien talladas. No se han encontrado tejas, ladrillos ni cal entre las piedras, aunque si utilizaban en la construcción madera y paja. Hay piedras de gran tamaño y con formas poligonales con ángulos que encajan con sorprendente precisión. El material de las piedras, la traquita marrón, ofrece una adherencia entre los bloques mayor que cualquier otro tipo de piedra. Las piedras más grandes estaban en los edificios religiosos y palacios son piedras enormes modeladas con medios desconocidos como si fueran plastilina y han soportado el paso del tiempo, del hombre y de los terremotos.
Salvo el palacio del primer rey, los demás reyes prefirieron  construir sus palacios en torno al centro del ovalo, cerca del gran templo. Este centro era una gran plaza llamada Huacay-Pata, y desde el palacio que daba a la plaza el rey y autoridades presenciaban y dirigían las ceremonias de los solsticios y equinoccios.
El gran templo era una estructura esplendorosa que se llamaba Recinto Dorado (Coricancha) por que sus paredes estaban recubiertas con 700 placas de oro y entre sus muros había objetos de oro, plata y piedras preciosas. Esta estructura es anterior a este periodo. La parte principal estaba dedicada a Viracocha.  Sobre el altar mayor había una representación del sistema solar, con el huevo místico, el huevo cósmico. Durante algunos años un rey que se oponía a los otros dioses y declaró al Sol como supremo suprimió esta placa sustituyéndola por una placa redonda. Posteriormente otro rey la volvió a colocar.
El óvalo (el huevo místico) que es la imagen central es el principal objeto de veneración, es el Viracocha. Representa la elíptica órbita del planeta Viracocha alrededor del Sol. Su alargamiento vertical nos indica una órbita muy excéntrica.
A los lados de la órbita de Viracocha están el Sol y la  Luna y varios cuerpos celestes por encima y por debajo de la órbita.
Esos cuerpos celestes los vemos divididos en dos grupos: por encima de la órbita hay cinco estrellas que representan a los planetas exteriores a la Tierra en el sistema solar, es decir Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Debajo de la órbita aparecen cuatro estrellas que representan a los cuatro planetas interiores del sistema solar: Mercurio, Venus, Tierra y Marte.
 ¿Exteriores e interiores a qué? A la órbita del planeta Viracocha. Viracocha alcanza su perihelio entre Marte y Júpiter. De ahí viene esa división de planetas.
A ambos lados de estos planetas interiores se representan las estaciones de verano e invierno. El verano viene representado como un brillante cielo estrellado y en el otro lado el invierno se representa por nubes invernales.  Por debajo de la representación del verano aparece una estrella, y del invierno un animal fiero, un león (en Sudamérica no había leones). El calendario se inicio en Sumer cuando el solsticio de verano tenía lugar cuando el sol se veía en Leo, pero Sudamérica estaba en esa fecha en invierno. Por esto el león está debajo de invierno y no del verano.
Más abajo se representa el primer hombre y la primer mujer, el Edén, el árbol de la vida a un lado una serpiente en el otro lado, un gran río, montañas y un lago. Es una representación del génesis.  
Debajo del verano  aparece un círculo que representa la Tierra (Pacha Mama) y sobre ésta se dibuja el arco iris que aparece en los relatos del diluvio.
De unas montañas en el globo terráqueo se ve el río del edén, el Eufrates y a su lado la serpiente. Debajo de la Tierra hay siete puntos que se corresponden con la numeración de nuestro planeta, el planeta séptimo desde Viracocha.
Debajo del invierno aparece un gran lago conectado por una línea con otra masa de agua más pequeña. Es Madre Agua, Mama Cocha, el lago Titicaca,  conectado con el lago Poopo, al sureste del anterior; representados en el lado contrario de la Tierra que el edén.
Es la representación del génesis en los Andes.
Las partes adyacentes estaban dedicadas a Quilla (la Luna), a Chasca (Venus), a Coyllor (una estrella o astro desconocido), otra a Illapa, el dios del Trueno y el Rayo. Había una parte dedicada al arco iris que contenía enormes cantidades de oro. Junto al Recinto Dorado estaba la Casa de las mujeres elegidas, Aclla-Huasi, que eran viviendas con huertos y jardines, talleres de costura para los reyes y sacerdotes donde vivían unas mujeres vírgenes que también tenían como tarea preservar el Fuego Eterno para el dios.
El nombre inca de Cuzco significa ombligo del mundo porque era la capital, el centro de mando, pero el Cuzco inicial significa “lugar de las piedras erigidas”, que se corresponde claramente con sus piedras megalíticas.
En el promontorio de Sacsahuamán “Lugar del halcón” de forma triangular y unos 250 metros de altura tiene una base ancha con escalones gigantes tallados artificialmente, y con túneles, y otras formaciones artificiales. Después de la base, si nos movemos hacia arriba, hay una plataforma plana de grandes dimensiones, allanada artificialmente. En el tramo final, superior había estructuras circulares y rectangulares con túneles, y aberturas de un gran laberinto escavado en la roca. El promontorio está separado de la ciudad por tres imponentes murallas de piedras gigantescas que alcanzan una altura combinada de 18 metros. La muralla inferior es la más colosal con piedras de 20 toneladas aunque una pesa más de 300 t.  Entre cada muralla hay una terraza rellena de tierra. Estas enormes piedras se extrajeron a muchos kilómetros de distancia y se transportaron a través de montañas, ríos y un paisaje poco adecuado para ello.
Uno de los detalles más impresionantes de estas construcciones son las tres puertas que cruzaban las murallas. La puerta de Viracocha está situada en el centro de la muralla externa. Los bloques de piedra eran de tal forma que creaban una abertura en la muralla de 120 cm que daba paso a unos escalones  hasta la segunda muralla. Aquí empieza un complicado paso con ángulo recto que lleva hasta la tercera muralla. En esta hay dos entradas que forman un ángulo entre sí y dan paso al interior. Estas puertas se podían bloquear bajando unos enormes bloques de piedra que encajaban exactamente en las puertas.
En el interior de las murallas  hay un laberinto de túneles que comienzan y terminan abruptamente. Uno lleva hasta una caverna a 12 m de profundidad, otros terminan en paredes de roca con escalones que no llevan a ninguna parte.

En ese periodo hubo un día en que no hubo amanecer durante veinte horas y luego el sol volvió a aparecer. Fue durante el tercer año de su reinado de Titu Yupanqui Pachacuti II, decimoquinto monarca del Imperio Antiguo. Fue una situación terrorífica. La gente sufrió un gran lamento, confesiones de pecados, sacrificios y oraciones hasta que el Sol amaneció. El sol se detuvo durante 20 horas para la tierra. Era el año 1391 a.C. (fecha válida).

Este día tan especial “no hubo un día como aquél, ni antes ni después” (dice la Biblia) está registrado en la Biblia, narrando como Josué y sus israelitas cruzaron el río Jordán tras tomar las ciudades fortificadas de Jericó y Ay. Los reyes amorreos se aliaron contra ellos en una gran batalla en el valle de Ayyalón, cerca de Gabaón. La batalla la inició Josué en un ataque nocturno contra los cananeos. Estos huyeron y se reagruparon en un lugar citado como “cerca de Bet Jorón”.

Yahveh intervino en la lucha lanzando grandes piedras sobre los cananeos que mataron miles.

«arrojó grandes piedras desde el cielo sobre ellos… y murieron; hubo más de ellos que murieron por las piedras, que los que murieron por la espada de los israelitas».

Josué pidió a Yahveh que detuviera el Sol y la Luna

Entonces Josué le habló a Yahveh, el día en que Yahveh entregó a los amorreos a los Hijos de Israel, diciendo: «A la vista de los israelitas, que el Sol se detenga en Gabaón y la Luna en el valle de Ayyalón».
Y el Sol se detuvo, y la Luna se paró, hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos.
Cierto es, pues todo esto está escrito en el Libro de Jashar: el Sol se detuvo en mitad de los cielos y no se apresuró en bajar en casi un día entero.

Están describiendo que el movimiento aparente del Sol y la Luna en el cielo se detuvo, es decir, no se detuvieron estos astros sino que hubo una gravísima alteración de la rotación de la Tierra. Algunos investigadores han sugerido basándose en el detalle de la caída de grandes piedras que algún objeto como un cometa se acercó a la órbita de la Tierra, y como su movimiento de rotación es en sentido opuesto al de ésta quizá produjo esa caída de rocas y la detención temporal de la rotación terrestre. La Tierra iría en su órbita alrededor del Sol durante 20 horas como un tren sobre las vías deslizando sin rodar pero sin pararse hasta que desaparecido el obstáculo vuelven las ruedas a su función. En todo caso fue un fenómeno extraordinario, muy especial.
Si en Canaán el Sol no se puso durante casi un día, entonces en América el Sol no saldría, no amanecería por el mismo fenómeno durante 20 horas. La misma situación se menciona en el relato de Teotihuacán en Centroamérica como ya he dicho.
Recordemos la piedra llamada Intihuatana  de Tampu-Tocco, cuyo nombre significa “lo que ata al sol”, con fines astronómicos solares. Se celebraban ritos para atar al sol y hacerlo volver, como recuerdo del terrorífico día en que tardó 20 horas adicionales en amanecer.
El cuadragésimo rey fundó un lugar para el estudio de los astros y los equinoccios hacia el año 400 a.C.  Estaban familiarizados con las casas zodiacales y sus meses tenían nombres como Acuario = Madre agua y señor agua, Aries = Luna mercado, Tauro = Ciervo Pastor (no había toros en Sudamérica), Virgo  = Madre Maíz,  etc. Nombres demasiado familiares con los sumerios.
Tras ese periodo hubo terremotos y guerras y el rey de Cuzco murió en una batalla por una flecha. 
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La segunda parte es el periodo de Tampu-Tocco (posteriormente llamado Machu Picchu, el gran Picchu porque hay otro pico cerca llamado pequeño Picchu, Huayna Picchu).

Abarca desde el año 200 a.C. (fecha orientativa sin valor) hasta el siglo XI d.C.
Llevando al nuevo rey que era un niño huyeron sus gentes a un lugar entre las montañas llamado Tampu-Tocco, “lugar de descanso de las ventanas”, aunque unos pocos sacerdotes quedaron en Cuzco cuidando el gran templo. Este lugar ya era conocido de muy antiguo, pues de allí partieron los hermanos Ayar para fundar Cuzco.
En ese periodo hubo 28 reyes. En este periodo de decadencia se perdió el arte de la escritura y muchos conocimientos. Fue una época en que los reyes iban periódicamente de Tampu-Tocco a Cuzco a consultar los oráculos divinos.
Aunque algunos intentaron mantener o recuperar la escritura los sacerdotes se opusieron ferozmente. Dijeron que el deseo del dios era que no se volvieran a utilizar las letras bajo pena de muerte. En su lugar se utilizaron los ramales de cuerdas de colores o quipos para fines cronológicos.
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La tercera parte es el periodo del Cuzco inca. Abarca desde el siglo XI d.C. hasta el siglo XVI.
Comenzó hacia el 1020 d.C. cuando un joven noble llamado Rocca recibe instrucciones del dios Sol de volver a Cuzco. Rocca fue nombrado con el título de soberano, Inca y se dirigieron a Cuzco. Rocca construyó en Tampu-Tocco, “refugio de las tres ventanas”, unas construcciones que contenían un muro con tres ventanas, que era el emblema de la casa de sus padres. Los incas se empeñaron en la propaganda de identificar a Rocca con el primer Manco Capac que procedía del lago Titicaca. (3500 años antes). Los incas hablaban el quechua, lengua del norte y centro de los Andes en cambio en el altiplano del Titicaca se hablaba aymara.
Los incas atacaron por sorpresa desde sus zonas altas a los reinos de las zonas costeras, reinos que venían existiendo desde antiguo. Se extendieron por el norte hasta Ecuador, y por el sur hasta Chile por la Calzada del Sol. Los últimos en ser sometidos fueron los chimús, con su capital Chanchán, en el norte de la costa de Perú. Era una metrópoli de más de 20 kilómetros cuadrados con recintos sagrados, pirámides escalonadas, acueductos, moradas, embalses, graneros, tumbas, palacios que semejaban a Egipto y a  Mesopotamia.
La expansión chimú –entre el 1000 d.C. y el 1400 d.C. – fue de desarrollo de la orfebrería, por ejemplo en la ciudad de Tubes se hicieron imitaciones de oro de plantas y animales. Poseían enormes riquezas en oro. El límite sur de los chimús era el río Rímac.
En la costa del Perú en las ruinas de los chimú (preincaicos) se descubrió tanto oro enterrado en las tumbas, junto a los muertos, que les llevó a preguntar quines habían introducido tales costumbres y creencias. La respuesta dada fue “los dioses”. El oro se formó de las lágrimas de los dioses, decían los incas. Y como dice el profeta Ageo en la Biblia “la plata es mía y el oro es mío, así dice el Señor de los ejércitos”.
La cantidad de oro que poseían los chimús es enorme y además sorprendente pues las fuentes de oro no se encuentran en las regiones costeras sino en tierras altas.
Siglos antes de los chimús la costa perteneció a los mochicas. Este pueblo dominó el arte de la fundición del oro.
 Los incas no tenían ningún ídolo en sus templos. De hecho en algunas representaciones si que había uno, la imagen de Manco Capac, pero no de ningún dios. Esta costumbre nos recuerda los mandatos del Éxodo bíblico de no forjar ni adorar ídolos.
Los quipos incas eran cuerdas de diferentes colores, de lana, con nudos en diferentes posiciones. Estos quipos se parecen a los tzitzit israelitas. Estos tzitzit eran flecos en el extremo de un hilo  azul que se sujetaban a las prendas para recordar los mandamientos de dios.
La sucesión para los incas era también la de los hebreos, que lo heredaron de los sumerios. El heredero legal era el hijo tenido con una hermanastra como ocurrió con Rocca.
Otra similitud está en la costumbre de la circuncisión que se aplicaba en el caso inca solo en la familia real.
Humboldt mencionó una leyenda según la cual la gente del otro lado del océano Atlántico desembarcó en Venezuela y se introdujo tierra adentro. Existen restos del sendero que cruzaba desde Venezuela /Guayana hasta Ecuador/Perú. En la desembocadura del Amazonas se han encontrado cerámicas con diseños sumerios y mesopotámicos. Hubo otra ruta importante que conectaba el punto de desembarco por el sur con los Andes.
Pero ese pueblo que desembarcó ahí no fueron los incas sino un pueblo transatlántico. Los incas desembarcaron en el océano Pacífico en la costa peruana. Ese pueblo fueron los olmecas que después de su desembarco en el golfo de Méjico, se extendieron hacia el sur en América Central y luego por  el norte de Sudamérica.
En el lado occidental, en la costa de Ecuador y de Colombia en el Pacífico las leyendas nos narran la llegada de los naymlap y otros antepasados de sudamericanos sino dos desembarcos de gigantes, uno en tiempos del Imperio Antiguo, y el otro en tiempo de los mochicas.

«Llegaron por la costa, en embarcaciones de juncos tan grandes como barcos, un grupo de hombres de tal tamaño que, desde la rodilla hacia abajo, eran de altos como un hombre normal».

Estos gigantes utilizaban herramientas de metal para cavar túneles en las rocas y robaban la comida a los nativos. Violaban a sus mujeres pues los no había mujeres entre los gigantes desembarcados. En la cerámica mochica aparecen ellos representados en blanco y los gigantes en negro. En esta cerámica también aparecen ancianos blancos con barbas.

Estos gigantes eran los negros olmecas y sus compañeros barbados los misteriosos “asirios” que huían de las sublevaciones de Centroamérica hacia el 400 a.C. Fueron dejando monolitos, entre ellos cabeza de piedra gigantes, o estatuas de piedra que representaban a gigantes con herramientas o armas, y con rasgos africanos olmecas.

Quizá estos invasores transatlánticos fueron los que llevaron a Sudamérica los relatos de la creación, del diluvio, del dios serpiente.

El panteón de los dioses de la zona ecuatorial estaba formado por doce dioses encabezada por un tríada: el dios de la creación, el dios del mal y la diosa madre; también incluía a los dioses de la luna, del sol y del trueno o lluvia. El dios de la luna tenía un rasgo superior al del sol.

El jefe de los dioses en chibcha se llamaba Abira, que se asemeja mucho al epíteto divino mesopotámico Abir que significa fuerte, poderosos. El dios de la lluvia, como he repetido, se llamaba Si o Sian que se parece mucho al nombre mesopotámico de ese mismo dios, Sin.

Antes de los mochicas estaban los chavín –cultura chavín- desde el 1500 a.C. aproximadamente. Surgió repentinamente y sin desarrollo previo gradual aparente. Su centro era Chavín de Huantar a 3000 metros de altitud en los Andes, situado en un valle triangular que forman unos ríos. Ese valle triangular se allanó, se abancaló en unas 3 hectáreas. Allí se construyeron estructuras geométricas cuidadosamente adaptados al terreno. Estaba rodeada por una muralla de 12 metros salvo en el este que estaba abierta al río. En su interior hay edificios  y plazas alineados con los puntos cardinales de forma precisa.
El edificio más grande estaba construido en piedra recubiertas por unas losas lisas semejantes al mármol con incisiones decorativas. Desde el este se llegaba a este edificio por una escalera monumental que accedía a un pórtico imponente flanqueado por dos columnas cilíndricas –algo extraño en Sudamérica- y unos bloques verticales de piedra junto a ellas. El pórtico así sustentado tenía un dintel horizontal de 9 metros hecho de una sola piedra. Tras el pórtico había una escalera doble que conducía hasta dos torres. En la parte oriental que da acceso al edifico había una plaza hundida a la que se accedía por escalones y que estaba rodeada por tres plazas rectangulares. En la parte externa de la plaza hundida había una gran roca alineada con las escaleras del edificio. Esta roca era plana con siete agujeros y una hornacina rectangular.
En el interior de este edificio y de otros dos grandes edificios hay unas estructuras laberínticas, con pasillos, habitaciones y escaleras. Hay pasadizos sin salida, hornacinas y salientes sin propósito aparente, y conductos verticales o en pendiente. En el edificio principal se encontró el Obelisco de Tello con unos dibujos aglomerados de cuerpos y rostros humanos pero con garras o alas, con pájaros, árboles dioses que emiten  rayos o cohetes y con muchos trazados geométricos.
Otra piedra tallada encontrada es el monolito de Raimondi, que se cree que estaba sobre la gran roca plana de la plaza hundida. Sobre el monolito de dos metros y medio de altura hay un dios con un arma en cada mano. Su cuerpo y extremidades son antropomórficas pero su rostro no. Su rostro no es humano ni ningún animal de Sudamérica. El rostro parece el de un toro, animal que no existía en Sudamérica, pero sí en Mesopotamia. El toro era el animal de culto de Adad, y todavía hoy se llama Montes de Tauro a una cordillera que atraviesa sus viejos dominios.
Otra piedra tallada encontrada es El Lanzón, una columna con forma lanceolada de 3´5 metros de altura. Colocada en una galería de 3 m de altura su extremo superior sobresalía a través de una abertura cuadrada. La piedra contiene una imagen de un rostro antropomorfizado que parece un toro.
El fin de estos edificios de Chavín de Huantar no era religioso sino funcional. Contienen una red de túneles en la roca por debajo de toda la ciudad y conectaban varios compartimentos subterráneos alineados.  Estos túneles conectan los dos ríos que bordean Chavín, uno por encima de la ciudad (en la montaña) y el otro por debajo (en un valle). De esta forma ingeniosa creaban un potente y controlado flujo de agua para utilizarla en dispositivos de criba de oro.
Estas obras hidráulicas se encuentran en asentamientos olmecas, en Méjico, y en varios lugares de los Andes.
Entre los objetos de Chavín de Huantar hay recipientes con forma de toro-felino, de cóndor-águila, de tortuga. Hay jeroglíficos hechos con colmillos entrelazados en las paredes y en objetos. Hay losas decoradas con motivos egipcios como el Ojo de Ra, serpientes o pirámides. Hay piedras decoradas con motivos mesopotámicos como los discos alados, o dioses con tocados cónicos como los dioses mesopotámicos. Estos dioses tienen rasgos africanos y están tallados en hueso.
Estos negros africanos aparecen piedras grabadas en Chavín y en lugares cercanos, y se les ve sosteniendo algún tipo de herramienta. En lugares costeros próximos se encuentran cabezas –en arcilla- de los visitantes barbados. En ellas se aprecia una enorme semejanza con las esculturas asirias. Se han encontrado cabezas de piedra esculpidas con rasgos semitas en Chavín de Huantar pero con muecas grotescas o mutilaciones clavadas como trofeos en las murallas por lo parece que no consiguieron llegar vivos hasta allí.
La llegada de estos olmecas  y semitas parece que tuvo lugar hacia el 1490 a.C. Fue durante el reinado del 12º rey del imperio antiguo cuando llegaron a Cuzco noticias del desembarco de hombres de gran estatura, que se asentaron por toda la costa y tenían herramientas de metal. Pasado un tiempo los gigantes se movieron hacia las montañas. Los gigantes provocaron la ira del Gran Dios y éste los destruyó.
Esta fue la primera oleada, no la segunda, aquella que en el 400 a. C. tuvo lugar cundo olmecas y semitas huían de Mesoamérica. La primera oleada y la segunda terminaron igual.  Se han hallado imágenes de cuerpos negroides mutilados y con grotescas expresiones. Allí terminó la expansión de esta cultura africano-semita tanto en Mesoamérica como en los Andes, llegando hasta Chavín y no pasando más al sur, aunque algún africano si que avanzara algo más.
En Chavín antes que esos barbados habitaron otros hombres blancos, que aparecen retratados en bustos de piedra espléndidamente vestidos, con turbantes. Sus narices rectas los identifican como indoeuropeos, originarios de Asia Menor, Elam y quizá el valle del Indo. En  la zona de Chavín, y norte de los Andes aparece en tablillas de piedra la representación de la hazaña de Gilgamesh en lucha con dos leones. Estos indoeuropeos no parecen haber llegado a Centroamérica sino sólo en Sudamérica.
Según la leyenda de Naymlap llegaron a través del Pacífico a Ecuador, concretamente a la península de Santa Elena que se introduce en el océano. Allí se han encontrado asentamientos antiguos fechados hacia el 2500 a.C. en lo que se llama la fase Valdiviana. De estos asentamientos hay estatuillas de piedra con la nariz recta, y con el jeroglífico hitita de dioses en cerámicas.
Estos indoeuropeos se extendieron hacia el sur y construyeron en Cuzco, en Machu Picchu, y en todas partes donde se extrajera o cerniera oro. Al sur de Chavín, en muchos sitios se moldearon rocas como si fueran plastilina haciendo plataformas con escaleras que no llevan a ninguna parte, canales, hornacinas, compartimientos, túneles en las montañas, canalizaciones de agua para que ésta fluyera en la dirección deseada y con finalidad no de satisfacer las necesidades urbanas por que sus habitantes podían abastecerse fácilmente del cercano río sin estas sofisticadas instalaciones.

