miércoles, 14 de septiembre de 2016

49 Gilgamesh

Cronológico 3 - 49

49. Uruk, la ciudad de Gilgamesh



Tras el diluvio la realeza estaba instalada en Kish. Ishtar/Irnini consiguió cambiar esta capital tan lejana por Uruk. En Uruk no había nada, sólo estaba el zigurat de An, El señor del cielo, lugar que se llamaba Y.An, La casa de An.


Ishtar era la In.An, la amada de An/Anu, biznieta de Anu (hija de Nannar,y  nieta de Enlil). Uruk no era una ciudad. No vivía nadie más que ellos dos en las escasas visitas de An a nuestro planeta.

Al sur de Uruk estaba Eridu, en la costa, donde sí había residentes humanos que convivían con Ea/Enki, el hermano del abuelo de Ishtar, Enlil. Ishtar fue a visitarle con su proyecto de traslado de la capitalidad de Kish a Uruk. El verdadero objetivo de ella era entrar en el reducido grupo de los grandes nefilim.

Ishtar fue después a pedir el apoyo de Utu/Shamash, su hermano. Iniciaron el gran proyecto de construcción de la ciudad, y de sede de la monarquia.
Fue elegido como rey, hacia el 5000 a.C., Mesh-ki-ang-gasher, el sumo sacerdote que era además hijo de Shamash y de una mujer humana. Fue un reinado de 324 años en los inicios de la urbanización de la capital Uruk.
Su hijo, Enmerkar, reinó 420 años y fue el verdadero constructor, más que su padre.
Lugalbanda de Uruk, fue el tercer rey. Era el jefe militar de Enmerkar.
El cuarto rey fue Dumuzid el pescador que reinó 100 años.

Gil.Ga.Mesh, fue el quinto rey de esta dinastía de Uruk (la Arac bíblica) alrededor del 2900 a.C. En su tiempo, Uruk ya era una ciudad floreciente, que controlaba a otras ciudades y con un próspero comercio.



1. Gilgamesh no quería morir

Gil.Ga.Mesh era hijo del tataranieto de Shalmash por parte de padre, pero además era hijo de Nin.Sun, una mujer nefilim. Por esto era considerado dos tercios nefilim, y un tercio humano (aunque con esos datos tendría algo más de humano que el 33´3%).

Estaba orgulloso de su origen extraterrestre nefilim, y al principio se dedicó a continuar sus labores arquitectónicas como sus antecesores.

Pero en su interior le atemorizaba su muerte. Como humano viviría poco, y como nefilim tendría mucha longevidad. ¿Cuánto viviría él? Gil.Ga.Mesh no quería conformarse con poco, quería la longevidad nefilim.

Gil.Ga.Mesh acudió a su “tataraquintopadre” Shamash con su angustia, y éste le trató de reconfortar, animándole a festejar y disfrutar de sus días, tratando de que aceptara su destino. Gil.Ga.Mesh siguiendo su consejo se divirtió exageradamente, por ejemplo exigiendo en mantener relaciones sexuales con la prometida antes que el marido, pero a pesar de todo, su angustia era mayor.

2. El avistamiento ovni de Gilgamesh

Una noche tuvo una experiencia especial. Lo consideró un presagio y fue rápidamente a contárselo a su madre Nin.Sun.

Aquella noche, como tantas otras, iba de un lado a otro por la ciudad, y vio como un objeto en el cielo se hacía cada vez más grande, cayendo sobre él. El artilugio espacial que llama “la artesanía de Anu” cayó hacia él.
Gil.Ga.Mesh intentó mover el artefacto, pero era demasiado pesado, y no consiguió nada. El objeto espacial había quedado semienterrado. Mucha gente de la ciudad (Uruk) lo vió y acudió rápidamente. Los hombres más fuertes de la ciudad a los que llama “los héroes” ayudaron al rey en sus esfuerzos, agarrando la parte inferior, mientras el rey intentó entrar por arriba. Después el rey dice “con un fuego destructor, en el tope yo lo rompí y entré en sus profundidades. Levanté la parte móvil Aquella que abre hacia el frente Y te la traje”

Gil.Ga.Mesh consideraba que aquello era un presagio sobre su futuro. Su madre sabía que aquel objeto era simplemente un artefacto de la tecnología espacial nefilim y que nada tenía que ver con augurios, pero necesitaba reconfortar a su hijo que desesperaba. Por esto, aprovechó el momento para ejecutar eal proyecto que llevaban preparando desde algún tiempo para su hijo. Nin.Sun había oído a los habitantes de la ciudad sus quejas, las quejas sobre el comportamiento de su hijo, quejas que pedían que se ocupara de él.