Las ruinas de Sayhuiti-Rumihuasi:

Uno de estas instalaciones son las ruinas de Sayhuiti-Rumihuasi al oeste de Cuzco. Se encuentra en la confluencia de un río y un torrente menor, como tantas otras instalaciones de este tipo.
Hay un muro de contención y unas construcciones de gran tamaño en ruinas que se llaman pirámides truncadas (en la lengua nativa). Este lugar es conocido por los monolitos “los grandes monolitos de Sayhuiti”.
 Entre ellos el llamado Gran Monolito desde lejos parece un inmenso huevo brillante apoyado en la ladera. Mide 4´2x3x2´7 metros. La parte inferior se modelo con precisión como medio ovoide, y la superior se labró como mapa, plano de alguna zona desconocida.
Ese mapa presenta ríos, túneles, canales, escaleras, muros, plataformas, edificios con hornacinas, animales de Perú y figuras humanas que parecen guerreros.
En el extremo superior del Gran Monolito hay un “plato” y desde allí descienden serpenteando unos surcos de unos 3 cm de anchura hasta unos agujeros de desagüe redondos en el borde inferior del mapa.
Unos surcos zigzagueantes como los del Gran Monolito también están en  un inmensa roca que se talló geométricamente con peldaños, plataformas, y hornacinas en cascada. En la parte superior de uno de sus lados se tallaron pequeños platos conectados a un “recipiente”  más grande del que desciende un canal que se separa en dos surcos. Esto parece indicar que se vertía cierto líquido en la roca recipiente (roca que había sido vaciada, y con una puerta -abertura por detrás).  Este lugar también presenta  losas con surcos complejos, agujeros geométricamente preciso que podían haber tenido una finalidad técnica.

Los canales sinuosos de Kenko:

Kenko, que en lengua nativa significa canales sinuosos se encuentra al este de Sacsahuamán. Contiene un enorme monolito que se eleva sobre una base y semeja un animal grande como un león que se levanta sobre sus patas traseras. El monolito está rodeado por un muro de algo menos de dos metros de altura con hermosos sillares. La base del monolito es una inmensa roca. El muro circular empieza (y se cierra) sobre esa roca como una pinza.
En la parte opuesta  a esa unión del muro con la roca, esta se labró en varias terrazas con escalones. En los laterales se talló la roca como planos inclinados con canales zigzagueantes.  El interior de la roca se vació para crear túneles complejos y cámaras. Hay una puerta abertura en la roca tallada geométricamente y dentro unas estructuras que algunos comparan con tronos y altares.

Otro lugar interesante es el Cori-Huairachina está a unos 80 km de Cuzco y su nombre significa “donde se purifica el oro” (¡  !). Allí se hizo un curso artificial para que el agua cayera por una cascada entre dos muros por 54 peldaños tallados en la roca.

Sacsahuamán:

Existen varios sitios más de estos a lo largo del valle Sagrado y por el lago Dorado. Parece que el sitio más colosal e importante de todos fue Sacsahuamán.
A 15 km de allí en Pampa de Anta hay tallados en la roca unos escalones en forma de luna creciente, que le dieron el nombre al lugar “piedra luna” = Quülarumi. Múller consideró que era un observatorio astronómico para el promontorio de Sacsahuamán por que allí no hay nada que ver salvo los cielos del este.
En Sacsahuamán se construyeron murallas, conductos, y otras estructuras: tallando la roca viva y añadiendo grandes sillares tallados de forma geométrica poligonal. Todas estas estructuras tenían como fin la canalización de agua de lluvia o del deshielo de forma controlada de nivel en nivel.
Una inmensa zona circular cerrada con esos sillares megalíticos parece que hacia las funciones de embalse. Una esclusa subterránea construida con esos sillares permitía  la salida del agua del embalse circular. De esa cámara esclusa sale un canal que va a parear al laberinto Chingana excavado en la roca por debajo del embalse circular.
Todo indica que eran lugares donde se purificaba el oro, una criba del oro a gran escala. En el embalse circular se vertía algún mineral o compuesto químico desde el Rodadero, y por el otro lado del embalse entraba agua con fuerza. Luego el agua salía por la cámara-esclusa, circulaba por el laberinto y finalmente quedaba en las cubas de piedra el oro limpio. Pura alquimia.
Las colosales murallas megalíticas protegían y daban soporte a la plataforma maciza que era imprescindible para los vehículos de transporte del mineral. ¿vehículos aéreos?

Ollantaytambo:

Este lugar situado a unos cien kilómetros al noroeste de Sacsahuamán tomo su nombre “lugar de descanso de Olíantay”, un inca que se refugió allí en la época colombina.

Está situado en la confluencia de dos ríos en la cima de una empinada ladera entre las montañas. La ladera tiene tallados cientos de escalones de piedra (toscamente tallados) que llevan hasta los edificios principales en la cima. Allí al lado de estructuras posteriores hay otras megalíticas. Éstas comienzan con un muro de piedras poligonales típicas, un pórtico tallado en un único bloque de piedra y dentro un segundo muro de piedras megalíticas pero mayores que las externas. Sobre este muro hay una plataforma. El segundo muro a la derecha presenta un recinto llamado el templo central con aberturas trapezoidales, dos que parecen puertas y otras diez falsas ventanas. El segundo muro a la izquierda presenta una enorme puerta muy bien trabajada que serviría de entrada a las principales estructuras.

Una hilera de seis colosales monolitos se elevan en la terraza superior. Tienen entre 3 y 4 metros de altura, algo menos de 2 m de anchura y un grosor que varía entre 0´9 y 1´8 metros. Presentan relieves decorativos que se han deteriorado con el tiempo, entre ellos el dibujo de una escalera. Estos monolitos formaban parte de un muro de contención para soportar una plataforma superior. El tamaño y la robustez de los bloques de piedra aquí recuerdan la plataforma de Baalbek en el Líbano.

En el viejo mundo los nefilim instalaron el espaciopuerto mayor en la península del Sinai y el lugar de aterrizaje para vehículos aéreos menores (no interplanetarios) en Baalbek. Diseñaron un corredor de aterrizaje con balizas en montañas (naturales y artificiales, pirámides) con un ángulo exacto de 45º con respecto al ecuador.

Este ángulo lo encontramos también en Perú, con la línea imaginaria que desde la roca Sagrada del Machu Pichu (desde la ventana con forma de cuña del torreón semicircular) hasta el Intihuatana, respecto a los puntos cardinales.

Este ángulo se encuentra no solo en Machu Pichu sino en los principales emplazamientos de este tipo. Si sobre el mapa se traza una linea que vaya desde el lago Titicaca (desde la isla del sol de Viracocha) pasando por Cuzco tendrá un ángulo de 45º, y pasará por Ollantaytambo y otros emplazamientos.

D´Ebneth llama a esa línea la Ruta de Wiracocha, y traza un cuadrado (él dice rejilla) cuyos vértices marcan los cuatro puntos cardinales y los lados tienen una inclinación de 45º respecto a estos. Si se pone el vértice noroccidental en Tampu-Tocco (Machu Picchu) el resto de lugares coinciden con las posiciones correctas. Después continúa el investigador con una serie de geometrías –líneas, círculos, polígonos- para relacionar sobre el mapa los diferentes lugares desde Tiahuanacu hasta Quito, incluyendo al templo de Pachacamac. Con cálculos angulares y geométricos se calcula que ese cuadrado-rejilla muestra una inclinación de la tierra de 24º08´ y esto se corresponde con el año 3172 a.C.

Tiahuanaco:

En el lago Titicaca, a casi 4000 m de altitud, en un lugar árido, casi sin vida se construyó esta singular “ciudad” entre picos andinos altísimos con nieve “perenne”, la más antigua y más grande de las ciudades de América.

El lago está en una llanura, una depresión y vierte sus aguas hacia el sur a través de un río y al este y al oeste están las montañas nevadas con alturas de unos siete mil metros.

Desde allí se puede ver todo el altiplano de Perú y Bolivia, con sus ríos, lagos, llanuras y montañas como si se estuviera viendo un mapa. Es el lugar perfecto para un gran espaciopuerto.

En Tiahuanaco una colina artificial hecha sobre una roca de 270x 120 m y de altura 36 metros daba paso a dos grandes esculturas con aspecto humano que llevan ropa y algo sobre la cabeza. Había muros y en los bloques de piedra había agujeros y huecos en el suelo. Una parte de la gran metrópoli de Tiahuanacu recibe el nombre de Puma-Punku, y aquí se encuentra partes derribadas de un gran edificio, con porciones rotas que pesan cien toneladas cada porción (el bloque completo serían unas cuatro porciones) hechas de un material (arenisca roja) procedente de un lugar a quince kilómetros.

Estos bloques de piedra tienen surcos, muescas, ángulos y superficies precisas. Las muescas parece que servían para colocar unas grapas de bronce que sujetaban unas piezas con otras. En Ollantaytambo también están las muescas, pero aquí además están las grapas de bronce. El bronce es una aleación de cobre y estaño difícil de conseguir, sobretodo por que el estaño sólo se puede obtener puro mediante procesos metalúrgicos a partir de sus minerales.

Puma-Punku era un puerto sobre el lago (ya que entonces el lago llegaba hasta allí). En Puma-Punku hay recintos similares al sistema hidráulico de Chavín, con sus embalses, estanques, cámaras-esclusa. Existen artefactos de diseños tecnológicos sofisticadísimos (en piedra) que parecen matrices, troqueles para la fabricación de elementos metálicos, elementos de algún equipo complejo.

Tiahuanacu se construyó cuando el nivel del lago era treinta metros más alto y antes de que toda la región fuera arrasada por una enorme avalancha de agua, ¿el diluvio? El investigador descubrió tres fases en la historia del asentamiento. Fue poblado por dos razas mongoloides y después caucásicos medio orientales, pero no negroides. Descubrió que el lugar soportó dos catástrofes: primero esa avalancha de agua, y después un repentina catástrofe de naturaleza desconocida.

En Tiahuanacu hay partes que destacan especialmente.

Una es Akapana, una colina en el sudoeste que parece que fue una pirámide escalonada, quizá con el fin de ser la fortaleza que defendía el lugar. En la cima de esta pirámide había un óvalo excavado que servía como estanque de agua. Debajo de ese estanque, una vez drenado el agua, se encontraron canales de desagüe para regular el flujo de agua desde un nivel superior a otro situado 15 metros por debajo pero recorriendo un sinuoso camino por conductos que verticales alternados con horizontales y con complejos mecanismos internos. Finalmente unos metros por debajo del fondo de la pirámide, el agua salía por un desagüe de piedra hasta un canal artificial de 30 metros de ancho que rodeaba como un foso todo el lugar, y se comunicaba con los muelles y desde allí con el lago.Al drenar el estanque se sacaron grandes cantidades de guijarros redondos de color verde oscuro de unos tres o cuatro centímetros, de naturaleza cristalina desconocida (no analizada). Quizá tuvieran algo que ver con el proceso de lavado del mineral en la instalación piramidal.

La estructura K de Posnansky tenía muchos elementos subterráneos y semisubterráneos. Había canales y un desagüe, una posible conexión con Akapana y con otras estructuras subterráneas en dirección al lago. El material de construcción es una piedra dura llamada andesita. Los compartimentos estaban completamente impermeabilizados, en sus juntas y entre las losas con una capa de cal de cinco centímetros de grosor. Todo indica que se trata de unas extensas obrar hidráulicas a nivel del suelo y por debajo de éste.
 La segunda construcción destacada de Tiahuanacu es un colosal pórtico de piedra como un arco de triunfo, tallado de un único bloque de piedra de más de cien toneladas y que mide tres por seis metros, y contiene intrincados grabados, hornacinas, aberturas y superficies geométricas.
En la parte grabada, en la parte superior, hay una figura central tallada con relieve y a sus lados tres hileras, una sobre otra, de seres alados (ocho por cada fila, a cada lado, o sea 48). Las cinco más centrales están grabadas con el mismo relieve que la figura central pero las otras no, como si fueran un añadido posterior. Debajo de la figura central y de la hilera inferior hay otra franja con el rostro de la figura central bajo una línea sinuosa. Se dice que la figura central es Viracocha con un objeto en cada mano. Esta figura aparece en vasijas, tejidos y otros objetos por todo el sur de Perú y alrededores.
Se considera que esa figura central “C”, junto a la franja inferior “b…”, y los quince espacios laterales de cada lado “a” representan un calendario de un año que comenzaba con el equinoccio de septiembre
a
a
a
a
a

C
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b’
b
b
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b
b
b
b’
 (de primavera en el hemisferio sur). La figura central “C” representa el primer mes del calendario. El elemento que está justo debajo de C, es decir B representa el otro mes equinoccial, el de principio del otoño (marzo-abril), y el resto de b son otros meses.
En los dos extremos inferiores (b’) hay dos figuras haciendo sonar un cuerno junto a una cabeza humana. Estos son los meses de los solsticios por que es cuando el Sol se aleja más, y las figuras representarían a los sacerdotes que hacen sonar el cuerno para que regrese el sol.
En esta interpretación se trata de un calendario de piedra, un calendario solar que marcaba equinoccios y solsticios, un calendario de once meses (b) de treinta días cada uno (a) más el mes C de 35 días.
Este calendario nos recuerda al calendario de Nippur del 3800 a.C, el calendario hebreo.
La imagen de la deidad, de los seres alados y de las caras b están hechos por la repetición de muchos componentes con forma geométrica propia. Esos componentes aparecen en otros monumentos y ceramicas. Los componentes que más se repiten son la cruz y la escalera. Se hizo un estudio nombrando y separando cada componente.
La puerta era parte de una enorme estructura, el Kalasasaya, “los pilares erguidos”, por que esto es lo que ha quedado, una serie de pilares de piedra que marcan un recinto rectangular de 137 x 122 m. Parece que la puerta no está en su posición original. Además la puerta está partida en dos en la parte de arriba. No se sabe cómo se partió pero está claro que estaba  sepultada con tierra cuando llegaron los españoles y no la encontraron. Fue descubierta así en el siglo XIX. La puerta debió estar caída y rota y la colocaron después en su actual posición, que terminó cubierta de tierra hasta su descubrimiento.
Los expertos consideran que el Kalasasaya era un ingenioso observatorio astronómico.
En el interior del recinto del Kalasasaya había una pirámide escalonada hueca que rodeaba a un patio cuadrado central abierto, con una escalera principal en el centro del muro oriental. Había dos terrazas amplias en la parte oeste de la pirámide que eran los principales puntos de observación.
Si se miden desde aquí con sus ángulos y distancias la inclinación de la tierra respecto al sol no se encuentran los 23´5º actuales sino 23º8´48´´. Esto se corresponde con el año 15.000 a.C. Es decir, se construyó milenios antes del diluvio.
(No hay que confundir la inclinación de eclíptica con la precesión. La precesión que se suele medir en el equinoccio de primavera se refiere al fondo estelar contra el cual asciende el Sol en ese día. La precesión cambia ese fondo estelar 30º cada 2160 años, y se llama signo zodiacal. En cambio el primer fenómeno –la inclinación- es consecuencia de un balanceo de la Tierra, como un barco en el mar. Esta inclinación viene a ser de 1º cada 7000 años)
Se dispone de datos sobre la curva de ascenso y descenso –inclinación- de la tierra por datos de la antigua China y la antigua Grecia y sobre las extrapolaciones de los datos astronómicos se deduce la fecha de 15000 a.C. si bien aparece otra fecha algo posterior con algo menos probabilidad.
Müller calculó el año 4000 a.C. para Cuzco y Machu Picchu. D’Ebneth calculó que la rejilla de Viracocha la fecha de 3172 a.C.
En los escritos de J. de Betanzos  se menciona en Tiahuanacu el día de la oscuridad, en que el sol no surgía. Dice que Viracocha ordenó al Sol que se moviera e hizo que comenzara el día. Esto ocurrió hacia el 1400 a.C.
Se ha comparado Tiahuanaco con Teotihuacán, con un eje principal este-oeste, y varias arterias norte-sur. En Tiahuanaco se han encontrado muros en forma de meandro que servirían de muelles para aguas profundas para amarrar barcos ¿de carga?
Los misteriosos guijarros verdes se han encontrado por todas partes en Tiahuanacu. Las rocas de esos muros de los muelles también se volvieron verdes como los guijarros. Ese el color que le da a la piedra y al terrerno el cobre oxidado, de modo que estos materiales estaban expuestos al cobre.
La leyenda dice que cuando apareció el sol tras el diluvio los rayos de sol iluminaron una de las dos islas que hay frente de la península de Copacabana, la isla de Titicaca, la roca sagrada, la isla del sol. Allí Viracocha dio la varita de oro a Manco Capac.
La palabra Titicaca significa Piedra de Estaño, de Titi que en aymara es el metal estaño, y kalla es roca. De modo que el lago Titicaca era la fuente de estaño aunque el cobre lo traían de fuera.
Por el estaño y el bronce se construyó Tiahuanacu.
En la región del lago titicaca se puede encontrar gran cantidad de estaño reducido y fundido, y objetos de bronce en emplazamientos que son sumamente antiguos. En las minas antiguas se pueden encontrar cobre y estaño. Las minas de estaño estaban cerca del lago Titicaca a unos diez kilómetros de Tiahuanacu.
Todo esto llevó a los investigadores a suponer que la parte trasera de las hornacinas de la Puerta del sol habían estado cubierta con paneles de oro y que giraban con puntas giratorias, bisagras, de bronce.
Se encontraron en Puma-Punku y en otras partes de Tiahuanacu bloques de piedra con entalladuras para albergar cerrojos de bronce. En Puma-Punku se encontró una pieza de bronce con puntas dentiformes que parecía un mecanismo para levantar pesos. Se han encontrado barras, palancas, cinceles, cuchillos, hachas de bronce sin olvidar el saqueo sistemático al que estos lugares están siendo sometidos desde hace siglos o milenios.
El investigador Posnansky narra como en las estribaciones montañosas del altiplano se ha encontrado túneles abiertos por pobladores de una época remota en busca de estaño para formar bronce.
Al norte del lago hay grandes montañas con ríos que vierten hacia el norte, hacia la cuenca del Amazonas (según algunos la verdadera fuente del Amazonas estaría aquí) y después al océano atlántico. Entre estas montañas del norte que bordean el lago y Cuzco es donde se encontró la mayor parte del oro inca.
El lago Titicaca está formado por dos más de agua unidas en el sur por un estrecho que une la porción norte muy grande con una especie de laguna sur. Las aguas del norte son ventosas y en cambio las de la laguna sur son tranquilas. En esta laguna están las dos islas de las leyendas: la isla del Sol y la isla de la Luna.
En el sur de esta laguna sur está el río Desaguadero que es el principal desaguadero del lago. Próximo a esa salida al río está Tiahuanaco. Este río lleva 400 km  al sur hasta otro lago, el Poopó, en Bolivia. En torno al río hay cobre y plata, y también  en su recorrido hasta el Pacífico.
El emplazamiento de Tiahuanaco está en el único terreno llano de la zona, es el único lugar con pasos montañosos en las tres direcciones terrestres y a través del lago con el norte. Es el único lugar donde están tan a mano el oro, la plata, cobre y estaño. Demasiados puntos que la convirtieron en la capital metalúrgica de Sudamérica, o mucho más aún.´
Sobre la etimología de Tiahuanacu se supone que significa Ciudad Estaño.
Uno de los bloques de piedra de Puma-Punku chapados en oro con extrañas cavidades y un profundo surco en el intrior tenía una esquina cortada a modo de embudo, y existe un lugar proximo con objetos de oro que se llama Chuqui-Pajcha que en aymara significa “donde el oro líquido pasa por el embudo” que nos parece indicar que era un proceso de producción de oro.