3. EnKiDu, el gran amigo de Gilgamesh

La madre de Gil.Ga.Mesh había puesto en conocimiento de otros nefilim la angustia de su hijo y los problemas que generaba en la ciudad, y habían acordado fabricar un adapa con unas características físicas determinadas para convertirlo en amigo íntimo de Gilgamesh.
La criatura creada a partir del "molde" de Enki original fue soltado en las proximidades. La madre de Gilgamesh consideró que ya era el momento de presentárselo a su hijo y para ello trazaron un plan, que el hombre salvaje luchara con Gil.Ga.Mesh. Era un hombre desnudo, barbudo, cabelludo que vivía entre animales en terrenos inhóspitos. Era llamado, En.Ki.Du, la criatura de Enki.
Los nefilim buscaban una ocupación, un entretenimiento, una diversión para Gil.Ga.Mesh. Conociendo el carácter de Gil.Ga.Mesh, y su naturaleza calcularon que se produciría un enfrentamiento muy violento pero después serían amigos inseparables.

Nin.Sun aprovechó la visión del artefacto espacial (incluso quizá haya una relación entre ese artefacto y el proyecto Enkidu) para dar rienda al siguiente punto del proyecto. Y le dice a su hijo:  « un robusto camarada que salva; un amigo que vendrá para ti… él es el más poderoso de la región… jamás te abandonará. Ése es el significado de tu visión».

Para atraer al salvaje a la ciudad, los nobles contrataron a una mujer, una prostituta. Tras vivir con él algún tiempo, la mujer supo llevarlo hasta las proximidades de Uruk. Los nobles, que allí esperaban, le pidieron que contuviera a Gil.Ga.Mesh, ya que era un gran adversario y nadie podría con él.

 Gil.Ga.Mesh, como tantas noches, vagaba por la ciudad buscando sexo, y En.Ki.Du le cortó el paso por la calle. Hubo una gran lucha entre los dos. Ambos eran muy fuertes y hubo destrozo en el mobiliario urbano.
En.Ki.Du doblegó a Gil.Ga.Mesh. Éste, vencido, se dio la vuelta y se marchó calle atrás. Su adversario le gritó y el rey recordó el aviso de su madre. Volvió a su adversario y ya no lucharon sino que se abrazaron y besaron. Se hicieron luego amigos inseparables.

4. El plan de Gilgamesh.

Gil.Ga.Mesh expresó a su gran amigo En.Ki.Du su angustia por tener que morir siendo casi un nefilim. Consideraba que él debería tener derecho a la longevidad nefilim. Le habló de la morada de los nefilim, que está en un lugar desconocido, y que para lograr la longevidad debería encontrar ese lugar, encontrar a su “tataraquintopadre” Shamash que es la autoridad en ese lugar, con su hermano Adad, para convencerles. Con la intercesión de ellos ante los jefes nefilim podría alcanzar su longevidad.

Su amigo se condolió con él y recordó que él había descubierto la morada de los nefilim en el “Líbano” cuando iba con sus amigos los animales salvajes. Le contó que es un lugar entre montañas, entre bosques de cedros, un lugar inhóspito y desierto de humanos. En ese lugar vive un terrible monstruo Huwawa, El guerrero flameante, con boca de fuego y aliento de muerte, con un rugido como una inundación. Un monstruo que nunca descansa.

Huwawa, era un poderoso robot con rayos mortales. Enlil lo mandó colocar allí para alejar a los humanos de sus instalaciones aeroespaciales. Al saber esto Gil.Ga.Mesh no se arredró sino todo lo contrario. Se propuso ir con su amigo al lugar subterráneo de Shamash, en la Montaña de los Cedros, para desde allí, escalar el cielo, y lograr su longevidad.