11.000 a.C. – 4000 a.C.

Las fuentes prediluvianas de oro en África quedaron inutilizables prácticamente a causa del diluvio, por lo que los annunakis buscaron por el planeta la ubicación de otras fuentes de oro.

Los encontraron en unos inmensos filones a lo largo de los Andes desde Colombia hasta Chile. La gran avalancha de agua del diluvio sacó los metales oro, plata y cobre y minerales que estaban incrustados en las rocas de las montañas, los expuso al exterior, los lavó dejándolos por las laderas y los lechos fluviales. Muchos ríos fueron arrastrándolos por sus cuencas incluido Brasil hasta el océano Atlántico. En estos filones andinos se encuentran además valiosos minerales muy importantes para la fundición y el refinado, para la metalurgia.

Algunos de los filones más ricos en oro se encuentran al este y al norte del lago Titicaca. Allí también se encuentran unos filones de estaño en su mineral casiterita.

En los lechos fluviales se había depositado el oro pero mezclado con lodo y grava. Sería necesario separarlo. El oro de las montañas era puro pero sería necesario utilizar herramientas para picar en las paredes montañosas. Se iniciaron los trabajos en el lago Titicaca.


En el lago Titicaca, a casi 4000 m de altitud, en un lugar árido, casi sin vida los annunakis habían construido, antes del diluvio, una base entre picos andinos altísimos con nieve “perenne”, fue el origen de la que llegaría a ser con el tiempo la más antigua y más grande de las ciudades de América, Tiahuanacu.

El lago está en una llanura, una depresión y vierte sus aguas hacia el sur a través de un río y al este y al oeste están las montañas nevadas con alturas de unos siete mil metros.

Desde allí se puede ver todo el altiplano de Perú y Bolivia, con sus ríos, lagos, llanuras y montañas como si se estuviera viendo un mapa. Es el lugar perfecto para la construcción del espaciopuerto en el continente.

La primitiva base de Tiahuanacu se construyó cuando el nivel del lago era treinta metros más alto y antes de que toda la región fuera arrasada por una enorme avalancha de agua, el diluvio.

Hay tres fases en la historia del Tiahuanacu.

La primera fase comprende desde establecimiento de unas instalaciones annunakis, con fin fundamentalmente de aeropuerto, con alguna otra estructura, hasta el diluvio.

La segunda fase comienza con la elección de lo que sobrevivió a la avalancha de agua como asentamiento minero y termina unos nueve milenios más tarde con una repentina catástrofe de naturaleza desconocida. Fue poblado por dos razas mongoloides y milenios más tarde traerían caucásicos medio orientales, pero no negroides procedentes de Asia.

En la historia de Sudamérica andina se distinguen así cinco etapas o soles:

Primero hubo un periodo floreciente y prospero con el gobierno de los dioses. Es la primera era o primer sol. Es la era de los viracochas, unos dioses blancos y barbados.

La segunda fase se divide en tres partes:

El periodo que va desde su elección como base minera hasta que conocida la visita de Anu, se trasformó profundamente el asentamiento minero en una ciudad.

El emplazamiento de Tiahuanaco está en el único terreno llano de la zona, es el único lugar con pasos montañosos en las tres direcciones terrestres y a través del lago con el norte. Es el único lugar donde están tan a mano el oro, la plata, cobre y estaño. Demasiados factores a su favor que la convertirían en la capital metalúrgica de Sudamérica, o mucho más aún.

Las leyendas andinas dicen que Viracocha era uno de los grandes dioses que vino del cielo en tiempos remotos y cuando viajó a Sudamérica se estableció en Tiahuanacu donde hizo su morada con magníficos edificios.
Tras el diluvio, que elevó las aguas por encima de las montañas más altas, en que murieron casi todos los hombres, salvo unos pocos que se refugiaron en una “caja”. Luego las aguas descendieron y el viento llevó la caja hasta una montaña, lugar que llaman Huanaco. Parte de los descendientes de aquellos supervivientes fueron llevados por Viracocha hasta otro lugar que llaman Tiahuanacu.
Con Viracocha vivían otros dioses que estaban a sus órdenes.
Al norte del lago hay grandes montañas con ríos que vierten hacia el norte, hacia la cuenca del Amazonas (según algunos la verdadera fuente del Amazonas estaría aquí) y después al océano atlántico. Entre estas montañas del norte que bordean el lago y Cuzco es donde se encontró la mayor parte del oro inca.
El lago Titicaca está formado por dos masas de agua unidas en el sur por un estrecho que une la porción norte muy grande con una especie de laguna sur. Las aguas del norte son ventosas y en cambio las de la laguna sur son tranquilas. En esta laguna están las dos islas de las leyendas: la isla del Sol y la isla de la Luna.
En el sur de esta laguna está el río Desaguadero que es el principal desaguadero del lago. Próximo a esa salida al río está Tiahuanaco. Este río lleva 400 km al sur hasta otro lago, el Poopó, en Bolivia. En torno al río hay cobre y plata, y también en su recorrido hasta el Pacífico.
Primero, Tiahuanacu, fue un asentamiento para el oro, y más tarde lo será para el estaño y el oro. Uno de los bloques de piedra de Puma-Punku chapados en oro con extrañas cavidades y un profundo surco en el interior tenía una esquina cortada a modo de embudo, y existe un lugar próximo con objetos de oro que se llama Chuqui-Pajcha que en aymara significa “donde el oro líquido pasa por el embudo” que nos recuerda que era un proceso de producción de oro.
El emplazamiento de Tiahuanaco está en el único terreno llano de la zona, es el único lugar con pasos montañosos en las tres direcciones terrestres y a través del lago con el norte. Es el único lugar donde están tan a mano el oro, la plata, cobre y estaño. Demasiados puntos que la convirtieron en la capital metalúrgica de Sudamérica, o mucho más aún.´
Las leyendas andinas dicen que Viracocha era uno de los grandes dioses que vino del cielo en tiempos remotos y cuando viajó a Sudamérica se estableció en Tiahuanacu donde hizo su morada con magníficos edificios.

El segundo periodo va desde 3760 hasta el 2500. Es el llamado periodo de arenisca por su utilización en los monumentos.

En las estribaciones montañosas del altiplano se ha encontrado túneles abiertos por pobladores de esta época remota, el segundo y el tercer periodo, en busca de estaño para formar bronce.

El tercer periodo va desde el 2500 a.C. hasta la destrucción de Tiahuanacu. Unos hombres procedentes del Pacífico subieron por el río y masacraron a la población descendiente de aquellos que los annunakis llevaron desde Asia para trabajar.

La tercera fase es la posterior a esa destrucción.

3760 a.C

Hubo un acontecimiento que cambiaría como el diluvio el devenir de la historia. Se trata de la visita de Anu y su esposa Antu a nuestro planeta hacia el año 3760 a.C. Su interés principal era comprobar el estado de la extracción del oro para su planeta aprovechando el momento del transporte del metal a su planeta por haber llegado éste al afelio.

El conocimiento de que se iba a producir esta visita de estado tuvo consecuencias para el ornamento de las instalaciones mineras del lago Titicaca. Así las instalaciones metalúrgicas y de transporte se transformaron en una flamante ciudad, Tiahuanacu, con avenidas impresionantes, edificios y todo lo imaginable para complacer a los soberanos del sistema solar. Se cubrieron con placas de oro las paredes de los edificios y los monumentos. Todavía se pueden ver los agujeros redondos en las piedras de los clavos también de oro. Incluso se pueden algunos de estos clavos de oro todavía clavados en la piedra. La ciudad de Tiahuanacu no debía afear respecto a las grandes ciudades de los annunakis en el Eden (Mesopotamia). Por supuesto tenía que tener un observatorio astronómico de primer nivel, y así se construyó el Kalasasaya.

En Tiahuanacu hay tres partes que destacan especialmente:

Una es la pirámide de Akapama.
La segunda construcción destacada de Tiahuanacu es un colosal pórtico de piedra como un arco de triunfo, tallado de un único bloque de piedra de más de cien toneladas y que mide tres por seis metros, y contiene intrincados grabados, hornacinas, aberturas y superficies geométricas.
En la parte grabada, en la parte superior, hay una figura central tallada con relieve y a sus lados tres hileras, una sobre otra, de seres alados (ocho por cada fila, a cada lado, o sea 48). Las cinco más centrales están grabadas con el mismo relieve que la figura central pero las otras no, como si fueran un añadido posterior. Debajo de la figura central y de la hilera inferior hay otra franja con el rostro de la figura central bajo una línea sinuosa. Se dice que la figura central es Viracocha con un objeto en cada mano. Esta figura aparece en vasijas, tejidos y otros objetos por todo el sur de Perú y alrededores.
Se considera que esa figura central “C”, junto a la franja inferior “b…”, y los quince espacios laterales de cada lado “a” representan un calendario de un año que comenzaba con el equinoccio de septiembre
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 (de primavera en el hemisferio sur). La figura central “C” representa el primer mes del calendario. El elemento que está justo debajo de C, es decir B representa el otro mes equinoccial, el de principio del otoño (marzo-abril), y el resto de b son otros meses.
En los dos extremos inferiores (b’) hay dos figuras haciendo sonar un cuerno junto a una cabeza humana. Estos son los meses de los solsticios por que es cuando el Sol se aleja más, y las figuras representarían a los sacerdotes que hacen sonar el cuerno para que regrese el sol.
En esta interpretación se trata de un calendario de piedra, un calendario solar que marcaba equinoccios y solsticios, un calendario de once meses (b) de treinta días cada uno (a) más el mes C de 35 días.
Este calendario nos recuerda al calendario de Nippur del 3800 a.C., el calendario hebreo.
La imagen de la deidad, de los seres alados y de las caras b están hechos por la repetición de muchos componentes con forma geométrica propia. Esos componentes aparecen en otros monumentos y cerámicas. Los componentes que más se repiten son la cruz y la escalera. Se hizo un estudio nombrando y separando cada componente.
La puerta era parte de una enorme estructura, el Kalasasaya, “los pilares erguidos”, por que esto es lo que ha quedado, una serie de pilares de piedra que marcan un recinto rectangular de 137 x 122 m. Parece que la puerta no está en su posición original. Además la puerta está partida en dos en la parte de arriba. No se sabe cómo se partió pero está claro que estaba  sepultada con tierra cuando llegaron los españoles y no la encontraron. Fue descubierta así en el siglo XIX. La puerta debió estar caída y rota y la colocaron después en su actual posición, que terminó cubierta de tierra hasta su descubrimiento.
Los expertos consideran que el Kalasasaya era un ingenioso observatorio astronómico.
En el interior del recinto del Kalasasaya había una pirámide escalonada hueca que rodeaba a un patio cuadrado central abierto, con una escalera principal en el centro del muro oriental. Había dos terrazas amplias en la parte oeste de la pirámide que eran los principales puntos de observación.
Si se miden desde aquí con sus ángulos y distancias la inclinación de la tierra respecto al sol no se encuentran los 23´5º actuales sino 23º8´48´´. Esto se corresponde con el año 15.000 a.C. Es decir, se construyó sobre una estructura que ya existía milenios antes del diluvio.
(No hay que confundir la inclinación de eclíptica con la precesión. La precesión, que se suele medir en el equinoccio de primavera, se refiere al fondo estelar contra el cual asciende el Sol en ese día. La precesión cambia ese fondo estelar 30º cada 2160 años, y se llama signo zodiacal. En cambio el primer fenómeno –la inclinación- es consecuencia de un balanceo de la Tierra, como un barco en el mar. Esta inclinación viene a ser de 1º cada 7000 años)
Se dispone de datos sobre la curva de ascenso y descenso –inclinación- de la tierra por datos de la antigua China y la antigua Grecia y sobre las extrapolaciones de los datos astronómicos se deduce la fecha de 15000 a.C. si bien otros datos indican la fecha apuntada de la visita de Anu. Quizá las dos fechas sean ciertas.
Se ha comparado Tiahuanaco con Teotihuacán, con un eje principal este-oeste, y varias arterias norte-sur. En Tiahuanaco se han encontrado muros en forma de meandro que servirían de muelles para aguas profundas para amarrar barcos.

Llegó el vehículo con los soberanos. Primero visitaron Mesopotamia donde estaba la capital mundial Uruk. Se celebraron grandes festejos, una procesión de antorchas portadas por annunakis los acompañó hasta su recinto dorado para pasar la noche. Por la mañana los sacerdotes llenaron los incensarios de oro durante los sacrificios, se despertó a los soberanos y se les sirvió un elaborado desayuno en fuentes de oro. Cuando los soberanos partieron fueron acompañados por una procesión de annunakis hasta el vehículo, acompañados por los cantos de los sacerdotes. Antes de esto los soberanos junto a los annunakis recitaron bendiciones siete veces, pues nuestro planeta es el séptimo contando desde el suyo hacia el Sol. La pareja soberana agarrándose las manos partió a visitar el principal establecimiento del oro en el planeta: las instalaciones del lago Titicaca.

Concluida la visita de Anu y su esposa a diferentes puntos del séptimo planeta, los soberanos volvieron al suyo con la tripulación y el cargamento de oro y los grandes annunakis volvieron a sus viejos enfrentamientos.

3760- 3450 a.C.

El nieto de Anu, e hijo de Enki, Marduk-Ra se enfrentó gravemente en diversos asuntos contra el príncipe soberano de nuestro planeta su tío Enlil, hijo y heredero del soberano Anu.

Entre estos, se destaca el incidente de la Torre de Babel. Marduk-Ra quería involucrar a la humanidad en la construcción de una torre de lanzamiento con el objetivo de conseguir la supremacía de su ciudad Babilonia para posteriormente convertirse en el soberano absoluto en nuestro planeta, relegando a Anu y a Enlil.

El intento fue frustado por Enlil y su hijo y heredero Ninurta. Enlil tomó la decisión de dispersar a la humanidad y confundir las lenguas. Era el 3450 a.C.

3450-3150 a.C.

En el viejo mundo los nefilim instalaron el espaciopuerto mayor en la península del Sinaí y el lugar de aterrizaje para vehículos aéreos menores (no interplanetarios) en Baalbek. Diseñaron un corredor de aterrizaje con balizas en montañas (naturales y artificiales, pirámides) con un ángulo exacto de 45º con respecto al ecuador.

Este ángulo lo encontramos también en Perú, con la línea imaginaria que desde la roca Sagrada del Machu Pichu (desde la ventana con forma de cuña del torreón semicircular) hasta el Intihuatana, respecto a los puntos cardinales.

Este ángulo se encuentra no solo en Machu Pichu sino en los principales emplazamientos de este tipo. Si sobre el mapa se traza una linea que vaya desde el lago Titicaca (desde la isla del sol de Viracocha) pasando por Cuzco tendrá un ángulo de 45º, y pasará por Ollantaytambo y otros emplazamientos.

D´Ebneth llama a esa línea la Ruta de Wiracocha, y traza una rejilla cuyos vértices marcan los cuatro puntos cardinales y los lados tienen una inclinación de 45º respecto a estos. Si se pone el vértice noroccidental en Tampu-Tocco (Machu Picchu) el resto de lugares coinciden con las posiciones correctas. Después continúa el investigador con una serie de geometrías –líneas, círculos, polígonos- para relacionar sobre el mapa los diferentes lugares desde Tiahuanacu hasta Quito, incluyendo al templo de Pachacamac. Con cálculos angulares y geométricos se calcula que ese cuadrado-rejilla muestra una inclinación de la tierra de 24º08´ y esto se corresponde con el año 3172 a.C.

D’Ebneth calculó que la rejilla de Viracocha la fecha de 3172 a.C.

En las cinco etapas de la historia de Sudamérica andina: Tras la era de los viracochas, unos dioses blancos y barbados vino la segunda era, la era de los gigantes. La tercera era es la era del hombre sin cultura, el hombre primitivo.

En esta era hubo conflictos entre los dioses y los gigantes pues algunos de estos no eran benévolos. Empezó la construcción megalítica.

3150 a.C.

El hijo de Enki, Ningishzidda/Thot con la ayuda inestimable de su padre organizó y dispuso el comienzo de la civilización egipcia hacia el 3150 a.C. El que fue constructor de las pirámides unos milenios antes dotó a los habitantes del Nilo de una escritura rudimentaria basada en la sumeria y de los diferentes principios básicos para que se iniciara la civilización.

Marduk-Ra continuó en su propósito. Fracasado el intento de hacerse con Sumer, ahora lo intentó desde el territorio de su hermano Ningishzidda/Thot en el norte del continente de su padre, desde Egipto.

Marduk/Ra abandonó Babilonia y volvió a Egipto y reclamó su soberanía a su hermano, con lo que éste quedó como un príncipe nefilim sin pueblo. Su padre no consiguió calmar las ansias de poder de su hijo y apoyó a su otro hijo Ningishzidda/Thot a que cediera su territorio para evitar una terrible guerra como las que ya habían tenido lugar entre los descendientes de Enki y que marchara a América, concretamente al Yucatán.

El enfrentamiento con su hermano Marduk/Ra lo convertía en un aliado potencial de sus primos, los hijos de Enlil: Ninurta, Nannar/Sin e Ishkur/Adad/Teshub/Viracocha aunque los primos seguían manteniendo las distancias. Por esto llegaron al acuerdo con Enki de repartir el continente americano. La parte fuerte de la familia se quedaría con Sudamérica donde estaban los grandes filones. Tras algunas conversaciones de familia Enki consiguió para su hijo la cabeza norte del filón pero quedando claro que se establecería en el norte y no allí. Establecieron la línea límite hacia la frontera entre Ecuador y Perú, un poco más al sur.

3113 a.C.

Quetzalcóatl, la Serpiente Alada, llego así a Yucatán en el 3113 a.C. acompañado de su padre y algunos súbditos con el propósito de continuar su proyecto civilizatorio egipcio a la vez que contribuir al aporte de oro.

En esta diplomacia entre viejos adversarios, cuando Ninurta pidió un templo-zigurat en Mesopotamia, fue su nuevo aliado Ningishzidda/Thot/ Quetzalcóatl quien diseñó los planos de construcción; también especificó los extraños materiales necesarios para ello, y se ocupó de suministrarlos. Intentaba mantener buenas relaciones con su vecino Ishkur/Adad/Teshub/Viracocha, y con el reino andino que se puso bajo su control en la región del Titicaca, a pesar de la rudeza de este primo.

Con este propósito diplomático Ningishzidda/Thot/Quetzalcóatl y su padre echaron una mano en el desarrollo de algunos de los emplazamientos satélites de procesamiento de metales de los alrededores de Tiahuanacu, pero sin entrar en la ciudad de su primo. Existen algunas estelas y esculturas de piedra de esta época que están decoradas con símbolos de serpientes; y algunas de las esculturas de personas encontradas en lugares cercanos así como dos colosales bustos que los nativos se llevaron al pueblo de Tiahuanacu para decorar la entrada de la iglesia, muestran, rasgos negroides.

2500 a.C.

En Oriente Próximo Inanna/Ishtar hijo de Nannar/Sin, y por lo tanto enlilita enemigo de Marduk/Ra se hizo con el poder y se enfrentó duramente a éste por la muerte de su esposo Dumuzi de la que Marduk/Ra fue responsable por haberle sometido a un acoso intolerable que provocó el accidente que lo mató.

Los constantes enfrentamientos entre los grandes annunakis en Oriente Próximo provocaron que se fueran hartando de este lugar y se inclinaron por América. Esta es la razón de un cambio en la historia de los Andes.
La transición del período II al período III de Tiahuanacu tuvo lugar hacia el 2500 a.C. Se pasó de una utilización de arenisca para la construcción a utilizar la andesita, una piedra mucho más dura. Se pasó a dotar a sus civilizados de un grado más, el bronce. Por esto se observa un salto del oro al estaño como objetivo casi central de los trabajos. Ésta será la época de la colonia casita (que toma este nombre del estaño).
En la leyenda andina Viracocha se encargó de proteger a aquellos hombres que moraban en Tiahuanacu con él hasta que les ordenó repoblar la tierra. Les dio indicaciones relativas a su conducta y culto, y aquellos que no le obedecieron “fueron transformados en piedras”. Desde allí, en una isla en el lago Títicaca, Viracocha gobernaba a los hombres. Desde allí se hizo todo lo necesario para reaprovisar la desvastada Tierra y que la vida volviera a extenderse por los destrozados campos por el diluvio. Con Viracocha vivían otros dioses que estaban a sus órdenes y que cuando esta primera fase de recuperación estaba cumplida se fueron “el Sol y la Luna que estaban bajo sus órdenes se elevaron en el cielo”.
Pero antes de abandonar la zona, estos dioses ayudantes dirigieron a los hombres en su viaje de repoblar Sudamérica. Al dios Ymaymana se le encomendó las montañas, a Topaco las llanuras costeras. Con el dios que guiaba cada grupo iba un hombre elegido como rey. El dios llevaba un instrumento para marcar el lugar de asentamiento, era una varita mágica, un hacha de oro.

El mismo Viracocha dirigía un grupo. Los envió hacia el norte se establecieron en Cuzco, en el lugar designado. Este lugar lo indicó Viracocha mediante el instrumento de oro “construid una ciudad donde el objeto se hunda en la tierra”. El objeto era una varilla de oro, un hacha que se llamó Tupac-yauri, que significa «cetro esplendoroso». El hombre designado como interlocutor entre el dios que dirigía el grupo y éste era llamado “rey y señor” (que posteriormente traducido al quechua inca se dice Manco Capac).

Viracocha dejó en Cuzco a aquel grupo y continuó su viaje hasta la costa del Ecuador, en donde se le unieron sus dos compañeros Ymaymana y Topaco. Allí, todos juntos, se echaron a andar sobre las aguas del mar y desaparecieron.

La mencionada pirámide de Akapana de Tiahanacu, una colina en el sudoeste parece que fue una pirámide escalonada con fines metalúrgicos de purificación de los metales extraídos, y quizá también con el fin de ser la fortaleza que defendiera el lugar.

En la cima de esta pirámide había un óvalo excavado que servía como estanque de agua. Debajo de ese estanque, una vez drenado el agua, se encontraron canales de desagüe para regular el flujo de agua desde un nivel superior a otro situado 15 metros por debajo pero recorriendo un sinuoso camino por conductos que verticales alternados con horizontales y con complejos mecanismos internos. Finalmente unos metros por debajo del fondo de la pirámide, el agua salía por un desagüe de piedra hasta un canal artificial de 30 metros de ancho que rodeaba como un foso todo el lugar, y se comunicaba con los muelles y desde allí con el lago. Al drenar el estanque se sacaron grandes cantidades de guijarros redondos de color verde oscuro de unos tres o cuatro centímetros, de naturaleza cristalina por efecto del cobre. Quizá tuvieran algo que ver con el proceso de lavado del mineral en la instalación piramidal.

Esta estructura K de Posnansky tenía muchos elementos subterráneos y semisubterráneos. Había canales y un desagüe, una posible conexión con Akapana y con otras estructuras subterráneas en dirección al lago. El material de construcción es una piedra dura llamada andesita. Los compartimentos estaban completamente impermeabilizados, en sus juntas y entre las losas con una capa de cal de cinco centímetros de grosor. Todo indica que se trata de unas extensas obrar hidráulicas a nivel del suelo y por debajo de éste.

En Tiahuanaco una colina artificial hecha sobre una roca de 270x 120 m y de altura 36 metros daba paso a dos grandes esculturas con aspecto humano que llevan ropa y algo sobre la cabeza. Había muros y en los bloques de piedra había agujeros y huecos en el suelo. Una parte de la gran metrópoli de Tiahuanacu recibe el nombre de Puma-Punku, y aquí se encuentra partes derribadas de un gran edificio, con porciones rotas que pesan cien toneladas cada porción (el bloque completo serían unas cuatro porciones) hechas de un material (arenisca roja) procedente de un lugar a quince kilómetros.

Estos bloques de piedra tienen surcos, muescas, ángulos y superficies precisas. Las muescas parece que servían para colocar unas grapas de bronce que sujetaban unas piezas con otras. En Ollantaytambo también están las muescas, pero aquí además están las grapas de bronce. El bronce es una aleación de cobre y estaño difícil de conseguir, sobretodo por que el estaño sólo se puede obtener puro mediante procesos metalúrgicos a partir de sus minerales.
Puma-Punku era un puerto sobre el lago (ya que entonces el lago llegaba hasta allí). En Puma-Punku hay recintos similares al sistema hidráulico de Chavín, con sus embalses, estanques, cámaras-esclusa. Existen artefactos de diseños tecnológicos sofisticadísimos (en piedra) que parecen matrices, troqueles para la fabricación de elementos metálicos, elementos de algún equipo complejo.
Los misteriosos guijarros verdes se han encontrado por todas partes en Tiahuanacu. Las rocas de esos muros de los muelles también se volvieron verdes como los guijarros. Ese el color que le da a la piedra y al terrero el cobre oxidado, de modo que estos materiales estaban expuestos al cobre.
En las estribaciones montañosas del altiplano se ha encontrado túneles abiertos por pobladores de una época remota en busca de estaño para formar bronce.
La palabra Titicaca significa Piedra de Estaño, de Titi que en aymara es el metal estaño, y kalla es roca. De modo que el lago Titicaca era la fuente de estaño aunque el cobre lo traían de fuera.
Sobre la etimología de Tiahuanacu significa Ciudad Estaño, un nombre muy adecuado dada su función.
En la región del lago titicaca se puede encontrar gran cantidad de estaño reducido y fundido, y objetos de bronce en emplazamientos que son sumamente antiguos. En las minas antiguas se pueden encontrar cobre y estaño. Las minas de estaño estaban cerca del lago Titicaca a unos diez kilómetros de Tiahuanacu.
Todo esto llevó a los investigadores a suponer que la parte trasera de las hornacinas de la Puerta del sol habían estado cubierta con paneles de oro y que giraban con puntas giratorias, bisagras, de bronce.
Se encontraron en Puma-Punku y en otras partes de Tiahuanacu bloques de piedra con entalladuras para albergar cerrojos de bronce. En Puma-Punku se encontró una pieza de bronce con puntas dentiformes que parecía un mecanismo para levantar pesos. Se han encontrado barras, palancas, cinceles, cuchillos, hachas de bronce sin olvidar el saqueo sistemático al que estos lugares están siendo sometidos desde hace siglos o milenios.

2400 a.C.


La cuarta era de la historia andina fue la era de los héroes, hombres que eran semidioses. Fueron 16 semidioses. Comenzó hacia el 2400 a.C. y terminó hacia el 1900 a.C.


Tiahuanacu se convirtió en el centro del estaño, se fueron creando y fortaleciendo las extracciones de oro hacia el norte por la cordillera. Es el momento en que se encarga a Manco Capac en el Titicaca su trabajo. Se le entrega la herramienta de trabajo, una especie de hacha que ha pasado a las leyendas como la varita mágica de oro, hacia el 2400 a.C.



Es la época de las leyenda de Manco Capac y de los hermanos Ayar.

2400 a.C. – 2000 a.C.

La cuarta era de la historia andina fue la era de los héroes, hombres que eran semidioses. Fueron 16 semidioses. Comenzó hacia el 2400 a.C. y terminó hacia el 2000 o 1900 a.C.

Algún tiempo después comienzan los viajes de los casitas transportando estaño y bronce a Mesopotamia desde el lago Titicaca, por diversas rutas maritimas: primero por el Pacífico, luego además de por esta ruta por el río Beni hasta el Atlántico en Brasil, por el sur de Africa alcanzar el Índico y hacia el norte camino de Egipto, o de Mesopotamia. Se añadió una tercera ruta por el río Urubamba, luego el Amazonas hasta la costa nororiental de Sudamérica, por el Atlántico de Africa hacia al norte hasta el Mediterráneo. La cuarta y última ruta fue por tierra hasta Centroamérica, y luego por el mar Caribe según el camino inverso a Colón. Esta ruta, llamada ruta olmeca, se convirtió en la preferida a partir del 2000 a.C. y aparecen en esta zona los Barbados, esos semitas mediterráneos, a consecuencia de la destrucción de Ninurta y Nergal con armas nucleares de la zona de Sodoma y del Sinaí en el 2024 a.C por temor a que estas instalaciones aeroespaciales cayeran en manos de Marduk/Ra.


La nube nuclear asoló Sumer pero no dañó al norte, salvándose Babilonia. Marduk/Ra aprovechó la situación y con un ejército de cananeos y amorreos volvió a apoderarse de Babilonia. Enki quedó con su hijo en Mesopotamia dedicándose a amortiguar los terribles efectos de las bombas y recuperar la zona a la vida.


Ollantaytambo: Este lugar situado a unos cien kilómetros al noroeste de Sacsahuamán tomo su nombre “lugar de descanso de Olíantay”, un inca que se refugió allí en la época colombina.


Está situado en la confluencia de dos ríos en la cima de una empinada ladera entre las montañas. La ladera tiene tallados cientos de escalones de piedra (toscamente tallados) que llevan hasta los edificios principales en la cima. Allí al lado de estructuras posteriores hay otras megalíticas. Éstas comienzan con un muro de piedras poligonales típicas, un pórtico tallado en un único bloque de piedra y dentro un segundo muro de piedras megalíticas pero mayores que las externas. Sobre este muro hay una plataforma. El segundo muro a la derecha presenta un recinto llamado el templo central con aberturas trapezoidales, dos que parecen puertas y otras diez falsas ventanas. El segundo muro a la izquierda presenta una enorme puerta muy bien trabajada que serviría de entrada a las principales estructuras.


Una hilera de seis colosales monolitos se elevan en la terraza superior. Tienen entre 3 y 4 metros de altura, algo menos de 2 m de anchura y un grosor que varía entre 0´9 y 1´8 metros. Presentan relieves decorativos que se han deteriorado con el tiempo, entre ellos el dibujo de una escalera. Estos monolitos formaban parte de un muro de contención para soportar una plataforma superior. El tamaño y la robustez de los bloques de piedra aquí recuerdan la plataforma de Baalbek en el Líbano.






El primero de estos 62 reyes (16 semidioses y luego 46 reyes sacerdotes) fue Manco Capac hijo de Pirua Manco (que da el nombre a Perú).

En esa época se conocía la escritura sobre piedras o sobre hojas trabajadas de llantén, sobre pieles y tejidos. Los petroglifos “escritos sobre la piedra” se han encontrado por todas partes. Se trata de una escritura pictográfica o jeroglífica, llegando en algunos casos a una combinación de pictogramas con escritura fonética casi alfabética. Humboldt en el siglo XIX nos menciona que los indios panos al norte de Lima guardaban un libro de hojas plegadas que hablaba de antiguas guerras y viajes. En el pergamino de Von Tschudi en Bolivia y en otros se aprecia como la escritura comienza en la primera línea por la izquierda, después continuaba en la segunda línea por la izquierda y luego la tercera línea por la derecha y así serpenteando. Von Tschudi localizó el lugar de origen de la inscripción en las costas del Lago Titicaca. En dos islas sagradas de este lago se encuentran más inscripciones que son muy similares a las de la isla de Pascua, que son clasificadas como pertenecientes a las escrituras del tipo del Valle del Indo y de los hititas.

El origen de este periodo comienza con el mito de los hermanos Ayar. Salieron juntos del lago Titicaca y fueron llevados hasta el lugar de la ventana o ventanas, Tampu-Tocco, entre las montañas, Macchu Picchu y Huayna Picchu. En el fondo del valle entre los picos Picchu el río Urubamba forma una garganta en forma de herradura rodeando parcialmente la ciudad entre la selva y las montañas.
Esta ciudad serviría como modelo para Cuzco, con sus doce grupos de construcciones, las construcciones reales y sacerdotales al oeste, las vírgenes y los funcionarios al este; el pueblo llano vivía fuera de la ciudad en los campos que trabajaban (bancales en las laderas) en aldeas próximas.
En los distritos occidentales había una plaza sagrada con grandes templos, uno de ellos es el Templo de las tres ventanas trapezoidales. Este templo tiene solo tres paredes, es decir, su lado occidental estaba completamente abierto, y tiene un pilar de piedra de más de dos metros de alto que junto a las ventanas podía tener una función de orientación astronómica. La observación astronómica exigió a los pueblos antiguos una dedicación y esfuerzo enormes. Los sesudos historiadores nos dicen que su objeto era la necesidad del agricultor de saber cuando sembrar, cosechar, es decir establecer el calendario agrícola. Este razonamiento es absurdo, y si se permite, diré que grotesco. Cualquier agricultor experimentado en la antigüedad podía estimar los momentos de labor agrícola mucho mejor que cualquier astrónomo. Por todo el mundo se han encontrado sociedades agrícolas que se han alimentado sin necesidad de astrónomos. Además sabemos que la astronomía y el calendario son fenómenos urbanos no agrícolas. La finalidad de tanto esfuerzo astronómico era religiosa o como mucho científico-religiosa. La razón de esto es que asociaron a los extraterrestres con dioses, y por lo tanto asociaron la astronomía con la religión.


Otro es el Templo principal con bloques ciclópeos de piedra sin argamasa similares a los de Sacsahuamán. Desde la Plaza Sagrada hacia arriba se trazó una sinuosa escalinata y la cima se allanó para que sirviera de base a una piedra llamada Intihuatana “lo que ata al sol”, con fines astronómicos solares. Se celebraban ritos para atar al sol y hacerlo volver, como recuerdo del terrorífico día en que tardó 20 horas adicionales en amanecer. Tanto la piedra Intihuatana como su base se tallaron a partir de una única roca natural elevando el extremo superior del pilar hasta la altura deseada. La roca y la base se tallaron y se orientaron de modo preciso para que sus superficies y lados determinaran la puesta del Sol en el solsticio de verano en el amanecer del solsticio de invierno así como en los dos equinoccios.
En el extremo opuesto se sitúa el Torreón semicircular construido con una perfección que supera a nuestra tecnología. Tras siete escalones se entra en el recinto sagrado en cuyo centro hay una roca con ranuras artificiales y rastros de fuegos periódicos. Esa roca era objeto de veneración por que debajo existe una cueva ampliada artificialmente con estructuras que parecen escaleras, asientos y otras formas geométricas. Hay sillares de granito de un color blanco y un grano purísimos. Se puede relacionar tal vez con la cueva donde fue encerrado un hermano Ayar.
El hermano mayor Ayar llevaba el emblema de un halcón y como sus hermanos llevaba la varilla o hacha de oro para localizar el asentamiento de su futura ciudad, Cuzco. Surgieron problemas entre los hermanos y así se libraron del segundo hermano, Ayar Cacha, enviándolo de vuelta al lugar de las ventanas a recoger ciertos tesoros olvidados. Los tres hermanos lo encerraron en una cueva y allí se convirtió en piedra.

El rey quinto renovó el calendario comenzando el registro del tiempo y de los reinados. Su calendario se iniciaba el 25 de mayo aproximadamente (desde muchos siglos antes).

«Comenzaban a contar el año a mediados de mayo, pocos días más o menos, en el primero de la luna. Iban al Coricancha por la mañana, a mediodía y por la noche, llevando la oveja que tenía que ser sacrificada ese día».

Estableció el Gran Período como mil años, y los siglos y periodos de 50 años y terminó el templó e instauró el culto de Illa Tici Vira Cocha “Brillante iniciador creador de las aguas”. Durante el duodécimo rey desembarcaron unos gigantes que poblaron toda la costa, que disponían de herramientas de metal y arrasaban la tierra. Estos hombres de gran estatura abrían túneles en las montañas y provocaron la ira de Vira Cocha que les destruyó con fuego celeste.


2000 a.C – 500 a.C.

Ningishzidda/Thot/Quetzalcóatl solo en su territorio decide otorgar un grado más de civilización a sus seguidores africanos en Centroamérica. Seguidores negros de alta estatura extraidos de Centroafrica occidental: Ghana-Nigeria y alrededores. Los estudios determinan que el olmeca pertenece al grupo de lenguas que tuvieron su origen entre los ríos Níger y Congo.


La quinta era de la historia andina es la era de los reyes humanos. Empezó hacia el 1900 a.C. o algo antes. Tiene cuatro partes. Hubo 46 reyes sacerdotes

La primera parte es el primer periodo de Cuzco.

Desde 2000 a.C. hasta 500 a.C.
En aquel lugar fundaron la ciudad una gran metrópoli en torno a un centro de poder político-religioso. La metrópoli estaba situada entre los ríos Tullumayo y Rodadero a mucha altitud sobre el nivel del mar (3500 m) a los pies de una pequeña montaña llamada Sacsahuamán. Se asentaron primero en el noroeste del promontorio en una pendiente donde edificaron su palacio. El diseño de la ciudad les había sido planificado desde Tiahuanacu y los reyes fueron encargados de dirigir el trabajo. Era un óvalo dividido en doce partes que representaban las doce casas del zodiaco. El distrito más antiguo representaba a Aries. Se modificaron los cauces de los ríos para que circularan por canales que representaban la Vía Láctea. El óvalo estaba dividido por cuatro caminos reales que se extendían casi sin límite.
Las calles eran muy estrechas y las casas eran de piedras muy grandes y bien talladas. No se han encontrado tejas, ladrillos ni cal entre las piedras, aunque si utilizaban en la construcción madera y paja. Hay piedras de gran tamaño y con formas poligonales con ángulos que encajan con sorprendente precisión. El material de las piedras, la traquita marrón, ofrece una adherencia entre los bloques mayor que cualquier otro tipo de piedra. Las piedras más grandes estaban en los edificios religiosos y palacios son piedras enormes modeladas con medios desconocidos como si fueran plastilina y han soportado el paso del tiempo, del hombre y de los terremotos.
Salvo el palacio del primer rey, los demás reyes prefirieron construir sus palacios en torno al centro del ovalo, cerca del gran templo. Este centro era una gran plaza llamada Huacay-Pata, y desde el palacio que daba a la plaza el rey y autoridades presenciaban y dirigían las ceremonias de los solsticios y equinoccios.
El gran templo era una estructura esplendorosa que se llamaba Recinto Dorado  (Coricancha) por que sus paredes estaban recubiertas con 700 placas de oro y entre sus muros había objetos de oro, plata y piedras preciosas. Esta estructura es anterior a este periodo. La parte principal estaba dedicada a Viracocha. Sobre el altar mayor había una representación del sistema solar, con el huevo místico, el huevo cósmico. Durante algunos años un rey que se oponía a los otros dioses y declaró al Sol como supremo suprimió esta placa sustituyéndola por una placa redonda. Posteriormente otro rey la volvió a colocar.

El óvalo (el huevo místico) que es la imagen central es el principal objeto de veneración, es el Viracocha. Representa la elíptica órbita del planeta Viracocha alrededor del Sol. Su alargamiento vertical nos indica una órbita muy excéntrica.
A los lados de la órbita de Viracocha están el Sol y la Luna y varios cuerpos celestes por encima y por debajo de la órbita.
Esos cuerpos celestes los vemos divididos en dos grupos: por encima de la órbita hay cinco estrellas que representan a los planetas exteriores a la Tierra en el sistema solar, es decir Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Debajo de la órbita aparecen cuatro estrellas que representan a los cuatro planetas interiores del sistema solar: Mercurio, Venus, Tierra y Marte.
¿Exteriores e interiores a qué? A la órbita del planeta Viracocha. Viracocha alcanza su perihelio entre Marte y Júpiter. De ahí viene esa división de planetas.
A ambos lados de estos planetas interiores se representan las estaciones de verano e invierno. El verano viene representado como un brillante cielo estrellado y en el otro lado el invierno se representa por nubes invernales. Por debajo de la representación del verano aparece una estrella, y del invierno un animal fiero, un león (en Sudamérica no había leones). El calendario se inicio en Sumer cuando el solsticio de verano tenía lugar cuando el sol se veía en Leo, pero Sudamérica estaba en esa fecha en invierno. Por esto el león está debajo de invierno y no del verano.
Más abajo se representa el primer hombre y la primer mujer, el Edén, el árbol de la vida a un lado una serpiente en el otro lado, un gran río, montañas y un lago. Es una representación del génesis.
Debajo del verano aparece un círculo que representa la Tierra (Pacha Mama) y sobre ésta se dibuja el arco iris que aparece en los relatos del diluvio.
De unas montañas en el globo terráqueo se ve el río del edén, el Eufrates y a su lado la serpiente. Debajo de la Tierra hay siete puntos que se corresponden con la numeración de nuestro planeta, el planeta séptimo desde Viracocha.
Debajo del invierno aparece un gran lago conectado por una línea con otra masa de agua más pequeña. Es Madre Agua, Mama Cocha, el lago Titicaca, conectado con el lago Poopo, al sureste del anterior; representados en el lado contrario de la Tierra que el edén.
Es la representación del génesis en los Andes.
Las partes adyacentes estaban dedicadas a Quilla (la Luna), a Chasca (Venus), a Coyllor (una estrella o astro desconocido), otra a Illapa, el dios del Trueno y el Rayo. Había una parte dedicada al arco iris que contenía enormes cantidades de oro. Junto al Recinto Dorado estaba la Casa de las mujeres elegidas, Aclla-Huasi, que eran viviendas con huertos y jardines, talleres de costura para los reyes y sacerdotes donde vivían unas mujeres vírgenes que también tenían como tarea preservar el Fuego Eterno para el dios.
El nombre inca de Cuzco significa ombligo del mundo porque era la capital, el centro de mando, pero el Cuzco inicial significa “lugar de las piedras erigidas”, que se corresponde claramente con sus piedras megalíticas.
En el promontorio de Sacsahuamán “Lugar del halcón” de forma triangular y unos 250 metros de altura tiene una base ancha con escalones gigantes tallados artificialmente, y con túneles, y otras formaciones artificiales. Después de la base, si nos movemos hacia arriba, hay una plataforma plana de grandes dimensiones, allanada artificialmente. En el tramo final, superior había estructuras circulares y rectangulares con túneles, y aberturas de un gran laberinto escavado en la roca. El promontorio está separado de la ciudad por tres imponentes murallas de piedras gigantescas que alcanzan una altura combinada de 18 metros. La muralla inferior es la más colosal con piedras de 20 toneladas aunque una pesa más de 300 t. Entre cada muralla hay una terraza rellena de tierra. Estas enormes piedras se extrajeron a muchos kilómetros de distancia y se transportaron a través de montañas, ríos y un paisaje poco adecuado para ello.
Uno de los detalles más impresionantes de estas construcciones son las tres puertas que cruzaban las murallas. La puerta de Viracocha está situada en el centro de la muralla externa. Los bloques de piedra eran de tal forma que creaban una abertura en la muralla de 120 cm que daba paso a unos escalones hasta la segunda muralla. Aquí empieza un complicado paso con ángulo recto que lleva hasta la tercera muralla. En esta hay dos entradas que forman un ángulo entre sí y dan paso al interior. Estas puertas se podían bloquear bajando unos enormes bloques de piedra que encajaban exactamente en las puertas.
En el interior de las murallas hay un laberinto de túneles que comienzan y terminan abruptamente. Uno lleva hasta una caverna a 12 m de profundidad, otros terminan en paredes de roca con escalones que no llevan a ninguna parte.