Se puso de rodillas y rogó a Shamash «¡Déjame ir, oh, Shamash! Mis manos están erguidas en oración… al Lugar de Aterrizaje, dá la orden… ¡Cúbreme con tu protección!». Cuando Gilgamesh obtuvo respuesta negativa «lágrimas escurrieron por su rostro».

Gilgamesh decidió continuar a pesar de no contar con el apoyo de Shamash. «Si yo fracasara el pueblo se acordará de mí. Gilgamesh, dirán, cayó luchando con el feroz Huwawa, pero, si yo tuviera éxito, obtendré un Shem, el vehículo con el cual se alcanza la eternidad». Así, Gilgamesh empezó a fabricar armas para su lucha.

Los nobles de Uruk intentaron disuadirlo de su peligroso empeño, inútilmente. Gilgamesh sabía que Huwawa no era un animal sino un engendro artificial «una máquina de sitiar» y pensaba que Shamash y Adad que entendían de ese tipo de máquinas lo podrían controlar. Fue a pedir ayuda a su madre. Le contó su plan y le pidió que rogara a Shamash por él. Ninsun fue al lugar de comunicación, se puso el traje correspondiente con sus complementos técnicos y habló con Shamash a través de él. Ninsun le pidió su protección para su hijo:

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Sus conciudadanos salieron a despedirlo. Pidieron que Enkidu fuera delante para protegerlo. Ninsun también se despidió. Y los dos amigos partieron para su peligrosa aventura.



5. Una noche en Baalbek



Gilgamesh y Enkidu viajaron hacia el nordeste y luego hacia el sur hacia “Canaán”. La búsqueda fue muy larga y con varios incidentes. Enkidu intentaba que Gilgamesh desistiese de su sueño. Le hablaba de los enormes riesgos, del peligroso Huwawa, de que era capaz de percibir a alguien a muchos “kilómetros” de distancia, su rugido se oye también desde muy lejos, que quien se acerca tiembla de temor pero Gilgamesh estaba convencido y no se volvería atrás por nada.

Un día, al fin, llegaron a la montaña de los cedros, una zona montañosa con verdes bosques altísimos. Encontraron el camino de entrada hacia las instalaciones aeroespaciales. Encontraron los caminos por donde Huwawa solía moverse, eran caminos rectos. Ignoraban lo cerca que estaban. Se dispusieron a dormir a pesar de la proximidad del peligro. Durante la noche se produjeron varios movimientos de las naves entrando y saliendo con gran estruendo. Estos ruidos les despertaron varias veces

« ¿Tú me despertaste?», preguntó Gilgamesh a Enkidu, que lo negó.

Poco después volvió a pasar. Los grandes ruidos les despertaban y pudieron ver relámpagos, fuegos, y cenizas que caían del cielo. Gilgamesh terminó dándose cuenta de la causa de todo aquello. Se trataba de la subida de una «Cámara Celestial», una nave nefilim. El suelo temblaba con la ignición y rugir de motores, habría nubes de fuego, humo. Para ellos fue una visión impresionante, aterradora. Pero para Gilgamesh era la prueba de que habían llegado al lugar buscado.

Al amanecer continuaron su camino, evitando las armas automáticas «los árboles-arma que matan» que los nefilim habían colocado como trampas de cuando en cuando. Finalmente llegaron a la gran puerta de acceso. Gilgamesh al intentar entrar fue rechazado por una fuerza invisible que lo paralizó durante diez días. Enkidu se lo llevó a cuestas de aquella zona peligrosa. Cuando se recupero, Enkidu volvió a intentar que su amigo abandonara, pero Gilgamesh quiso continuar. Enkidu contó a su amigo que esos días había explorado la zona y había encontrado un túnel desde donde se oyen voces y sonidos que deben venir de la morada de los nefilim. Era una entrada oculta por una alta vegetación. Gilgamesh taló los árboles y Enkidu quitó las piedras y cavó la tierra hasta conseguir un acceso al túnel para poder entrar.

6. Venciendo a Huwawa y Gud.An.Na



El robot vigilante Huwawa les había descubierto. Se aproximó a ellos. Era terrorífico, con poderosas armas, pero por alguna razón técnica en ese momento no estaba totalmente equipado (sólo tenía una de sus siete capas de armadura, dice el texto). Esto les permitió zafarse del primer ataque. Cuando la maquina se volvió a ellos, ahora de forma imparable, se oyó la voz de Shamash procedente de arriba que les pedía que se acercaran lo más posible a Huwawa. Entonces Shamash lanzó ruidosos “vientos” a la cabeza de la máquina, “cegando sus ojos” y deteniendo sus peligrosos rayos. Shamash había conseguido parar la máquina. Huwawa estaba inmóvil. Gilgamesh y Enkidu se lanzaron enloquecidos contra aquel enemigo inerte y lo golpearon salvajemente hasta hacerlo caer. Su caída hizo temblar el suelo en kilómetros a la redonda. Tras la caída continuaron destrozando la máquina, hasta que Gilgamesh “lo mató”.

Estaban agotados por la lucha y se dispusieron a descansar. Buscaron un riachuelo y Gilgamesh se bañó, se cambió sus sucias ropas por una única prenda –una túnica con una tira para atar a la cintura- y se dispuso a descansar con su amigo.

Esta región era también conocida como la encrucijada de Ishtar. Esta mujer líder nefilim solía utilizar estas instalaciones para sus movimientos a gran escala. Las instalaciones estaban al mando de su hermano Shamash, y estaban casi en los límites de la zona otorgada a su hermano Adad con la zona “suya” de Mesopotamia (al menos, ella pretendía Mesopotamia). Ishtar había observado desde las instalaciones toda la lucha, junto a su hermano Shamash.

Ishtar, que no tenía precisamente hecho el voto de castidad- por decirlo suavemente, al ver bañarse desnudo a Gilgamesh se encaprichó de él –como de tantos otros- y saliendo de las instalaciones se acercó a él:

¡Venga, Gilgamesh, sea mi amante!
Concédame el fruto de tu amor.
¡Tú serás mi hombre, Seré tu mujer!


Ishtar fue rechazada por Gilgamesh, a pesar de todas las promesas que ésta le hizo de un inmenso poder, de palacios y objetos valiosos. Gilgamesh conocía los innumerables amantes que había utilizado Ishtar y se lo encaró ofendiéndola gravemente. Ishtar se fue pero pidió inmediatamente autorización a Anu para utilizar el Gud.An.Na, el Toro del cielo contra Gilgamesh.

Gilgamesh y Enkidu viendo el misil imparable siempre en pos de ellos huyeron hacia su ciudad, hacia Uruk. En su huida recibieron ayuda de Shamash que evitó un rápido desenlace. Con sus medios Shamash consiguió acercar a sus protegidos a Uruk en solo tres días (en vez de los quince que hubieran necesitado). Además intervino cuando el Gud.An.Na cayó sobre ellos cerca del Eufrates y abrió con los cuernos (por eso era llamado toro) dos boquetes enormes “capaces de contener doscientos hombres cada uno”. Enkidu cayó en uno pero rápidamente saltó fuera, luego se acercó al Toro del cielo y lo golpeó con saña, hasta destruirlo. Enkidu mató al Toro del cielo, y Gilgamesh «llamó a los artífices, a los armeros», para que vean el monstruo mecánico y lo desmonten»y entrando en la ciudad fueron al palacio de Gilgamesh a agradecer la ayuda de Shamash celebrando festejos en su honor durante toda la noche.


7. La muerte de Enkidu

Al día siguiente Gilgamesh y Enkidu descansaron de los festejos y de días tan intensos.

Ishtar convocó la asamblea de los grandes nefilim para expresar sus airadas quejas. Desde su planeta Anu dictaminó que por la destrucción del Gud.An.Na y del Huwawa deberían morir los dos. Pero Enlil, pidió sólo la muerte de Enkidu pero no de Gilgamesh. Shamash intervino a favor de la vida de los dos. Los líderes nefilim discutieron y deliberaron largamente. La sentencia de muerte impuesta a Enkidu fue conmutada a trabajos forzados en las minas, donde él pasaría el resto de sus días. Decidieron que se enviaría a dos nefilim a buscar a Enkidu y que uno de ellos lo transportara a su destino en el inframundo a tragar polvo y barro en las oscuras minas.