En ese periodo hubo un día en que no hubo amanecer durante veinte horas y luego el sol volvió a aparecer. Fue durante el tercer año de su reinado de Titu Yupanqui Pachacuti II, decimoquinto monarca del Imperio Antiguo. Fue una situación terrorífica. La gente sufrió un gran lamento, confesiones de pecados, sacrificios y oraciones hasta que el Sol amaneció. El sol se detuvo durante 20 horas para la tierra. Era el año 1391 a.C. (fecha válida).


Este día tan especial “no hubo un día como aquél, ni antes ni después” (dice la Biblia) está registrado en la Biblia, narrando como Josué y sus israelitas cruzaron el río Jordán tras tomar las ciudades fortificadas de Jericó y Ay. Los reyes amorreos se aliaron contra ellos en una gran batalla en el valle de Ayyalón, cerca de Gabaón. La batalla la inició Josué en un ataque nocturno contra los cananeos. Estos huyeron y se reagruparon en un lugar citado como “cerca de Bet Jorón”.


Yahveh intervino en la lucha lanzando grandes piedras sobre los cananeos que mataron miles.

«arrojó grandes piedras desde el cielo sobre ellos… y murieron; hubo más de ellos que murieron por las piedras, que los que murieron por la espada de los israelitas».

Josué pidió a Yahveh que detuviera el Sol y la Luna

Entonces Josué le habló a Yahveh, el día en que Yahveh entregó a los amorreos a los Hijos de Israel, diciendo: «A la vista de los israelitas, que el Sol se detenga en Gabaón y la Luna en el valle de Ayyalón».
Y el Sol se detuvo, y la Luna se paró, hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos.
Cierto es, pues todo esto está escrito en el Libro de Jashar: el Sol se detuvo en mitad de los cielos y no se apresuró en bajar en casi un día entero.

Están describiendo que el movimiento aparente del Sol y la Luna en el cielo se detuvo, es decir, no se detuvieron estos astros sino que hubo una gravísima alteración de la rotación de la Tierra. Algunos investigadores han sugerido basándose en el detalle de la caída de grandes piedras que algún objeto como un cometa se acercó a la órbita de la Tierra, y como su movimiento de rotación es en sentido opuesto al de ésta quizá produjo esa caída de rocas y la detención temporal de la rotación terrestre. La Tierra iría en su órbita alrededor del Sol durante 20 horas como un tren sobre las vías deslizando sin rodar pero sin pararse hasta que desaparecido el obstáculo vuelven las ruedas a su función. En todo caso fue un fenómeno extraordinario, muy especial.
Si en Canaán el Sol no se puso durante casi un día, entonces en América el Sol no saldría, no amanecería por el mismo fenómeno durante 20 horas. La misma situación se menciona en el relato de Teotihuacán en Centroamérica como ya he dicho.
Recordemos la piedra llamada Intihuatana de Tampu-Tocco, cuyo nombre significa “lo que ata al sol”, con fines astronómicos solares. Se celebraban ritos para atar al sol y hacerlo volver, como recuerdo del terrorífico día en que tardó 20 horas adicionales en amanecer.
El cuadragésimo rey fundó un lugar para el estudio de los astros y los equinoccios hacia el año 400 a.C. Estaban familiarizados con las casas zodiacales y sus meses tenían nombres como Acuario = Madre agua y señor agua, Aries = Luna mercado, Tauro = Ciervo Pastor (no había toros en Sudamérica), Virgo = Madre Maíz, etc. Nombres demasiado familiares con los sumerios.
Tras ese periodo hubo terremotos y guerras y el rey de Cuzco murió en una batalla por una flecha.
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La segunda parte es el periodo de Tampu-Tocco (posteriormente llamado Machu Picchu, el gran Picchu porque hay otro pico cerca llamado pequeño Picchu, Huayna Picchu).
Abarca desde el año 500 a.C. hasta el siglo XI d.C.
Llevando al nuevo rey que era un niño huyeron sus gentes a un lugar entre las montañas llamado Tampu-Tocco, “lugar de descanso de las ventanas”, aunque unos pocos sacerdotes quedaron en Cuzco cuidando el gran templo. Este lugar ya era conocido de muy antiguo, pues de allí partieron los hermanos Ayar para fundar Cuzco.
En ese periodo hubo 28 reyes. En este periodo de decadencia se perdió el arte de la escritura y muchos conocimientos. Fue una época en que los reyes iban periódicamente de Tampu-Tocco a Cuzco a consultar los oráculos divinos.
Aunque algunos intentaron mantener o recuperar la escritura los sacerdotes se opusieron ferozmente. Dijeron que el deseo del dios era que no se volvieran a utilizar las letras bajo pena de muerte. En su lugar se utilizaron los ramales de cuerdas de colores o quipos para fines cronológicos.
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La tercera parte es el periodo del Cuzco inca. Abarca desde el siglo XI d.C. hasta el siglo XVI.
Comenzó hacia el 1020 d.C. cuando un joven noble llamado Rocca recibe instrucciones del dios Sol de volver a Cuzco. Rocca fue nombrado con el título de soberano, Inca y se dirigieron a Cuzco. Rocca construyó en Tampu-Tocco, “refugio de las tres ventanas”, unas construcciones que contenían un muro con tres ventanas, que era el emblema de la casa de sus padres. Los incas se empeñaron en la propaganda de identificar a Rocca con el primer Manco Capac que procedía del lago Titicaca. (3500 años antes). Los incas hablaban el quechua, lengua del norte y centro de los Andes en cambio en el altiplano del Titicaca se hablaba aymara.
Los incas atacaron por sorpresa desde sus zonas altas a los reinos de las zonas costeras, reinos que venían existiendo desde antiguo. Se extendieron por el norte hasta Ecuador, y por el sur hasta Chile por la Calzada del Sol. Los últimos en ser sometidos fueron los chimús, con su capital Chanchán, en el norte de la costa de Perú. Era una metrópoli de más de 20 kilómetros cuadrados con recintos sagrados, pirámides escalonadas, acueductos, moradas, embalses, graneros, tumbas, palacios que semejaban a Egipto y a Mesopotamia.
La expansión chimú –entre el 1000 d.C. y el 1400 d.C. – fue de desarrollo de la orfebrería, por ejemplo en la ciudad de Tubes se hicieron imitaciones de oro de plantas y animales. Poseían enormes riquezas en oro. El límite sur de los chimús era el río Rímac.
En la costa del Perú en las ruinas de los chimú (preincaicos) se descubrió tanto oro enterrado en las tumbas, junto a los muertos, que les llevó a preguntar quines habían introducido tales costumbres y creencias. La respuesta dada fue “los dioses”. El oro se formó de las lágrimas de los dioses, decían los incas. Y como dice el profeta Ageo en la Biblia “la plata es mía y el oro es mío, así dice el Señor de los ejércitos”.
La cantidad de oro que poseían los chimús es enorme y además sorprendente pues las fuentes de oro no se encuentran en las regiones costeras sino en tierras altas.
Siglos antes de los chimús la costa perteneció a los mochicas. Este pueblo dominó el arte de la fundición del oro.
Los incas no tenían ningún ídolo en sus templos. De hecho en algunas representaciones si que había uno, la imagen de Manco Capac, pero no de ningún dios. Esta costumbre nos recuerda los mandatos del Éxodo bíblico de no forjar ni adorar ídolos.
Los quipos incas eran cuerdas de diferentes colores, de lana, con nudos en diferentes posiciones. Estos quipos se parecen a los tzitzit israelitas. Estos tzitzit eran flecos en el extremo de un hilo azul que se sujetaban a las prendas para recordar los mandamientos de dios.
La sucesión para los incas era también la de los hebreos, que lo heredaron de los sumerios. El heredero legal era el hijo tenido con una hermanastra como ocurrió con Rocca.
Otra similitud está en la costumbre de la circuncisión que se aplicaba en el caso inca solo en la familia real.
Humboldt mencionó una leyenda según la cual la gente del otro lado del océano Atlántico desembarcó en Venezuela y se introdujo tierra adentro. Existen restos del sendero que cruzaba desde Venezuela /Guayana hasta Ecuador/Perú. En la desembocadura del Amazonas se han encontrado cerámicas con diseños sumerios y mesopotámicos. Hubo otra ruta importante que conectaba el punto de desembarco por el sur con los Andes.
Pero ese pueblo que desembarcó ahí no fueron los incas sino un pueblo transatlántico. Los incas desembarcaron en el océano Pacífico en la costa peruana. Ese pueblo fueron los olmecas que después de su desembarco en el golfo de Méjico, se extendieron hacia el sur en América Central y luego por el norte de Sudamérica.
En el lado occidental, en la costa de Ecuador y de Colombia en el Pacífico las leyendas nos narran la llegada de los naymlap y otros antepasados de sudamericanos sino dos desembarcos de gigantes, uno en tiempos del Imperio Antiguo, y el otro en tiempo de los mochicas.
«Llegaron por la costa, en embarcaciones de juncos tan grandes como barcos, un grupo de hombres de tal tamaño que, desde la rodilla hacia abajo, eran de altos como un hombre normal».
Estos gigantes utilizaban herramientas de metal para cavar túneles en las rocas y robaban la comida a los nativos. Violaban a sus mujeres pues los no había mujeres entre los gigantes desembarcados. En la cerámica mochica aparecen ellos representados en blanco y los gigantes en negro. En esta cerámica también aparecen ancianos blancos con barbas.
Estos gigantes eran los negros olmecas y sus compañeros barbados los misteriosos “asirios” que huían de las sublevaciones de Centroamérica hacia el 400 a.C. Fueron dejando monolitos, entre ellos cabeza de piedra gigantes, o estatuas de piedra que representaban a gigantes con herramientas o armas, y con rasgos africanos olmecas.
Quizá estos invasores transatlánticos fueron los que llevaron a Sudamérica los relatos de la creación, del diluvio, del dios serpiente.
El panteón de los dioses de la zona ecuatorial estaba formado por doce dioses encabezada por un tríada: el dios de la creación, el dios del mal y la diosa madre; también incluía a los dioses de la luna, del sol y del trueno o lluvia. El dios de la luna tenía un rasgo superior al del sol.
El jefe de los dioses en chibcha se llamaba Abira, que se asemeja mucho al epíteto divino mesopotámico Abir que significa fuerte, poderosos. El dios de la lluvia, como he repetido, se llamaba Si o Sian que se parece mucho al nombre mesopotámico de ese mismo dios, Sin.
Antes de los mochicas estaban los chavín –cultura chavín- desde el 1500 a.C. aproximadamente. Surgió repentinamente y sin desarrollo previo gradual aparente. Su centro era Chavín de Huantar a 3000 metros de altitud en los Andes, situado en un valle triangular que forman unos ríos. Ese valle triangular se allanó, se abancaló en unas 3 hectáreas. Allí se construyeron estructuras geométricas cuidadosamente adaptados al terreno. Estaba rodeada por una muralla de 12 metros salvo en el este que estaba abierta al río. En su interior hay edificios y plazas alineados con los puntos cardinales de forma precisa.
El edificio más grande estaba construido en piedra recubiertas por unas losas lisas semejantes al mármol con incisiones decorativas. Desde el este se llegaba a este edificio por una escalera monumental que accedía a un pórtico imponente flanqueado por dos columnas cilíndricas –algo extraño en Sudamérica- y unos bloques verticales de piedra junto a ellas. El pórtico así sustentado tenía un dintel horizontal de 9 metros hecho de una sola piedra. Tras el pórtico había una escalera doble que conducía hasta dos torres. En la parte oriental que da acceso al edifico había una plaza hundida a la que se accedía por escalones y que estaba rodeada por tres plazas rectangulares. En la parte externa de la plaza hundida había una gran roca alineada con las escaleras del edificio. Esta roca era plana con siete agujeros y una hornacina rectangular.
En el interior de este edificio y de otros dos grandes edificios hay unas estructuras laberínticas, con pasillos, habitaciones y escaleras. Hay pasadizos sin salida, hornacinas y salientes sin propósito aparente, y conductos verticales o en pendiente. En el edificio principal se encontró el Obelisco de Tello con unos dibujos aglomerados de cuerpos y rostros humanos pero con garras o alas, con pájaros, árboles dioses que emiten rayos o cohetes y con muchos trazados geométricos.
Otra piedra tallada encontrada es el monolito de Raimondi, que se cree que estaba sobre la gran roca plana de la plaza hundida. Sobre el monolito de dos metros y medio de altura hay un dios con un arma en cada mano. Su cuerpo y extremidades son antropomórficas pero su rostro no. Su rostro no es humano ni ningún animal de Sudamérica. El rostro parece el de un toro, animal que no existía en Sudamérica, pero sí en Mesopotamia. El toro era el animal de culto de Adad, y todavía hoy se llama Montes de Tauro a una cordillera que atraviesa sus viejos dominios.
Otra piedra tallada encontrada es El Lanzón, una columna con forma lanceolada de 3´5 metros de altura. Colocada en una galería de 3 m de altura su extremo superior sobresalía a través de una abertura cuadrada. La piedra contiene una imagen de un rostro antropomorfizado que parece un toro.
El fin de estos edificios de Chavín de Huantar no era religioso sino funcional. Contienen una red de túneles en la roca por debajo de toda la ciudad y conectaban varios compartimentos subterráneos alineados. Estos túneles conectan los dos ríos que bordean Chavín, uno por encima de la ciudad (en la montaña) y el otro por debajo (en un valle). De esta forma ingeniosa creaban un potente y controlado flujo de agua para utilizarla en dispositivos de criba de oro.
Estas obras hidráulicas se encuentran en asentamientos olmecas, en Méjico, y en varios lugares de los Andes.
Entre los objetos de Chavín de Huantar hay recipientes con forma de toro-felino, de cóndor-águila, de tortuga. Hay jeroglíficos hechos con colmillos entrelazados en las paredes y en objetos. Hay losas decoradas con motivos egipcios como el Ojo de Ra, serpientes o pirámides. Hay piedras decoradas con motivos mesopotámicos como los discos alados, o dioses con tocados cónicos como los dioses mesopotámicos. Estos dioses tienen rasgos africanos y están tallados en hueso.
Estos negros africanos aparecen piedras grabadas en Chavín y en lugares cercanos, y se les ve sosteniendo algún tipo de herramienta. En lugares costeros próximos se encuentran cabezas –en arcilla- de los visitantes barbados. En ellas se aprecia una enorme semejanza con las esculturas asirias. Se han encontrado cabezas de piedra esculpidas con rasgos semitas en Chavín de Huantar pero con muecas grotescas o mutilaciones clavadas como trofeos en las murallas por lo parece que no consiguieron llegar vivos hasta allí.
La llegada de estos olmecas y semitas parece que tuvo lugar hacia el 1490 a.C. Fue durante el reinado del 12º rey del imperio antiguo cuando llegaron a Cuzco noticias del desembarco de hombres de gran estatura, que se asentaron por toda la costa y tenían herramientas de metal. Pasado un tiempo los gigantes se movieron hacia las montañas. Los gigantes provocaron la ira del Gran Dios y éste los destruyó.
Esta fue la primera oleada, no la segunda, aquella que en el 400 a. C. tuvo lugar cundo olmecas y semitas huían de Mesoamérica. La primera oleada y la segunda terminaron igual. Se han hallado imágenes de cuerpos negroides mutilados y con grotescas expresiones. Allí terminó la expansión de esta cultura africano-semita tanto en Mesoamérica como en los Andes, llegando hasta Chavín y no pasando más al sur, aunque algún africano si que avanzara algo más.
En Chavín antes que esos barbados habitaron otros hombres blancos, que aparecen retratados en bustos de piedra espléndidamente vestidos, con turbantes. Sus narices rectas los identifican como indoeuropeos, originarios de Asia Menor, Elam y quizá el valle del Indo. En la zona de Chavín, y norte de los Andes aparece en tablillas de piedra la representación de la hazaña de Gilgamesh en lucha con dos leones. Estos indoeuropeos no parecen haber llegado a Centroamérica sino sólo en Sudamérica.
Según la leyenda de Naymlap llegaron a través del Pacífico a Ecuador, concretamente a la península de Santa Elena que se introduce en el océano. Allí se han encontrado asentamientos antiguos fechados hacia el 2500 a.C. en lo que se llama la fase Valdiviana. De estos asentamientos hay estatuillas de piedra con la nariz recta, y con el jeroglífico hitita de dioses en cerámicas.
Estos indoeuropeos se extendieron hacia el sur y construyeron en Cuzco, en Machu Picchu, y en todas partes donde se extrajera o cerniera oro. Al sur de Chavín, en muchos sitios se moldearon rocas como si fueran plastilina haciendo plataformas con escaleras que no llevan a ninguna parte, canales, hornacinas, compartimientos, túneles en las montañas, canalizaciones de agua para que ésta fluyera en la dirección deseada y con finalidad no de satisfacer las necesidades urbanas por que sus habitantes podían abastecerse fácilmente del cercano río sin estas sofisticadas instalaciones.
Las ruinas de Sayhuiti-Rumihuasi:

Uno de estas instalaciones son las ruinas de Sayhuiti-Rumihuasi al oeste de Cuzco. Se encuentra en la confluencia de un río y un torrente menor, como tantas otras instalaciones de este tipo.
Hay un muro de contención y unas construcciones de gran tamaño en ruinas que se llaman pirámides truncadas (en la lengua nativa). Este lugar es conocido por los monolitos “los grandes monolitos de Sayhuiti”.
Entre ellos el llamado Gran Monolito desde lejos parece un inmenso huevo brillante apoyado en la ladera. Mide 4´2x3x2´7 metros. La parte inferior se modelo con precisión como medio ovoide, y la superior se labró como mapa, plano de alguna zona desconocida.
Ese mapa presenta ríos, túneles, canales, escaleras, muros, plataformas, edificios con hornacinas, animales de Perú y figuras humanas que parecen guerreros.
En el extremo superior del Gran Monolito hay un “plato” y desde allí descienden serpenteando unos surcos de unos 3 cm de anchura hasta unos agujeros de desagüe redondos en el borde inferior del mapa.
Unos surcos zigzagueantes como los del Gran Monolito también están en un inmensa roca que se talló geométricamente con peldaños, plataformas, y hornacinas en cascada. En la parte superior de uno de sus lados se tallaron pequeños platos conectados a un “recipiente” más grande del que desciende un canal que se separa en dos surcos. Esto parece indicar que se vertía cierto líquido en la roca recipiente (roca que había sido vaciada, y con una puerta -abertura por detrás). Este lugar también presenta losas con surcos complejos, agujeros geométricamente preciso que podían haber tenido una finalidad técnica.

Los canales sinuosos de Kenko:

Kenko, que en lengua nativa significa canales sinuosos se encuentra al este de Sacsahuamán. Contiene un enorme monolito que se eleva sobre una base y semeja un animal grande como un león que se levanta sobre sus patas traseras. El monolito está rodeado por un muro de algo menos de dos metros de altura con hermosos sillares. La base del monolito es una inmensa roca. El muro circular empieza (y se cierra) sobre esa roca como una pinza.
En la parte opuesta a esa unión del muro con la roca, esta se labró en varias terrazas con escalones. En los laterales se talló la roca como planos inclinados con canales zigzagueantes. El interior de la roca se vació para crear túneles complejos y cámaras. Hay una puerta abertura en la roca tallada geométricamente y dentro unas estructuras que algunos comparan con tronos y altares.