(Enkidu no llegaría a las minas; moriría antes. Tiempo más tarde ante la actitud de Gilgamesh que se empeñaba en llevar consigo a Enkidu. Enlil decidió la muerte de Enkidu. Tras un naufragio y una profunda depresión de ánimo de Enkidu, éste murió en la costa de la península arábiga).

Tras el largo reposo de Gilgamesh éste se levantó observando preocupado que su amigo Enkidu no despertaba. Pasaban las horas y los días y su amigo permanecía como muerto, como en coma. Gilgamesh sufría por su amigo pero también pensaba en su propia muerte. Veía aquello como una premonición de lo que un día cercano podría ocurrirle a él. Por esto Gilgamesh quería estar con los nefilim, para vivir durante decenas de miles de años (aunque los nefilim viven cientos de miles de años). Su amigo terminó despertando pero ya había perdido mucho de su vigor.

Llegó entonces la sentencia de Enkidu, y Gilgamesh ante el fracaso de entrar en las instalaciones de Baalbek quiso dirigirse a las instalaciones espaciales del Sinaí. Su madre dijo que debería pedir permiso a Shamash/Utu por que el Sinaí ya no estaba en la zona de Adad sino en la de Shamash, que era la autoridad, además, de ambas instalaciones espaciales. Shamash le explicó que la Morada de los Vivos estaba en el Sinaí, atravesando el desierto y llegando a un lugar rodeado de siete montañas y que los accesos estaban controlados por máquinas poderosas que emitían fuego y rayos ardientes.



Gilgamesh, al conocer así la dificultad de llegar por tierra al Sinaí prefirió dar un largo rodeo por mar. Mando hacer armas y construir una embarcación a la manera de las naves egipcias y con Enkidu y cincuenta remadores se embarcaron en el golfo Pérsico para rodear Arabia y llegar al Sinaí. Enlil tomó entonces la decisión de que Enkidu no debía vivir más. Al acercarse a esta costa un faro de vigilancia de los nefilim les avistó. La maquinaría de aquel engendro tecnológico sumergió al barco en el mar tan rápidamente que los remeros quedaron muertos sentados en sus remos. Gilgamesh y Enkidu lograron escapar y llegar a la costa a nado. Aquella noche en la costa Enkidu murió terriblemente abatido. Gilgamesh permaneció a su lado siete días hasta que finalmente aceptó su muerte. Esto le volvió a recordar su futura muerte y gritó a Shamash sus lamentos.


8. La entrada en el Sinaí

Vivió por aquellos lugares desiertos de humanos durante semanas y semanas, con la constante angustia de su mortalidad en pocas decadas.

En su viaje derivó hacia el este, hacia el territorio otorgado a Sin, donde vivió la aventura de los leones. Al ver la manada sintió miedo, se encomendó a Sin y se enfrentó con la manada con desenlace afortunado para él.

Después pasando por un desfiladero llegó a una gran extensión de agua, quizá un mar interior, o un gran lago pensó Gilgamesh, con una ciudad amurallada dedicada a Sin. Llegó hasta una taberna y la tabernera le sirvió tras una primera impresión de temor ( y cierre de la taberna por miedo). Preguntó si era mejor dar la vuelta al gran lago, o atravesarlo. La tabernera, Siduri, le advirtió de los peligros de ese mar de muerte, pero le mencionó un buen barquero que podría transportarlo.


Urshanabi llevó a Gilgamesh en una balsa y en solo tres días atravesaron el lago, en vez de los 45 días que hubiera durado el viaje por tierra. Fue informado que debía ir hacia el Gran Mar por un camino y luego en un hito definido por unas columnas, girar hasta la ciudad de Itla.

Allí llegó y se encomendó a los nefilim. Shamash estaba de su parte pero se opusieron Anu y Enlil. Gilgamesh pidió conocer al menos a Utnapishtim (Noé), antepasado suyo que moraba allí. Gilgamesh entró en el Sinaí y en seis días llegó a un punto desde donde veía aterrizar y despegar los shem de los nefilim desde lejos. Llegó al Mashu, que era un monte con un paso subterráneo.

En las grandes puertas del monte Mashu había vigilantes operando un aparato circular — el temido faro que barre las montañas— montado en un poste. Al contemplar la intensa luz, Gilgamesh cubrió su rostro; luego tranquilizándose, se acercó a la puerta. Un nefilim vigilante gritó a su compañero que el que se acercaba debía ser nefilim pues un humano hubiera resultado gravemente afectado por la radiación. Le mandaron acercarse e identificarse.