Otro lugar interesante es el Cori-Huairachina está a unos 80 km de Cuzco y su nombre significa “donde se purifica el oro” (¡ !). Allí se hizo un curso artificial para que el agua cayera por una cascada entre dos muros por 54 peldaños tallados en la roca.

Sacsahuamán:

Existen varios sitios más de estos a lo largo del valle Sagrado y por el lago Dorado. Parece que el sitio más colosal e importante de todos fue Sacsahuamán.
A 15 km de allí en Pampa de Anta hay tallados en la roca unos escalones en forma de luna creciente, que le dieron el nombre al lugar “piedra luna” = Quülarumi. Múller consideró que era un observatorio astronómico para el promontorio de Sacsahuamán por que allí no hay nada que ver salvo los cielos del este.
En Sacsahuamán se construyeron murallas, conductos, y otras estructuras: tallando la roca viva y añadiendo grandes sillares tallados de forma geométrica poligonal. Todas estas estructuras tenían como fin la canalización de agua de lluvia o del deshielo de forma controlada de nivel en nivel.
Una inmensa zona circular cerrada con esos sillares megalíticos parece que hacia las funciones de embalse. Una esclusa subterránea construida con esos sillares permitía la salida del agua del embalse circular. De esa cámara esclusa sale un canal que va a parear al laberinto Chingana excavado en la roca por debajo del embalse circular.
Todo indica que eran lugares donde se purificaba el oro, una criba del oro a gran escala. En el embalse circular se vertía algún mineral o compuesto químico desde el Rodadero, y por el otro lado del embalse entraba agua con fuerza. Luego el agua salía por la cámara-esclusa, circulaba por el laberinto y finalmente quedaba en las cubas de piedra el oro limpio. Pura alquimia.
Las colosales murallas megalíticas protegían y daban soporte a la plataforma maciza que era imprescindible para los vehículos de transporte del mineral. ¿vehículos aéreos?
La costa del océano Pacífico de Sudamérica central entre la montaña y el mar es un terreno con escasas lluvias pero con ríos que descienden desde la zona montañosa oriental, separados entre si unos 100 km. Unos son más grandes y otros más pequeños, entre algunos la distancia es menor y entre otros mayor, pero tracemos imaginariamente unos ríos paralelos separados unos cien kilómetros. En torno a cada río imaginemos unas verdes zonas fértiles separadas por desierto.
Las poblaciones humanas se establecieron en esas zonas fértiles fluviales y en las costas marítimas. Su desarrollo técnico permitió más tarde conducir agua adicional desde las montañas hasta sus poblaciones mediante acueductos. También llegaron a construir caminos para comunicar unas zonas fértiles con otras. También se construyeron pirámides con ladrillos de barro separando las zonas fértiles del desierto.
En la parte norte de esta zona se establecieron los mochicas hacia el 400 a. C. Su panteón de dioses estaba encabezado por Nannar-Sin, al que ellos llamaban Si o Sian, cuyo símbolo era la luna creciente. Nos dejaron representaciones de dioses alados y de gigantes. Destacan su bella cerámica y bellos tejidos. Dominaban la fundición del oro, la construcción con ladrillos de barro cocidos al sol, y sus pirámides o zigurats religiosos que se agrupaban en grandes complejos religiosos.
En la parte sur del río Rímac, que da nombre a la capital actual de Perú, estaban los chinchas en la costa y los “Aymara” en la parte interior. En esta zona sur chincha-aymara estaba el templo mayor de Sudamérica. Estaba dedicado a Anu aquí llamado “Creador del Mundo” (= Pacha-Camac), y a sus descendientes Enlil (Vis = Señor de la Tierra), y su mujer Mama-Pacha (= Dama de la Tierra), Enki como M?/Pacha-Cocha? = Señor del Agua, y su mujer Mama-Cocha (Dama del Agua), también está Nannar-Sin como dios Luna = Si, o Sian, Marduk-Ra como el dios Sol Illa-Ra y Adad (el Thor nórdico) aquí como el dios héroe o Kon y otros conocidos nefilim mesopotámicos.
El templo mayor o de Pacha-Camac era el destino religioso de los sudamericanos occidentales. Tenía un enorme reconocimiento. Los peregrinos llevaban oro hasta allí, pero solo los sacerdotes podían entrar y luego ante la multitud –descalza- repetían las palabras que los dioses les habían comunicado por el aparato correspondiente, el oráculo.
Así se acumularon cantidades enorme de oro procedentes de otras zonas. Con este oro se hizo una estatua de Pacha-Camac, y se recubrieron las paredes del templo con láminas de oro y plata sujetas por clavos de plata.
Las leyendas atribuyen el templo a los Gigantes. Los chinchas remodelaron y embellec

ieron el lugar, situado en una terraza sobre el océano, a los pies de una montaña dividida en cuatro plataformas de inmensos bloques de roca. La terraza superior tenía un tamaño de varias hectáreas. Era un lugar muy bien escogido con unas vistas al océano.


Se creía que este era el lugar para resucitar a los muertos, el lugar de los inmortales. Allí llevaban a sus familiares y les momificaban en espera de la resurrección. El encargado de este asunto era Adad, aquí también llamado “El atronador” = Rímac (el que da nombre al río) que se representa con una “varita mágica” en la mano izquierda y un arma de varías puntas, quizá “un rayo”, en la mano derecha, y una corona con apéndices ¿cuernos? sobre la cabeza. Adad/Rímac/Raman era también apodado en Mesopotamia, Raman (el atronador). De Raman proviene el verbo tronar (el semita).


Rímac, es también conocido como Kon, el dios héroe, el Ira-Ya.

En una estatua de piedra de Puma Punku (un barrio de Tiahuanacu) se encontraron turquesas en los ojos. No existían turquesas en América, de modo que las llevarían del Sinaí o de Persia.


Sobre otras piedras verde azuladas, quizá esmeraldas podemos leer en el libro de Job en la Biblia: Los amigos de Job le hablan de las muchas maravillas de los cielos y la tierra que sólo su dios conocía; entre ellas estaban las maravillas de los metales y sus filones, y el ingenio para encontrarlos y extraerlos de las profundidades de la tierra.


Hay una tierra de la que vienen los lingotes,

cuyas entrañas están agitadas como con fuego;

un lugar donde las piedras son verde azuladas,

que tiene las vetas de oro.


Nos están hablando de las explotaciones mineras de los Andes. La primera línea dice que de allí se transportaban el oro hasta Oriente Próximo, luego dice que había vetas de oro en las entrañas de la tierra y que eran tratadas como con fuego.



Ni siquiera el buitre conoce el camino,

ni el ojo del halcón lo discierne…



Estaba en una ubicación para ellos desconocida, y el dato del buitre y el halcón nos indica claramente que se trata de altas montañas, tan altas que ni estos animales alcanzan. Se trata de las altísimas montañas andinas.



Allí pone Su mano sobre el granito,

derrumba de raíz las montañas.

Abre galerías a través de las rocas,

y todo lo que es precioso Sus ojos han visto,

represa las fuentes de los ríos,

y saca a la luz lo que estaba escondido.



Nos habla del trabajo minero en las duras rocas de los Andes donde abrían galerías, derrumbaban montañas, sacando los metales del interior (escondidos), no solo el oro. Y también el trabajo en los ríos donde quedó atrapado el oro entre el fango y tuvo que ser filtrado para separarlo (represa las fuentes de los ríos). Nos indica claramente donde hacían esos procesos: en esas fuentes.


Además fijémonos en que el sujeto de la acción es el dios de Job, asimilado al dios de Israel en cuanto que lo incluyen en la Biblia (aunque el texto perteneciera a otro pueblo, de época no muy clara, ni localización; solamente está claro que Job era un hombre muy rico y poderoso de Oriente Próximo y por eso tenía estos tres amigos). Repito: el sujeto de la acción es el dios de Job, y quién es el sujeto de la acción minera andina: los trabajadores mineros claro, pero en nombre de Viracocha. Por lo tanto ¿Quién es el dios del relato de Job? Precisamente el annunaki, que por delegación de su padre Enlil, el soberano del planeta, tenía en potestad el territorio donde estaban los israelitas. ¡qué casualidad!


Él pone fin a la oscuridad,

explora lo que hay de valor

de las piedras en las profundidades y en la oscuridad.

Abre el arroyo lejos del poblado,

donde se mueven los hombres olvidados y extraños.




Los trabajadores mineros trabajan en la oscuridad con alguna fuente de luz, dilucida el material que hay de valor y el que no de los materiales que hay en las excavaciones mineras (profundidades, oscuridad), en las corrientes de agua, y en la última línea nos vuelve a ubicar el lugar: es un lugar muy distante con hombres olvidados y extraños. No eran sus vecinos de la casa de al lado, aunque el término olvidados nos indica que había trabajadores de la casa de al lado pero que se fueron tiempo ha. Y con ellos estaban otros trabajadores , los extraños.



Sólo Dios conoce su camino

y sabe cómo se establece.

Pues Él puede explorar los confines de la Tierra

y ver todo lo que está bajo los cielos.



Un lugar desconocido, muy lejos de casa.





su origen …

Con oro sólido no se puede comprar,

ni se paga a precio de plata.

No se valora con el oro rojo de Ofir,

ni con la preciosa cornarina ni con el lapislázuli.

No se le compara el oro ni el cristal,

ni su valor en vasijas de oro.

El coral negro y el alabastro no merecen ni mención;

el Conocimiento vale más que las perlas



Nadie podía conseguir la información de dónde estaba ese lugar. Ese conocimiento vale más que el propio oro que se extrae. Ni con todas las riquezas ningún hombre puede conseguir esa información.



Ningún hombre conoce su camino;




¿Y quienes eran esos “amigos de Job”que le informaban de estos asuntos minero-metalúrgicos? Uno se llamaba “Dios es mi oro puro”, y era del sur de Arabia; otro se llamaba “lugar de los fosos profundos” y era del territorio hitita y el tercero se llamaba “señor de todos los herreros”, de Naamá, un lugar quizá en la costa del Mar Rojo, en todo caso, un lugar asociado a TubalCaín el epónimo de la metalurgia. Los tres lugares eran tierras relacionadas con la minería o la metalurgia. Así que sabían de lo que hablaban.




CENTROAMÉRICA



Las leyendas aztecas, llamadas «mitos migratorios», se basan en la tradición oral, y en libros o “códices”, como el Códice Boturini, y nos dicen que el hogar ancestral de la tribu azteca se llamaba Azt-lan («Lugar Blanco»).


Itzac-mixcóatl («Blanca Serpiente Nube») y su esposa Illan-cue («Vieja Mujer») vivían en Lugar Blanco. Sus hijos son los antepasados de las tribus de habla náhuatl, entre las que se encontraban los aztecas. Los toltecas también eran descendientes de Itzac-mixcóatl, pero su madre era otra mujer. Aztlán era un lugar relacionado con el número siete, habiéndosele llamado también Aztlán de las Siete Cuevas. En los códices se describe que contiene una gran pirámide escalonada central rodeada por seis santuarios menores.


En la Historia de las cosas de la Nueva España fray Bernardino de Sahagún, basado en textos náhuatl, habla de esa migración en barcos de siete tribus desde Aztlán. Los libros ilustrados muestran la migración de barcos pasando junto a un hito cuyo pictograma no ha sido interpretado. Sahagún ofrece varios nombres para las estaciones del camino, llamando al lugar de desembarco Panotlán, «lugar de llegada por el mar», que los expertos dicen que se trata de Guatemala.


Las tribus llevaban con ellos a cuatro “hombres sabios” para que les guiaran y les dirigieran. Hombres Sabios que llevaban consigo manuscritos y que conocían los secretos del calendario. Desde Panotlán las tribus se encaminaron hacia el Lugar de la Serpiente-Nube. Luego desde este lugar se dispersaron. Por fin, aztecas y toltecas llegaron a Teotihuacán, en donde construyeron dos pirámides.


Los reyes gobernaron en Teotihuacán y fueron enterrados allí, pues ser enterrado en Teotihuacán era reunirse con los dioses en la otra vida. No está claro el tiempo que pasó hasta que se embarcaron en el siguiente viaje migratorio, pero en algún momento las tribus comenzaron a abandonar la ciudad sagrada.


Los toltecas fueron los primeros en abandonar la ciudad de los dioses y construir la suya, Tollan. Los aztecas o mexicas fueron los últimos y recorrieron diversos lugares sin encontrar donde asentarse. El líder de la tribu azteca recibió el nombre de Mexitli, «El Ungido» y que puede ser el origen del nombre tribal mexica («el pueblo ungido»), que significaría que eran el pueblo elegido para gobernar sobre el resto de las tribus.


Huitzilopochtli era el dios que guiaba a los aztecas haciendo turismo por Centroamérica sin acabar de decidirse por el lugar de asentamiento final. Les anunciaba que les llevaría a una tierra en donde había «casas con oro y plata, algodón multicolor y cacao de muchos tonos». El lugar de destino estaría marcado por una indicación: verían un águila posada sobre un cactus que crece en una roca rodeada de agua.


Los aztecas habían sido guiados de vuelta a su punto de origen de viaje, el Valle de México. Los aztecas esperaban poder asentarse cerca de Tollan, “el lugar del medio” pero los toltecas no les recibieron calidamente y tuvieron que conformarse con asentarse en la ribera pantanosa del lago central Texcoco y fundar allí su ciudad, en un islote del lago, Tenochtitán, «ciudad de Tenoch». Durante casi dos siglos vivieron los aztecas en este lugar. Tenoch fue el nombre de un antepasado tribal, una legendaria figura paternal muy, muy antigua (¿Caín?). Los aztecas se consideraban tenochas, descendientes de Tenoch.


La historia oficialista nos dice que los aztecas, mexica o tenochas llegaron al valle de México hacia el 1140 d. C., y fundaron Tenochtitlán en el 1325 d. C. Después, crecerían a base de guerras y pactos con otras tribus hasta convertirse en el poder que dominaba a las demás, las lideraba y sometía a los que consideraba enemigos. Estas víctimas de los aztecas aprovecharon la lucha de los españoles para liberarse de sus cadenas, pues eran objeto de crueles sacrificios rituales.


Los aztecas, los toltecas y otras tribus nahuatl, desde el sudoeste de los Estados Unidos hasta la actual Nicaragua, tenían leyendas de la creación que seguían el mismo esquema que la Biblia. Pero, mientras la Biblia, une los dioses (en plural) de los textos sumerios, que son su fuente, en una sola entidad que llama Elohim porque intenta cuadrar, identificar erróneamente estos “dioses” nefilim con Dios, el Dios único que pactó posteriormente con los humanos a través de Abraham, en cambio, los relatos nahuatl conservan la pluralidad de dioses de los sumerios y egipcios.


Como en Mesopotamia a la cabeza de los nefilim estaba el “Señor del Cielo”, Anu y su consorte la “Dama del cielo” que vivían en el duodécimo miembro del sistema solar, en Mesoamérica a la cabeza de sus dioses estaban el Señor Celestial de la Dualidad con su consorte la Dama Celestial que vivían en la duodécima división superpuesta (parece querer decir en la órbita doce) del cielo.






Y los toltecas sabían


que muchos eran los cielos.


Decían que había doce divisiones superpuestas;


allí moraba el dios verdadero y su consorte.


Él es el Dios Celestial, Señor de la Dualidad;


su consorte es la Dama de la Dualidad, la Dama Celestial.


Esto es lo que significa.






El Dios Celestial tenía su morada en lo alto, por encima de los doce cielos superpuestos. Ese lugar los sumerios lo describían como un radiante planeta cuyo símbolo era la cruz (el planeta del cruce, Nibiru). Los pueblos antiguos adoptaron este símbolo, y lo convirtieron en el Disco Alado de la Cruz. Así lo podemos ver en el escudo de Quetzalcóatl y en otros símbolos que aparecen en los primitivos monumentos de México.































Los dioses de antaño de los nahuatl contaban relatos legendarios eran descritos como hombres barbudos, como los dioses mesopotámicos y egipcios. Había relatos de parejas divinas y de hermanos que se casaban con sus propias hermanas.


Los nahuatl reconocían que la humanidad descendía de cuatro hermanos que se separaron para vivir en lugares diferentes y dieron origen a los pueblos de color rojo, negro, blanco y azul. Por orden de nacimiento son: Tlatlauhqui, Tezcatlipoca-Yáotl, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli. Los nahuatl asociaron estos hermanos con los cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos primarios: Tierra, Viento, Fuego, Agua, los cuatro colores: rojo, negro, blanco y azul, y con las cuatro razas de la humanidad (Códice Ferjervary-Mayer) junto con sus símbolos, árboles y animales.


Podemos fácilmente asociar estas cuatro razas de la humanidad con la división del linaje de Noé en Sem, Cam y Jafet que se asocia con Asia, África y Europa. La Biblia habían perdido el dato de su hermano, el pueblo de color rojo y en cambio los descendientes asociados de éste no habían perdido la información de los otros tres pueblos del viejo mundo.


También sigue el paralelismo entre los relatos nahuatlacas y los del viejo mundo en cuanto a los enfrentamientos entre los dioses. Eran enfrentamientos por el dominio de la Tierra y de sus recursos que aparecen en los mitos de todos los pueblos de la antigüedad:


Huitzilopochtli derrotó a los cuatrocientos dioses menores y también es importante el combate entre Tezcatlipoca-Yáotl y Quetzalcóatl.


En los relatos hititas e indoeuropeos son las guerras entre Teshub/Acad o Indra con sus hermanos en Grecia, Asia Menor, India. En los relatos semitas cananeos y fenicios son guerras de Baal con sus hermanos, en el transcurso de las cuales Baal mató a centenares de «hijos de los dioses» o dioses menores. Y en los relatos egipcios se habla del desmembramiento de Osiris por su hermano Set, y de la posterior guerra entre Set y Horus, hijo y vengador de Osiris.


Las leyendas de los mexicanos eran los recuerdos de creencias y relatos que del Próximo Oriente de la antigüedad. En su mitología, el Creador de Todas las Cosas es un dios que vive en una gran casa en un lugar del cielo. Este dios tras crear el Cielo y la Tierra crea al hombre en un proceso de varios intentos fallidos: primero con barro, y en el último intento se creó una pareja humana a partir de cenizas y metales, que son los padres de toda la humanidad.


También recogen la historia del diluvio. Una gran inundación acabó con toda la humanidad salvo un sacerdote y su mujer que se habían refugiado, con semillas y animales, en el interior de un tronco ahuecado artificialmente. Su historia también recoge que primero soltó unos pájaros para saber si encontraban tierra emergida. Durante un año y un día toda la Tierra estuvo cubierta de agua y el mundo se sumió en el caos.


La historia antigua de las tribus nahuatlacas y sus antepasados se dividía en varias partes. La parte menos antigua se dividía en cinco eras llamadas soles o eras de soles. Los aztecas consideraban que estaban en Era del Quinto Sol. Cada uno de los cuatro soles anteriores había terminado con una catástrofe.






Se cree que el gran Calendario de Piedra azteca representa estas cinco eras. En el centro está el dios del calendario de eras solares. La corona circular con veinte partes representa los veinte días del mes azteca. Los llamados glifos representan las cuatro eras anteriores, y la calamidad que terminó con cada una de ellas —agua, viento, terremotos y tormentas, y jaguar.






La primera era (15985 – 11977 a.C), o era del primer sol término con el diluvio. Nene, y su mujer Tata sobrevivieron en su tronco vaciado. La primera o la segunda fue la era de los Gigantes de Cabellos Blancos.


El Segundo Sol (11977 - 7967) se recordó como «Tzoncuztique», la «Era Dorada»; terminó a causa de la Serpiente del Viento.


El Tercer Sol (7967 - 3886) fue la era de la Gente de Cabello Rojo. Estuvo presidido por la Serpiente de Fuego. Los supervivientes de la segunda era (los del cabello rojo), llegaron en barco desde el este hasta América, asentándose en la región de Botonchán; Fueron esclavizados por los gigantes que vivían allí.


El Cuarto Sol (3886 a.C - 1145 d.C) fue la era de la Gente de Cabeza Negra. Quetzalcóatl llegó a México desde el este —alto de estatura, de luminoso semblante, con barba, y llevando una larga túnica. Su hacha, con forma de serpiente, estaba pintado de negro, blanco y rojo; llevaba piedras preciosas engarzadas y estaba adornado con seis estrellas. Fue cuando se construyó Tollan, la capital tolteca. Quetzalcóatl, introdujo la enseñanza, los oficios, las leyes y el cálculo del tiempo según el ciclo de 52 años. Hacia el final del Cuarto Sol tuvo lugar una serie de guerras entre los dioses. Quetzalcóatl partió, de vuelta hacia el este, hacia el lugar de donde había venido. Las guerras de los dioses causaron estragos en el país; y Tollan quedó abandonada.


Cinco años más tarde, llegaron los pueblos chichimecas, vecinos de los aztecas; y el Quinto Sol, la era azteca, dio comienzo.