Gilgamesh les explicó que su madre era una nefilim y su padre humano descendiente de nefilim en quinta generación, que pretendía alargar su vida como corresponde a su origen y a conocer a su Utnapishtim. «Eso jamás fue conseguido por un humano», dijeron los dos guardias. Gilgamesh les recordó la ayuda que le venía brindando su máximo superior en las instalaciones aeroespaciales, Shamash. Finalmente los vigilantes abrieron el paso entre montañas al territorio interior.


9. El árbol acuático de la vida.


Gilgamesh entró por el portón. No viendo nada, en la oscuridad, le condujeron andando durante horas y horas. Hubo momentos de enorme miedo para Gilgamesh, y hubo un momento en el que sintió “viento” norte en su cara. Varias horas más tarde, quizá un día entero, le destaparon los ojos. Se hallaba en lo que Gilgamesh creía el antiguo edén. Un lugar lleno de piedras preciosas con agua, juncos, piedras, un árbol de la vida y otro de …Un lugar cerrado que impresionó fuertemente a Gilgamesh por donde paseó un tiempo.

Más tarde Gilgamesh encontró a un hombre que parecía idéntico a él. Esto le sorprendió mucho y tras presentarse los dos, descubre que se trata del Noé bíblico, aquí llamado Utnapishtim. Gilgamesh  le planteó su búsqueda de la vida longeva.

Utnapishtim le contó como consiguió él estar en aquel lugar gozando de la prerrogativa de una muy larga vida. Le explicó como vivía antes del diluvio y cómo se produjo éste, como se salvaron en un barco submarino y salieron de él en el monte Salvación (de Ararat), como acudieron los nefilim a su desembarco y cómo acudió después Enlil. Enlil logró dominar su ira y aceptó la situación. Llevó a Utnapishtim y a su mujer al interior del barco submarino y poniéndoles de rodillas y él de pie entre ellos les nombró frente a los otros nefilim como humanos nefilim, que vivirían como ellos largamente y residirían con ellos en sus propias instalaciones. En principio Enlil pretendía una residencia en Mesopotamia pero ante el lento secado del lodo se decidió el traslado definitivo al Sinaí.

Utnapishtim le explicó que son los grandes nefilim en asamblea los que habrían de decidir si Gilgamesh podría vivir también entre los nefilim. Gilgamesh sabía que nadie intercedería por él ante tal alta instancia y que nada podría conseguir. Vio desvanecerse su esperanza y le afectó tanto después de tanto denuedo que cayó desvanecido y permaneció sin consciencia durante siete días, durante los cuales Utanpishtim y su mujer cuidaron de él para que sobreviviera y pudiera desandar todo el camino hasta su casa.

En la despedida decide explicarle parte del secreto de la larga vida: Le habló que el buscado árbol de la vida es una planta espinosa con una raíz parecida a la fresa espinosa, y con ramas como las del brezo blanco, con unas espinas que pueden rasgar las manos. Es una planta acuática que crece en el fondo de aquellos estanques. Gilgamesh se lanzó por ella y arrancó una a pesar de sus espinas. Gilgamesh se despidió y marchó de vuelta con la planta.

(Según los textos hindues (Vedas y auxiliares), los dioses sustentaban su inmortalidad bebiendo Soma, una especie de ambrosía que fue traída a la Tierra desde la Morada Celeste por un águila, y se bebía mezclada con leche).

Cuando ya estaba próximo al portón entre las montañas y a sus vigilantes, cansado, decidió bañarse en unas aguas que allí había. Cuando salió, su planta ya no estaba. Le robaron su planta y con ella sus esperanzas. Los nefilim no podían permitir que tal planta pudiera salir de allí sin su permiso. Cruzó el túnel, saliendo por el portón abandonó el Tilmún. Caminó durante días hasta el mar muerto, lo cruzó con el barquero y más tarde volvió a su ciudad. Volvió a sus quehaceres como rey hasta su muerte.



Gilgamesh reinó 126 años, como rey y como sumo sacerdote del templo de Uruk. Le sucedió su hijo Ur-lugal que reinó 30 años.

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