Volviendo al paralelismo con la historia mesopotámica, las leyendas tribales nos cuentan la historia de la Torre de Babel:


«hombres de monstruosa estatura que aparecieron y tomaron posesión del país… Y estos gigantes, al no encontrar la forma de llegar al Sol, decidieron construir una torre tan alta que su cúspide llegara al Cielo».


Otro paralelismo está en la creación del hombre: en los relatos nahuatl se recogen las tres creaciones del hombre de los relatos sumerios, y en la Biblia solo se recogen dos. La versión inédita, la más antigua, se forma al hombre a partir de la “sangre” de un dios, Quetzalcóatl.






En los relatos sumerios, los creadores del hombre fueron una pareja, Ea /Enki y Ninti. Él, con un gran talante habilidoso, metalúrgico, referido como «Serpiente». Su compañera tenía grandes conocimientos de medicina. Ya sabemos que el símbolo de la medicina desde la antigüedad ha sido el de las dos serpientes entrelazadas. Incluso los sumerios les representan en un laboratorio con matraces e instrumental de este tipo.


En los relatos náhuatl, los creadores del hombre fueron una pareja, Quetzalcóatl y Mujer Serpiente. Él, es un dios del conocimiento, referido como «Serpiente Emplumada». Su compañera era una diosa de poderes mágicos. En el “códice mixteco” se representa una imagen que muestra al dios y a la diosa mezclando un elemento que fluye en un enorme matraz o cuba con la sangre de un dios que deja caer gotas dentro del matraz; de esa mezcla, emerge un hombre.


Las teorías oficialistas sobre la llegada del hombre a América proponen dos teorías: la migración desde Asia a través del Estrecho de Bering, por el norte, y la migración por el Pacífico hasta Sudamérica. Suponen larguísimos viajes de hombres, mujeres y niños a través de miles de kilómetros de tierras heladas del norte o del sur hace 20 000 ó 30 000 años; además, el motivo que aducen es la persecución de la caza ¡por tierras heladas! ¿Realmente alguien puede pensar que se lanzaban hacia lo desconocido en un mundo de desierto helado, lanzándose a una más que probable muerte de toda la población? ¡Hala, vamos a descubrir América! ¿O tenían una guía, unos seres que les guiaban, con conocimientos, hacia una Tierra Prometida más allá del hielo? Tenemos también un paralelismo entre ese gran éxodo y el éxodo israelita de Egipto. El guía tenía que anunciar una impresionante Tierra Prometida para que aquellos pobres desgraciados se sometieran a aquella terrible migración, llena de obstáculos.






En el éxodo judío, les promete llegar a «una tierra de trigo, cebada, vino, higueras y granados, una tierra de olivos y miel… Una tierra cuyas piedras son de hierro y de cuyas montañas puedes sacar cobre».


En el gran éxodo americano les promete llegar a tierra de «casas con oro y plata, algodón multicolor y cacao de muchos tonos».


¿Podemos suponer que el Lugar Blanco, Aztlán, patria original de los pueblos nahuatl era una tierra cubierta de nieve? ¿Podemos suponer que el inicio de su calendario, el comienzo del primer sol se corresponde con el inicio de su gran éxodo hacia el 15985 a.C.? ¿Es por esto que la era del Primer Sol era la época de los «gigantes de cabellos blancos»? Según los relatos náhuatl la migración no fue a través del hielo sino en barcos sobre el Océano Pacífico. ¿La migración náhuatl será la misma que la migración de los sudamericanos?






El éxodo hacia Sudamérica está recogido en leyendas como la de Naymlap. Naymlap parece ser un nefilim (o humano que convivía con ellos, como uno más), que estaba encargado de guiar a una gran flota de humanos hacia el este hasta la costa del Pacífico. Eran balsas de juncos del tipo de los barcos de juncos sumerios. En el barco de de Naymlap había un aparato que permitía comunicarse con el guía nefilim que no estaba presente con ellos. Se trataba de una piedra verde que pronunciaba las palabras del guía para que pudieran llegar al punto elegido en Ecuador, en el cabo Santa Helena.


Cuando llegaron a Sudamérica ya estaba habitada. Allí vivían gigantes. Hablando a través del ídolo-piedra verde recibían instrucciones sobre agricultura, construcción y artesanía. Naymlap recibió órdenes del dios de la piedra parlante y se fue volando. Había cumplido su misión. Esta comunicación de los hombres con los dioses a través de objetos, en el caso americano, la piedra verde, en el éxodo israelita era a través del Dvir “hablador”, que estaba en la parte superior del Arca que tenían que transportar. Moisés recibía las instrucciones para guiar a su pueblo por este medio.


Los humanos adoraban un panteón de doce dioses, que se corresponden con los doce grandes nefilim encabezados por el Sol y la Luna, que parecen referirse a Anu, y su mujer. A estos les construyeron sendos templos, uno frente a otro en Quito. En el templo del dios mayor, el Sol, había dos columnas de piedra y dentro en el patio, doce pilares de piedra en circulo.






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La ciudad metalúrgica de Teotihuacan






En Egipto se construyeron las tres pirámides (que llaman de Keops, Kefren y Micerino). La tercera era una maqueta para hacer las otras pirámides. Después los humanos construyeron sobre la maqueta dando forma a Micerino. Se construyeron para crear los dos picos de referencia en relación con los dos picos naturales del sur del Sinaí. Las dos pirámides están a la misma altura. Kefren está sobre un suelo más alto y por eso es más pequeña que Keops, pero la altura aérea es la misma.



¿Los nefilim también construyeron las pirámides de Teotihuacán, unos 50 km al norte de Méjico? Las dos pirámides alcanzan la misma altura sobre el nivel del mar pero como una está situada a 9 metros más alta la construcción es más pequeña sobre el suelo.


Las pirámides de Egipto y las de Teotihuacán se construyeron sobre plataformas artificiales casi idénticas de unos 230 metros de lado, pero de distinta altura de manera que las mejicanas encajarían en las egipcias.










La gran pirámide de Egipto está construida con grandes bloques de piedra, tallados y encajados sin argamasa pero con una perfección impresionante. La gran pirámide de Méjico está construida con ladrillos de barro, tierra, grava, guijarros


La Pirámide del Sol se construyó con ladrillos de barro, adobe, guijarros y gravilla, dentro de una tosca funda de piedra y estuco. Su volumen y su masa son también menores y no parece tener el complejo laberinto interior de las egipcias, sino que son niveles superpuestos uno encima de otro. El ángulo egipcio es de 52º, lo cual es una enorme dificultad técnica y el ángulo americano es de 43´5º.


El dato del ángulo es trascendental. 52º es una enorme pendiente. Este ángulo sólo aparece en las pirámides egipcias de Gizeh, tampoco en el resto de pirámides egipcias. Esas pirámides fueran construidas por sus constructores en cambio las pirámides egipcias construidas por humanos son más pequeñas, deterioradas o derruidas, una birria de pirámides. Los faraones querían emular la Escalera al cielo de los nefilim pero no tenían conocimientos ni medios para hacerlo. Nunca se consiguió el imposible 52º. Sus intentos fueron catastróficos para los trabajadores. Por ejemplo el faraón Snefru, hacia el 2650 a.C. tras el derrumbamiento de su pirámide de 52º tuvo que conformarse con 43´5º, como los centroamericanos. Sus arquitectos tuvieron que adoptar la decisión del faraón Zoser (más de un siglo antes) de construir en niveles escalonados uno encima de otro como los centroamericanos.


El ángulo de 52 grados de las pirámides de Gizeh precisaba del número pi


Altura = 2 Lado / π


Lado de la base 230 metros: 2x230 / π = 146´4 metros de altura


El ángulo de 43,5 grados se obtuvo en Egipto a través de una sofisticada adaptación del número pi. Se conseguía al reducir la altura desde un múltiplo final de cuatro a un múltiplo de tres. En ambos casos, hacía falta conocer pi; y la historia oficialista nos dice que los mesoamericanos no lo conocían.






En Teotihuacán hay dos ejes perpendiculares norte-sur y este-oeste pero no absolutamente. La realidad es los ejes no están señalando a los puntos cardinales, sino que están ligeramente desviados hacia el sudeste en quince grados y medio. Esta orientación real de los ejes se llama «orientación sagrada». Posteriores centros ceremoniales como el de Tula y otros aún más lejanos respetaron esta orientación, solo por respeto reverencial a Teotihuacán. En los libros de esos señores que dicen que saben historia se dice que esa orientación se trazó para permitir la observación del cielo en determinadas fechas clave del calendario.






En la gran pirámide de Teotihuacan se descubrió una cavidad subterránea con unos escalones que bajaban hasta una galería horizontal, construida sobre una cueva natural artificialmente agrandada y perfeccionada, discurriendo bajo el lecho de roca sobre el que se asentaba la pirámide.


Luego surgen dos cámaras laterales y luego en la parte más profunda se llega a una estructura compleja con tuberías y otros materiales humanos.


Algunas paredes interiores estaban cubiertas por una gruesa capa de mica. El tipo de mica encontrado solo se podía encontrar en Brasil.


Si a mediados del segundo milenio a. C., alguien familiarizado con los secretos de la construcción de pirámides llegó a este valle; e, igualmente entendido en ciencias físicas, creó. ¿Sería alguien que buscaba oro, como el colgante de la Dama del Agua podría sugerir, o algún otro mineral aún más raro?


Cuando Tenochtitlán alcanzó la grandeza, la capital tolteca de Tula se recordaba ya como la legendaria Tollan. Y cuando los toltecas construyeron su ciudad, Teotihuacán era ya un mito. Su nombre significa «lugar de los dioses», y eso, según los relatos conservados, era lo que había sido.


En la leyenda referente al día que el Sol y la Luna se detuvieron (Josué, Biblia) en América lo que se detuvo lógicamente es la noche (porque América está en el lado opuesto más o menos de Israel). En esa leyenda que relataré en otro punto se dice que el Sol no amanecía y había terror entre las gentes. Lo que me importa aquí es que todo era oscuridad menos en Teotihuacán que había luz, pues una llama divina continuaba ardiendo allí. ¿De qué modo se producía esa luz? Acaso Teotihuacán se diseñó y se construyó como una especie de central hidráulica para producir energía eléctrica o bien se construyó para otro fin (metalúrgico) pero para ello necesitaban una fuente de energía, y con esa energía –pongamos electricidad- producían luz en el polígono industrial de Teotihuacán.


Quiero recordar la mica encontrada en la pirámide. La mica se utiliza como aislante en electricidad, aunque también aparece en electrónica, tecnología espacial y en procesos químicos de cierto nivel tecnológico. ¿Y por qué de los tipos de mica utilizaron la distante mica de Brasil?


En el fondo de la pirámide hay galerías con restos de tuberías. Parece que utilizaban corrientes de agua para algún fin dentro de la pirámide.


Parece que en la zona de las pirámides existía un sistema de canalización compleja de aguas. Existe una pista que se llama la Calzada de los Muertos es una pista ancha y lisa desde la Pirámide de la Luna hacia el sur (una pista de aterrizaje para los ovnis de Sirio, dirían algunos, pero no, es más bien una pista de agua); entre la gran pirámide y el río San Juan se ve interrumpida en cierta sección de la pista. La pendiente total desde la Pirámide de la Luna hasta la Pirámide del Sol está aún más acentuada en esa sección de la Calzada, y el terreno indica que esta pendiente se logró gracias a un corte artificial en la roca; en total, la caída desde la Pirámide de la Luna hasta un punto más allá de la Ciudadela es de casi treinta metros. Aquí se crearon seis segmentos para levantar una serie de paredes dobles en perpendicular al curso de la Calzada. La corriente de agua suponemos comenzaba en la Pirámide de la Luna desde un túnel subterráneo que la circundaba, enlazando de algún modo con el túnel subterráneo de la Pirámide del Sol. La cadena de compartimentos podría retener o dejar ir el agua de uno a otro, hasta que al final el agua llegaría al desvío canalizado del río San Juan.


Quizá ese sistema de canalizaciones es la causa de que en la pirámide aparezcan símbolos de aguas onduladas. La relación de Teotihuacán con el agua parece confirmarse con otros restos allí encontrados, por ejemplo, la enorme estatua de Chalchiuhtlicue, la diosa del agua y esposa de Tláloc, el dios de la lluvia. La estatua estaba en el centro de la “plaza” que hay frente a la Pirámide de la Luna.


A la diosa Chalchiuhtlicue «Dama de las Aguas», se la suele ver con una corona de serpientes, indicando su pertenencia a ésa dinastía de dioses serpientes.


La presencia del dios y la diosa del Agua, junto con Quetzalcóatl, como dios principal, esa avenida en pendiente, todas esas estructuras, cámaras subterráneas y túneles, la desviación del curso del río San Juan, las secciones subterráneas con sus desagües, y los compartimientos bajo tierra forrados de mica, son los restos que el tiempo y la ruina han dejado de una instalación industrial, de una planta para la separación, el refinado o la purificación de sustancias minerales.


¿Pero si fueron los nefilim los constructores por qué hicieron esa birria de pirámides en relación a sus pirámides de Egipto? Porque esas pirámides se corresponden con constructores humanos tipo egipcios con sus faraones, pero no con las grandes. Parecen construidas por humanos. Pero por otro lado hay una tecnología superior. El gran constructor de los nefilim no estaba allí desde luego. Parece que estaba Quetzalcóatl y otros nefilim con los constructores y trabajadores humanos que sufrieron un expediente de traslado laboral de un continente a otro. Les llamamos olmecas.


Se señala a los olmecas, un pueblo de negros africanos que emergió en la escena de América Central a mediados del segundo milenio a. C. Pocos siglos antes de la era cristiana, los toltecas llegaron a esta zona. Realizando en principio faenas de tipo manual, poco a poco aprendieron los oficios de la ciudad y adoptaron la cultura de sus maestros, inclusive la escritura pictográfica, los secretos de la orfebrería, el conocimiento de la astronomía y el calendario, y el culto a los dioses.


Hacia el 200 a. C. los habitantes de Teotihuacán se fueron y se convirtió en una ciudad tolteca. Durante siglos, fue famosa por sus herramientas, armas y objetos de obsidiana, y su influencia cultural y religiosa se extendió ampliamente. Más tarde, quizá hacia el 700 d.C los toltecas también se fueron. Teotihuacán quedó desierto. Sólo era un recuerdo de un pasado mejor. Los toltecas construyeron Tollan “lugar de muchos barrios”, una imitación burda de esa ciudad, unos treinta kilómetros al noroeste, al lado del río Tula, sobre una población ya existente. Tollan estuvo gobernada por una dinastía de reyes-sacerdotes que afirmaban ser descendientes de Quetzalcóatl, y de ahí que, además de su propio nombre, llevaran también el del dios como patronímico, como Ce Acatl Topiltzin-Quetzalcóatl (del 968 d.C) —costumbre que también se daba entre los faraones egipcios.


En su reinado estalló un conflicto religioso que tuvo que ver con la exigencia de parte del sacerdocio de introducir sacrificios humanos para pacificar al dios de la guerra. En el 987 d. C., Topiltzin-Quetzalcóatl y sus seguidores dejaron Tollan y emigraron hacia el este, y se asentaron en Yucatán.


Dos siglos después, los toltecas que se quedaron en Tollan también tuvieron que irse, ante ataques de sus vecinos y de catástrofes naturales. Parece que el último rey tolteca se llamaba Huemac-Quetzalcóatl. Cuando el primer jefe azteca llegó hasta la ciudad no era más que ruinas de monumentos y edificios. Los ladrones habían profanado lo que la naturaleza no había destruido.






Tollan era como Teotihuacán pero una burda copia. El centro de Tollan era un recinto sagrado que se extendía a lo largo de un eje norte-sur de alrededor de un kilómetro y medio de longitud; estaba flanqueado por unos grupos ceremoniales con una orientación este-oeste, perpendicular al eje norte-sur. La orientación real era la «inclinación sagrada» de Teotihuacán.


En el límite norte del recinto sagrado (A) se encontraba una estructura extraña que se considera un observatorio astronómico. Era como una pirámide escalonada, pero detrás, la estructura era circular, y estaría coronada probablemente por una torre. Este edificio sirvió de modelo para el templo azteca de Quetzalcóatl en Tenochtitlán, y para otras pirámides observatorio circulares de otros lugares de México.






Siguiendo el eje hacia el sur un poco más de un kilómetro está (B) el principal edificio ceremonial. Se trata del Gran Altar ubicado en el centro de una gran plaza cuadrada.


En el lado este de esta plaza una pirámide de varios niveles que se considera el templo principal.


En el lado norte de la plaza una pirámide más pequeña pero con el mismo número de niveles. Se considera que era otro templo. A ambos lados de esta pirámide norte había edificios más bajos con señales de fuego.


En el oeste estaba el juego de pelo del tlachtli. En el sur de la plaza, había unos edificios alargados con hileras de columnas.


Entre la plaza B y el edificio A del extremo norte había varios edificios y otro juego de pelota.


En diversos lugares había estatuas de piedra, de animales como el coyote y el tigre (sí, tigre) y la de hombres como Chacmool, un hombre semidiós y también semitumbado. Las estatuas de los toltecas solían ser de sus jefes y parece que eran de baja estatura, algunos aparecen como guerreros con sus armas atl-atl, una especie de espada curva o un lanzador de flechas en la mano como relieves sobre columnas de piedra.


La gran pirámide al este de la plaza era conocida por los lugareños modernos como El Tesoro, era un montículo de tierra con vegetación y se decía que debajo había un campo de oro.


La pirámide norte era un montículo conocido como “el señor de la estrella de la mañana” y sus paredes estaban decoradas con dibujos de la Serpiente emplumada. En lo alto de la pirámide, en la entrada a lo que parece un templo se supone que había dos columnas con esta imagen de la serpiente. De estas columnas solo quedan fragmentos. La pirámide tenía una rampa que había sido claramente añadida con posterioridad a su construcción -una rampa sobre la cara escalonada de la pirámide. Debajo de esta rampa había una muy profunda cámara con esos fragmentos de las dos columnas redondas citadas, de cuatro columnas cuadradas que se creía que habían sostenido el techo del templo de la pirámide, y de cuatro estatuas de aspecto humano de más de cuatro metros y medio de altura, que acabarían siendo conocidas como los Atlantes, que se suponen que sostenían el techo. Los rostros de esos atlantes son distintos pero con rasgos similares, como si pertenecieran a una misma raza siendo individuos distintos. Esa raza no es ninguna conocida, son rasgos desconocidos. Estos atlantes tienen en su mano un arma misteriosa que algunos autores han considerada una pistola de plasma, un arma poderosa.


Debajo de esa rampa había una anterior pirámide con cámaras y tuberías de piedra que encajaban pieza a pieza con precisión. Esto parece llevarnos de nuevo a que se trataba de edificios para el procesado o purificación de metales. ¿El arma misteriosa podría ser una herramienta para el trabajo mineral?


Junto a esos atlantes aparecían las figuras de los jefes toltecas a tamaño natural, pequeños. ¿Significa eso que los nefilim representados miden realmente cuatro metros y medio? Sabemos que los nefilim eran muy altos ¿pero tanto?.


Esos atlantes parecen corresponderse con los Cuatro hijos de Horus que acompañaban al faraón hasta la escalera Duat hacia el cielo para alcanzar la inmortalidad. Los egipcios lo representaban mediante una simple escalera de escalones normal o una doble –una pirámide escalonada a lo centroamericano. Este símbolo aparece también en la pirámide de Tollán y en los símbolos aztecas.


En la cumbre de los dioses estaba Quetzalcóatl la «Serpiente Emplumada». Si asociamos esta mitología con la egipcia nos encontramos la idea egipcia de la «Serpiente Alada» que ayuda al faraón fallecido en su viaje.


Además de Quetzalcóatl, el panteón náhuatl estaba lleno de deidades asociadas a las serpientes. Cihuacóatl era la «Serpiente Hembra». Coatlicue era «la de la falda de serpientes». Chicomecóatl era «Siete Serpiente». Ehecacoamixtli era «Nube de serpientes del viento», etc. Al gran dios Tláloc se le representó frecuentemente con la máscara de una serpiente doble.


Todo parece llevar a que esta zona centroamericana fue el reino de los dioses Serpiente del antiguo Egipto.






En el antiguo Egipto hubo unos sacerdotes Shem, que pronunciaban oráculos y fórmulas secretas dirigidas a «abrir la boca» del faraón fallecido con el fin de que pudiera reunirse con los dioses. Esos sacerdotes Shem vestían pieles de leopardo.


Se han encontrado representaciones mayas con sacerdotes vestidos de forma parecida; y dado que en las Américas lo lógico habría sido llevar una piel de jaguar, en lugar de una de leopardo africano, eso explicaría el significado de «jaguar» del repetido nombre de Balam que aparece en las ceremonias mayas. Parece que este nombre está relacionado con Balaam (en la Biblia) que era un sacerdote oracular que el rey de Moab en el éxodo lo exhortó para maldecir a los israelitas.


En el Popol Vuh maya aparecen relatos muy similares a los nahuatl. Nos cuentan que sus antepasados vinieron del este abriendo doce senderos a través del mar. Dios envió a Votan para poblar América. El símbolo de Votan era la serpiente.


«Era descendiente de los Guardianes, de la raza de Can. Su lugar de origen era una tierra que se llamaba Chivim»


Hizo cuatro viajes. En el primero fundó una población cerca de la costa. Más adelante se internó y «en el afluente de un gran río construyó una ciudad que fue la cuna de esta civilización». Llamó a la ciudad Nachan, «que significa lugar de serpientes».


En el segundo viaje inspeccionó el país. Cuando volvió a América por cuarta vez, se encontró con enfrentamientos y divisiones. Votan dividió el reino en cuatro partes con una ciudad capital en cada uno. Una de ellas es Palenque, otra parece que estuvo cerca de la costa del Pacífico. Las demás se desconocen.


Es fácil asociar esos lugares con Mesopotamia y los hebreos. Se asoció Chivim con el país de los heveos, a quienes la Biblia (Génesis 10) relaciona como hijos de Canaán, primos de los egipcios. Y la palabra maya que significa serpiente, Can, se correspondía con la hebrea, Canaán. Si es así, la leyenda maya, que dice que Votan era de la raza de Can y su símbolo era la serpiente, podría estar utilizando un juego de palabras para afirmar que Votan provenía de Canaán. Así, Nachan «lugar de serpientes» en maya se refiere al hebreo Nachash, que significa «serpiente».


Esta asociación de culturas se corresponde con la hipótesis de que el inicio de la cultura de esta zona tuvo lugar en Dzibilchaltún, en la costa noroccidental de Yucatán. Un lugar poblado desde muy antiguo. Y allá tanto para construcciones hispánicas como modernas. En este lugar se destaca el Gran  Camino Blanco, una calzada recta este-oeste pavimentada con piedras de caliza a lo largo de casi dos kilómetros y medio.


En Palenque, una ciudad maya en su límite occidental había una pirámide escalonada con una escalera interior que descendía hacia el subsuelo. Debajo de escombros y tierra se escondía una tumba con una losa rectangular de cinco toneladas y tres metros y medio de longitud. En su interior había huesos de un hombre alto con joyas. La losa de piedra tiene unas imágenes que muestran claramente un hombre sentado que parece manejar los instrumentos como si fuera un piloto de una aeronave. Esa es la hipótesis Ion Däniken del extraterrestre de Palenque.


Otra tumba similar se encontró cerca de una pirámide de Tikal en el país maya. El esqueleto es de un hombre muy, muy alto con joyas.


Si seguimos comparando con los relatos egipcios el astronauta de Palenque sería como un faraón transportado hacia la vida eterna por los dioses.






Los mayas tenían tres calendarios. El calendario de la Cuenta Larga contaba desde el 13 de agosto del 3113 a.C, fecha que es anterior a los mayas. Se utilizaba un sistema numérico de base 20 como en Sumer con unos símbolos o glifos con nombre propio cada uno de ellos. Esta Cuenta Larga lo que “contaba” es el número de días que han pasado desde esa fecha de referencia. El símbolo mayor (“alautun”) representaba una cantidad en días bastante grande: 63 080 082 años de 365´25 días.


Había además dos calendarios cíclicos: el calendario Haab o del año solar dividido en 18 meses de 20 días más otros cinco días de final de año (360 + 5).


El calendario Tzolkin o del año sagrado constaba de 13 meses de 20 días (= 260 días). El mínimo común múltiplo de 260 y 365 días es 18 980 días (pues 260 = 2*2*5*13 , 365 = 5*73 y 18 980 = 2*2*5*13*73 ). Este 18 980 días son 52 años solares de 365 días. Es decir los dos calendarios, el 260 días y el 365 días solo se repetían una vez cada 52 años. Ese tiempo es el que se representa en la rueda sagrada de los calendarios de América Central. Con ella se representaban los acontecimientos pasados y los futuros pues pretendían calcular el momento del regreso de Quetzalcóatl, en maya Kukulkán.


El año sagrado estaba basado en un dato astronómico de la ciudad de Copan, la “capital” astronómica de los mayas. 260 días es el tiempo que transcurre entre los días cenit, los días en que el Sol pasa exactamente sobre las cabezas al mediodía. Eso ocurre dos veces al año, pues el Sol parece viajar hacia el norte y luego hacia el sur; allí el 12 de agosto y el 3 de mayo. (En el ecuador la diferencia entre los días cenit es menor, y según nos dirigimos hacia el norte o el sur, aumenta). El 3 de mayo comienza la estación lluviosa en la región maya y todavía hoy allí es la fecha en la empiezan las labores agrícolas, a plantar. (Hipótesis de Zelia Nuttal)


Los mayas tienen una falsa reputación de grandes astrónomos. Los estudios profundos sobre sus datos indican que no eran observaciones propias sino copias de fuentes más antiguas. Por esto se aprecia continuamente esa curiosa mezcla de exactitud y de imprecisión.


En los símbolos numéricos para los días del calendario siguen un curioso sistema: si fuera realmente de base 20 como dicen los estudiosos de los mayas, los símbolos representarían 20^0 = 1, 20^1 = 20, 20 ^2 = 400, o sea 1, 20, 400, … pero no es así sino 1, 20, 360, …


El calendario maya es simplemente una copia del egipcio.


Recordemos que el primer calendario es el calendario de Nippur (origen del calendario judío). Este calendario sumerio se representaba mediante una rueda (una circunferencia) dividida en 360 días-grados, agrupados en 12 partes. Los días que faltaban para el año real se solucionaron añadiendo un 13-er mes cada varios años.


El calendario egipcio estaba basado en éste, aunque su sistema numérico no era sexagesimal como el sumerio. Con su sistema numérico el cálculo para el mes complementario 13 era muy difícil y no consiguieron resolverlo. Su solución fue añadir un 13-er mes de 5 días todos los años.


El calendario Haab maya es éste, el egipcio. En cuanto a la relación del año sagrado maya con el egipcio recordemos que los egipcios tenían su año sagrado basado en las aguas del Nilo, marcadas por la estrella Sirio. De modo que el calendario maya procede del sumerio, a través del egipcio.


Creemos que fue Ea, Quetzalcóatl, el que otorgó el Calendario, y el conocimiento, a los pueblos de América Central. En Yucatán, los mayas lo llamaron Kukulcán; en las regiones del Pacífico de Guatemala y El Salvador se le llamó Xiuhtecuhtli; todos estos nombres significan lo mismo: Serpiente Emplumada o Alada.


Kukulkán un día volvió al este. Al no verlo más, supusieron que se lo había tragado el soberano de la noche, el jaguar; y la imagen del gran dios se cubrió a partir de entonces con una máscara de jaguar. Pero, Quetzalcóatl prometió que volvería. Los centroamericanos desesperados buscaron en el cielo, y en los escritos una solución e hicieron una terrible propuesta. Los sacerdotes propusieron la idea de que las deidades volverían si se les ofrecían los corazones palpitantes de víctimas humanas.


Para colmo en una fecha calendárica crucial del siglo IX d. C., un acontecimiento que había sido profetizado no tuvo lugar (como ocurriría en el 2012 d.C que tampoco). Fue considerado una catástrofe de su sistema de predicción por el calendario. Los dioses les habían abandonado totalmente. Y así se abandonaron los centros ceremoniales y las ciudades dedicadas a los dioses, y la selva extendió su verde manto sobre los dominios de los dioses Serpiente.


Recordemos como el soberano de los toltecas Topiltzin- Quetzalcóat tuvo que irse con parte de la población de Tollan porque no estaba conforme con las crueles decisiones sacerdotales en el siglo IX-X d.C. Mientras los mayas huían de sus ciudades, estos toltecas viajaban hacia el territorio maya por mil kilómetros de territorio hostil. Se establecieron en Chichén Itzá y la reconstruyeron a la manera de su ciudad Tollan. La tribu de los itzaes se había establecido en la ciudad abandonada pero los toltecas no tuvieron ninguna dificultad en dominar la situación.


Allí los toltecas construyeron también su juego de pelota que era una recreación del origen de la tierra, del choque del duodécimo planeta contra Tiamat descabezándola, arrancándola el corazón y dando lugar así a nuestro planeta vivo. La Tierra es el séptimo planeta contado desde el suyo y por esto se formaban dos equipos de siete jugadores y se decapitaba al líder del equipo perdedor, que era Tiamat, nuestro planeta pre-Tierra. Esta cosmogonía se representaba en Egipto con la muerte de Osiris, desmembrado. También se representaba en Asiria como una batalla entre dioses, y en otros pueblos.


La explicación de los expertos de por qué mayas y toltecas consideraban a Venus el octavo planeta en vez del segundo es porque lleva ocho años terrestres repetir un alineamiento sinódico con Venus por sólo cinco órbitas de Venus (8 x 365 = 5 x 584 = 2920 días).


Pero, si esto es así, Venus debería ser el quinto planeta y la Tierra el octavo o como mucho al revés pero para ellos Venus era el octavo y la Tierra el séptimo.


Es mucho más sencillo, basta con contar los planetas desde el suyo hacia el Sol: el primero que se encuentran es Plutón, …, el séptimo La Tierra, el octavo, Venus, …






Los centroamericanos usaban como en Oriente Próximo símbolos de estrellas para representar los planetas del sistema solar. Así, una estrella con siete puntas, representa el séptimo planeta, que es La Tierra, una estrella de cuatro puntas representa Saturno, etc. El uso de esta simbología se intensifica si viajamos hacia el el noroeste de Yucatán. Allí, se encontró una estatua esculpida en un gran bloque de piedra de un hombre con un casco, y un traje ceñido, con escamas. Bajo el brazo doblado, sostiene un objeto con la forma de una estrella de cinco puntas ( ). Sobre el vientre, sujeto con correas, lleva un extraño dispositivo circular que los expertos asocian con los dioses de las aguas.


En un lugar cercano se encontraron grandes esculturas de deidades en bloques de piedra. Los arqueólogos suponen que fueron columnas de apoyo en templos. Una de ellas parece la homóloga femenina del dios descrito. Su escamado atuendo aparece también en varias estatuas y estatuillas en una isla que se extiende cerca de la costa de esta parte noroccidental de Yucatán, en la cual se levantó un templo de lo más inusual.


La isla fue una necrópolis sagrada porque, según las leyendas, era el lugar del último descanso de Itzamna, el dios de los itzaes —un gran dios de antaño que habría llegado sobre las aguas para desembarcar allí, y cuyo nombre significaba «aquél cuyo hogar es el agua».







¿Estaríamos ante la tumba de Enki/Quetzalcóat, nuestro creador en un laboratorio biológico?. Si fuera así, diríamos que con razón nunca volvió. Con razón no se cumplirían ya sus predicciones del siglo IX d.C ni las del 2012. Ya no estaba él para hacerlas cumplir.


Las leyendas indican que su desembarco tuvo lugar en la costa del golfo del Yucatán y luego creó poblaciones y llevó la cultura. Probablemente el recuerdo de este lugar motivó al jefe tolteca a un viaje tan duro hacia las tierras mayas del Yucatán. Era un búsqueda de la pureza de sus creencias, el viaje hasta su origen. Hasta el lugar donde volvería a desembarcar el dios de la serpiente alada.


El centro del culto de Itzamna, de Quetzalcóatl, y de Votan, era el cenote sagrado de Chichén Itzá —el enorme pozo que dio su nombre a Chichén Itzá. Se trata de un pozo natural agrandado artificialmente que un templo en su boca con una escalinata para bajar hasta la superficie del agua. Tiene unos 50 metros de profundidad, 20 por encima del agua, y 30 por debajo. La boca es un óvalo de unos 90 por 50 metros.


La exploración del pozo encontró unos 40 esqueletos humanos y jiles de objetos de jade (la joya más apreciada por los mayas, y aztecas) y objetos valiosos como anillos, cuentas, pendientes, discos, figurines, etc. Objetos con dibujos de animales y personas, algunos con barba prominente, con un aspecto similar al de las paredes del templo del juego de pelota


También se encontraron objetos metálicos, muchos de oro, y algunos de plata, cobre y bronce. Su abundancia es sorprendente porque son materiales muy escasos en la zona. Objetos de diversas aleaciones del cobre indican un desarrollo metalúrgico desconocido en los mayas y pueblos cercanos. Probablemente esos objetos vinieron de lejanas tierras.


Hay objetos de estaño puro. El estaño no se encuentra así en la naturaleza y conseguirlo (puro) es un proceso muy complejo. Además, los minerales de los que podría ser extraído el estaño no están en Centroamérica.


Hay muchos platos, discos con escenas de enfrentamientos entre personas con diferentes atuendos y de rasgos diferentes. Combates en presencia de serpientes o de dioses serpiente. El vencedor se representaba siempre con barba.


Pero estos combatientes no eran dioses pues a los dioses serpientes se les representaba aparte. Estos barbudos combatientes no eran nativos americanos porque a estos no les crecía la barba. En los objetos de arcilla se aprecian todavía más los rasgos de la cara. Son rasgos mediterráneo orientales que algunos han identificado con fenicios o judíos, y nos repiten las expediciones que el rey Salomón aliado con el rey fenicio Hiran hicieron hacia el año 1000 a.C en busca de oro en África, o bien con fenicios que huyendo de su costa llegaron hasta aquí.


Los investigadores clásicos consideran que esas barbas eran postizas. Pero entonces ¿dónde habían visto los indígenas una persona barbada para imitarla? Otra hipótesis que aportan es que se trata de náufragos ocasionales. Pero las leyendas o tradiciones nativas, como la leyenda de Votan, nos hablan de viajes repetidos de exploración seguidos por la fundación de ciudades. Estos barbudos están representados a lo largo de toda la costa del golfo de México, en localidades del interior y hasta en la costa del Pacífico. Los representados eran claramente idénticos a los dignatarios semitas occidentales a los que tomaban como prisioneros los faraones egipcios durante sus campañas asiáticas, tal como los representaron los vencedores en sus inscripciones conmemorativas de las paredes de los templos


Estos marinos mediterráneo orientales tuvieron que encontrarse con los olmecas, negros africanos en el Yucatán. Los olmecas aparecieron hacia el 1900 a.C por la costa del golfo de México y alcanzaron su plenitud hacia el 1500-1200 a.C


Los olmecas son la primera cultura con escritura, en grifos y representación numérica, en puntos y barras. Son los pioneros en astronomía, en monumentos, en arte, en utilizar el jade, en armas, herramientas y aportan la enigmática fecha de comienzo en 3113 a. C.; A todos los efectos, fue la civilización madre, la que todos copiaron y adaptaron.


Los olmecas en Centroamérica son comparables a los sumerios en Mesopotamia, los «primeros» del antiguo Oriente Próximo. Y, como estos, los olmecas también aparecieron de repente de la nada. Existen representaciones en piedra como la estela de Izpa en que un dios corta la cabeza de otro que aparece también en Sumer.


El término olmeca («pueblo del caucho»), procede de los árboles de caucho que dan nombre a esa zona de la costa del golfo.


Los olmecas, centroafricanos, dejaron monumentos de piedra –en terrenos con muy poca piedra- en los que se retrataban a si mismos. Son cabezas gigantescas esculpidas con una habilidad sorprendente y herramientas desconocidas. Cuando se descubrió la primera cabeza J. M. Melgar y Serrano, su descubridor la describió como «una magnífica escultura que lo que más sorprende es que parece representar a un etíope». Se trata de cabezas, semienterradas, de hasta 3 metros de altura y 6 de circunferencia de un africano con casco. Cabezas diferentes tienen cascos diferentes y rostros diferentes aunque de los mismos rasgos negroides. El análisis de la materia orgánica revela una fecha del 1500 a.C pero el Carbono 14 no puede medir la antigüedad de la piedra.


Se han encontrado además grandes piedras que han sido redondeadas para hacer las caras pero que no están esculpidas como si su trabajo hubiera sido interrumpido. Las grandes piedras de basalto proceden de una distancia al menos de 100 kilómetros, y en los alrededores no hay más que selvas y pantanos, nada de autopistas para transportarlas fácilmente.


Aparte de estas cabezas hay grabados en piedra imágenes de los olmecas como muy altos, fuertes, musculosos. Eran muy altos a ojos de los indígenas de su época. Hay miles de representaciones de los olmecas entre el Atlántico y el Pacífico, representaciones de hombres, mujeres y niños olmecas e incluso sosteniendo bebés.


Un lugar conocido como La Venta que era una pequeña isla próxima a la costa pantanosa del Yucatán fue modificado y unido a la costa artificialmente. Construyeron los olmecas allí una construcción cónica, y otras muchas diversas. Trabajaron con mucha precisión edificando sobre un eje norte-sur (con 8º de inclinación) de unos cinco kilómetros. Es un trabajo que requiere buenos conocimientos en construcción y arquitectura, aparte de requerir un enorme esfuerzo físico para los trabajadores. Construyeron un rectángulo vallado con columnas de basalto, como las famosas cabezas. En su interior había una cámara también rectangular con techo y vallada con columnas de basalto con un sarcófago de piedra con varios esqueletos. Parece que fue el modelo de la cripta de Pacal.


Resulta muy significativo el uso masivo de piedra en un lugar que casi no existe. Igualmente la existencia de tantos objetos de jade cuando es un material bastante escaso en la zona.


También se encontraron espejos cóncavos de magnetita y hematites trabajados y pulidos hasta la perfección de un espejo. No se conoce su utilidad.


Esta multitud de objetos fueron enterrados muy profundamente en zanjas alargadas con baldosas de serpentina, una joya de color verde azulado, pero no con tierra normal de allí sino con miles de toneladas de arcilla traída desde muy lejos. Arcilla de muchos colores y tipos.


Parece que esas zanjas con baldosas existían previamente y luego enterraron allí los objetos valiosos y abandonaron aquel lugar. La marcha de los olmecas se cree que tuvo lugar a principios de la era cristiana. Los nuevos pobladores eran muy hostiles para los olmecas, pues golpearon las grandes cabezas de basalto, las arrancaron y las hicieron rodar hasta los pantanos.


Algunos estudiosos relacionan las construcciones del lugar con observaciones astronómicas.


“El asentamiento de La Venta y su arte del 1000 a. C. parecen reflejar una tradición basada en gran parte en los tránsitos de estrellas sobre el meridiano que tuvieron lugar en los solsticios y los equinoccios de alrededor del 2000 a. C.”(Popenoe-Hatch).


Esta antigüedad del 2000 a.C sitúa La Venta en vanguardia histórica, salvo quizá por Teotihuacán, pero quizá sea aún más antigua que esa fecha pues la Cuenta Larga comienza el 3113 a.C.


En una estela llamada Estela C de Tres Zapotes está escrita la fecha del 31 a.C. Por lo tanto el abandono olmeca fue posterior.


En la población olmeca de San Lorenzo hay una construcción casi imposible (o sin casi) de hacer en la actualidad. En la base hay una plataforma artificial (no un suelo de roca natural) de dos kilómetros cuadrados, que levanta casi sesenta metros respecto del suelo natural. Sobre la plataforma hay diversas estructuras extrañas como estanques artificiales conectados entre sí.


Los aztecas hablaban de los olmecas como los supervivientes de un pueblo antiguo de habla no náhuatl que crearon la más antigua civilización conocida.


Se pueden ver representaciones de olmecas en minas o cuevas con cascos y herramientas. Aquellos enigmáticos espejos están dibujados sobre los cascos.


A la hipótesis de olmecas mineros se suman las leyendas de Votan que describen grandes túneles bajo las montañas, o que el dios Tepeyolloti, “Corazón de la montaña”era el dios de las cuevas (¿minas?), tenía barba, y un templo no encontrado de piedra en el interior de una montaña. Se le representaba con una herramienta desconocida ya citada anteriormente (en los Atlantes).



Parece una herramienta para cortar, y tallar piedra. En una representación que aparece en el valle de Oaxaca un hombre está en un lugar estrecho utilizando esta herramienta contra la pared que tiene delante. En la pared hay un símbolo, un rombo, que para nosotros significaría diamante, pero allí no sabemos lo que podía significar, aunque está claro que se refiere al mineral de la pared.


En otra representación aparecen los hombres barbados en un combate en el interior de una cueva o mina, y un hombre tiene un curioso dispositivo de luz (no una antorcha). Muchos de los combates se representan en el interior y otros en el exterior de esas minas.


En otra estela aparece una mujer –con rasgos caucásicos- manejando una compleja máquina sobre el símbolo de rombo del mineral.


Tanto los negros olmecas como los barbados del mediterráneo oriental trabajaban las minas, juntos o en competencia.


Hacia el 300 a. C y hasta principios de la era cristiana los olmecas y los barbados mediterráneos fueron atacados por sus vecinos violentos. Tuvieron que abandonar sus lugares y huir hacia los asentamientos del sur. Hay representaciones de guerreros olmecas con lanzas y cascos de jaguar.


En la costa del Pacífico hay unas losas en un muro que tienen imágenes de estos negros desnudos, mutilados y muertos. Los arqueólogos (que deben tener humor negro) les llaman Los Danzantes. También están entre esas imágenes los barbados. Así acabó aquella cultura masacrada por los centroamericanos que heredarían algo de su avanzada civilización.

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